'Casa' en la Biblia
Y Josué, hijo de Nun, envió desde Sitim dos varones espías secretamente, diciéndoles: Andad, considerad la tierra, y a Jericó. Los cuales fueron, y entraron en casa de una mujer ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.
Entonces el rey de Jericó, envió a Rahab diciendo: Saca fuera los hombres que han venido a ti, y han entrado en tu casa; porque han venido a espiar toda la tierra.
Os ruego pues ahora, que me juréis por el SEÑOR, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal cierta;
Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba a la pared del muro, y ella vivía en el muro.
He aquí, cuando nosotros entráremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y tú juntarás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.
Mas la ciudad será anatema al SEÑOR, ella con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estuvieren en casa con ella, por cuanto escondió los mensajeros que enviamos.
Mas Josué dijo a los dos varones que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allá a la mujer, y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis.
Y quemaron a fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa del SEÑOR el oro, la plata, y los vasos de bronce y de hierro.
Mas Josué dio la vida a Rahab la ramera, a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy; por cuanto escondió los mensajeros que Josué envió a reconocer a Jericó.
Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que está cerca de Bet Avén al este de Betel (Casa de Dios), y les dijo: ``Suban y reconozcan la tierra." Y los hombres subieron y reconocieron a Hai.
Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que el SEÑOR tomare, se acercará por sus familias; y la familia que el SEÑOR tomare, se acercará por sus casas; y la casa que el SEÑOR tomare, se acercará por los varones;
e hizo acercar su casa por los varones, y fue tomado Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.
Josué los envió, y fueron al lugar de la emboscada y se quedaron entre Betel (Casa de Dios) y Hai, al occidente de Hai; pero Josué pasó la noche entre el pueblo.
Vosotros pues ahora sois malditos, y no faltará de vosotros siervo, y quien corte la leña y saque el agua para la casa de mi Dios.
el rey de Jericó, uno; el rey de Hai, que está al lado de Betel (Casa de Dios), uno;
Tocó en suerte a los hijos de José desde el Jordán {frente a} Jericó (las aguas de Jericó) al oriente, hacia el desierto, subiendo desde Jericó por la región montañosa a Betel (Casa de Dios).
Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes gran fuerza; no tendrás una sola suerte;
Y la repartirán en siete partes; y Judá estará en su término al mediodía, y los de la casa de José estarán en el suyo al norte.
También {estaban incluidas} Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén (Casa del Pan); doce ciudades con sus aldeas.
Y quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación y hasta la muerte del sumo sacerdote que fuere en aquel tiempo; entonces el homicida podrá volver a su ciudad y a su casa y a la ciudad de donde huyó.
No faltó palabra de todas las buenas que habló el SEÑOR a la casa de Israel; todo se cumplió.
y a diez príncipes con él; un príncipe de cada casa paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales era cabeza de familia de sus padres entre los millares de Israel.
Y si mal os parece servir al SEÑOR, escogeos hoy a quién sirváis; o a los dioses a quien sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; que yo y mi casa serviremos al SEÑOR.
Porque el SEÑOR nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el cual delante de nuestros ojos ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.
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