'Vista' en la Biblia
Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer: también el árbol de la vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
a Abraham en posesión, a vista de los hijos de Het, y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad.
Y aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo. Y él respondió: Heme aquí.
Y sucedía que cuando las ovejas más fuertes entraban en celo, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibieran a la vista de las varas.
y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado:
Y José se apartó de ellos, y lloró: después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos.
Y encontrando a Moisés y a Aarón, que estaban a la vista de ellos cuando salían de Faraón,
Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche en él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.
Y llamó Moisés a Josué, y le dijo a vista de todo Israel: Esfuérzate y sé valiente; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.
y en toda aquella mano poderosa, y en todos los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.
Y Manoa tomó un cabrito de las cabras y un presente, y lo sacrificó sobre una roca a Jehová; y el Ángel hizo milagro a vista de Manoa y de su esposa.
Pues aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el Ángel de Jehová subió en la llama del altar a vista de Manoa y de su esposa, los cuales se postraron en tierra sobre sus rostros.
Así dice Jehová: He aquí yo levantaré sobre ti el mal de tu misma casa, y tomaré a tus esposas delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual se acostará con tus esposas a la vista de este sol.
He aquí que la esperanza acerca de él será burlada; porque aun a su sola vista se desmayarán.
Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus juicios los tiene muy lejos de su vista, y desprecia a todos sus enemigos.
de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
Porque me han rodeado males sin número; me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista; son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Jehová ha hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
Porque el bebedor y el comilón empobrecerán; y el sueño hará que el hombre vista de harapos.
Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos; mas sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios a juicio.
Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oyeren sus oídos;
Descubierta será tu desnudez, tu vergüenza será vista; tomaré venganza, y no te encontraré como hombre.
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
Y te entregaré en mano de los que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista temes; sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los caldeos.
Toma con tu mano piedras grandes, y escóndelas en el barro, en el enladrillado que está a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes, a vista de los hombres de Judá;
Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, y destruyó todo lo que era agradable a la vista: En la tienda de la hija de Sión derramó como fuego su enojo.
Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás sobre excremento de hombre, a vista de ellos.
Y habló al varón vestido de lino, y le dijo: Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, y llena tus manos con carbones encendidos de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y él entró a vista mía.
Por tanto tú, hijo de hombre, hazte equipaje de cautivo, y márchate de día delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar a otro lugar a vista de ellos, por si tal vez consideren, porque son casa rebelde.
Entonces sacarás tu equipaje, como equipaje de cautivo, de día delante de sus ojos; y tú saldrás por la tarde a vista de ellos, como quien sale a cautiverio.
Y yo hice así como me fue mandado; saqué mi equipaje de día, como equipaje de cautivo, y a la tarde horadé la pared a mano; salí de noche, y llevé mi equipaje sobre los hombros a vista de ellos.
Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores; y se levantó su estatura por encima entre las ramas, y fue vista en su altura, y con la multitud de sus sarmientos.
Pero actué por causa de mi nombre, para que éste no se infamase a vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.
Mas retraje mi mano, y actué por causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.
Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a la vista de todos los que pasaron.
Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su altura llegaba hasta el cielo, y su vista hasta el cabo de toda la tierra.
Entonces Jesús, teniendo compasión de ellos, tocó sus ojos, y al instante sus ojos recibieron la vista; y le siguieron.
Y respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Señor, que reciba la vista.
Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante recibió su vista, y seguía a Jesús en el camino.
El Espíritu del Señor está sobre mí: Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón: Para predicar libertad a los cautivos: Y a los ciegos vista: Para poner en libertad a los quebrantados:
Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de malos espíritus; y a muchos ciegos dio la vista.
diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista.
Y Jesús le dijo: Recibe la vista, tu fe te ha salvado.
Y al instante recibió la vista, y le seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo cuando lo vio, dio alabanza a Dios.
Y levantando la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas.
Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; mas Él se desapareció de su vista.
Respondió él y dijo: El hombre que se llama Jesús hizo lodo, y me untó los ojos, y me dijo: Ve al estanque de Siloé, y lávate, y fui y me lavé, y recibí la vista.
Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. Y él les dijo: Puso lodo sobre mis ojos, y me lavé, y veo.
Pero los judíos no creían de que él había sido ciego, y que había recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista,
y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y pone sus manos sobre él, para que recobre la vista.
Y Ananías fue y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y al instante recobró la vista; y levantándose, fue bautizado.
vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella hora le miré.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
(porque por fe andamos, no por vista):
y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo;
Mas nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista, no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro.
Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta, es ciego, y se ha olvidado que fue purificado de sus antiguos pecados.
Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto fue vista en su templo. Y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto, y grande granizo.
Y fue vista otra señal en el cielo; y he aquí un gran dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es la justicia de los santos.