'Aliento' en la Biblia

Entonces apareció el lecho de las aguas, y los cimientos del mundo quedaron al descubierto a tu reprensión, oh SEÑOR, al soplo del aliento de tu nariz.

Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.

Por la palabra del SEÑOR fueron hechos los cielos, y todo su ejército por el aliento de su boca.

Escondes tu rostro, se turban; les quitas el aliento, expiran, y vuelven al polvo.

tienen oídos, y no oyen; tampoco hay aliento en su boca.