'Casa' en la Biblia
- 1.Gé 7:1-Éx 18:2
- 2.Éx 19:3-Josué 2:1
- 3.Josué 2:3-1 Samuel 7:1
- 4.1 Samuel 7:2-2 Samuel 13:20
- 5.2 Samuel 14:8-1 Reyes 8:64
- 6.1 Reyes 9:1-2 Reyes 11:5
- 7.2 Reyes 11:6-1 Crónicas 17:14
- 8.1 Crónicas 17:16-2 Crónicas 9:3
- 9.2 Crónicas 9:4-2 Crónicas 36:17
- 10.2 Crónicas 36:18-Job 1:18
- 11.Job 1:19-Eclesiastés 7:2
- 12.Eclesiastés 7:4-Jeremías 23:11
- 13.Jeremías 23:34-Ezequiel 17:2
- 14.Ezequiel 17:12-Amós 7:16
- 15.Amós 9:8-Marcos 5:19
- 16.Marcos 5:35-Hechos 10:17
- 17.Hechos 10:22-2 Juan 1:10
Y todos los objetos de la casa de Dios, grandes y pequeños, los tesoros de la casa del SEÑOR y los tesoros del rey y de sus oficiales, todo {lo} llevó a Babilonia.
Y quemaron la casa de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos valiosos.
Así dice Ciro, rey de Persia: ``El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha designado para que yo le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien de entre vosotros sea de su pueblo, el SEÑOR su Dios sea con él, y suba."
Así dice Ciro, rey de Persia: ``El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y El me ha designado para que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá.
``El que de entre todos vosotros {pertenezca} a su pueblo, sea su Dios con él. Que suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa del SEÑOR, Dios de Israel; El es el Dios que está en Jerusalén.
``Y a todo sobreviviente, en cualquier lugar que habite, que los hombres de aquel lugar lo ayuden con plata y oro, con bienes y ganado, junto con una ofrenda voluntaria para la casa de Dios que está en Jerusalén."
Entonces se levantaron los jefes de las {casas} paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo espíritu Dios había movido a subir para edificar la casa del SEÑOR que está en Jerusalén.
También el rey Ciro sacó los objetos de la casa del SEÑOR que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses;
Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres;
Y algunos de los jefes de {casas} paternas, cuando llegaron a la casa del SEÑOR que está en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias en la casa de Dios para reedificarla sobre sus {mismos} cimientos.
Y en el segundo año de su llegada a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, y los demás de sus hermanos los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén, comenzaron {la obra} y designaron a los levitas de veinte años arriba para dirigir la obra de la casa del SEÑOR.
Entonces Jesúa {con} sus hijos y sus hermanos, Cadmiel con sus hijos, los hijos de Judá {y} los hijos de Henadad {con} sus hijos y sus hermanos los levitas, se presentaron {todos} a una para dirigir a los obreros en la casa de Dios.
Y cantaban, alabando y dando gracias al SEÑOR: Porque El es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba a gran voz alabando al SEÑOR porque se habían echado los cimientos de la casa del SEÑOR.
Pero Zorobabel y Jesúa y los demás jefes de {casas} paternas de Israel les dijeron: No tenéis nada en común con nosotros para que {juntos} edifiquemos una casa a nuestro Dios, sino que nosotros unidos {la} edificaremos al SEÑOR, Dios de Israel, como nos ordenó el rey Ciro, rey de Persia.
Entonces cesó la obra en la casa de Dios que {estaba} en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia.
Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, se levantaron entonces y comenzaron a reedificar la casa de Dios en Jerusalén; y los profetas de Dios estaban con ellos apoyándolos.
Sepa el rey que hemos ido a la provincia de Judá, a la casa del gran Dios, que está siendo edificada con piedras enormes y vigas empotradas en las paredes; y esta obra se adelanta con gran esmero y prospera en sus manos.
Sin embargo, en el año primero de Ciro, rey de Babilonia, el rey Ciro proclamó un decreto de que se reedificara esta casa de Dios.
También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que {estaba} en Jerusalén y llevado al templo de Babilonia, los sacó el rey Ciro del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador.
Y le dijo: ``Toma estos utensilios, ve {y} colócalos en el templo que {está} en Jerusalén, y que sea la casa de Dios reedificada en su lugar.
Entonces aquel Sesbasar vino {y} puso los cimientos de la casa de Dios que {está} en Jerusalén; y desde entonces hasta ahora se sigue construyendo, pero aún no está terminada."
Y ahora, si al rey {le parece} bien, que se busque en la casa del tesoro del rey que está allí en Babilonia, {a ver} si es que fue proclamado un decreto de parte del rey Ciro para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén; y que se nos envíe la decisión del rey en cuanto a este {asunto.}
En el año primero del rey Ciro, el rey Ciro proclamó un decreto: ``{En cuanto} a la casa de Dios en Jerusalén, que sea reedificado el templo, el lugar donde se ofrecen los sacrificios, y que se conserven sus cimientos, con su altura de sesenta codos y su anchura de sesenta codos;
``Y que también se devuelvan los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo en Jerusalén y trajo a Babilonia, y que se lleven a sus lugares en el templo en Jerusalén y sean colocados en la casa de Dios."
No impidáis esta obra de la casa de Dios, y que el gobernador de los judíos y los ancianos de los judíos reedifiquen esta casa de Dios en su lugar.
Además, este es mi decreto en cuanto a lo que habéis de hacer por estos ancianos de Judá en la reedificación de esta casa de Dios: del tesoro real de los tributos del otro lado del río se han de pagar todos los gastos a este pueblo, y esto sin demora.
Y he proclamado un decreto de que cualquiera que quebrante este edicto, de su casa se arranque un madero, y levantándolo, sea colgado en él, y que su casa sea reducida a escombros a causa de esto.
Y que el Dios que ha hecho morar allí su nombre derribe a todo rey o pueblo que trate de cambiar{lo} para destruir esta casa de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, he proclamado {este} decreto; que sea ejecutado con toda exactitud.
Y los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás desterrados, celebraron con júbilo la dedicación de esta casa de Dios.
Y para la dedicación de esta casa de Dios ofrecieron cien novillos, doscientos carneros, cuatrocientos corderos, y como ofrenda por el pecado por todo Israel, doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel.
Y con gozo celebraron por siete días la fiesta de los panes sin levadura, porque el SEÑOR los había llenado de regocijo, y había vuelto hacia ellos el corazón del rey de Asiria para animarlos en la obra de la casa de Dios, el Dios de Israel.
y toda la plata y el oro que halles en toda la provincia de Babilonia, con la ofrenda voluntaria que el pueblo y los sacerdotes hayan ofrecido voluntariamente para la casa de su Dios que {está} en Jerusalén.
Con este dinero, pues, comprarás diligentemente novillos, carneros y corderos, con sus ofrendas de cereal y sus libaciones {correspondientes}, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios que está en Jerusalén.
También los utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de tu Dios, entrégalos todos delante del Dios de Jerusalén.
Y lo demás que se necesite para la casa de tu Dios, para lo cual tengas ocasión de proveer, provéelo del tesoro real.
Todo cuanto ordene el Dios del cielo, sea hecho con esmero para la casa del Dios del cielo, no sea que venga la ira contra el reino del rey y sus hijos.
También os hacemos saber que no se permite cobrar tributo, impuesto o peaje a ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, sirvientes, o ministros de esta casa de Dios.
Bendito sea el SEÑOR, Dios de nuestros padres, que ha puesto {esto} en el corazón del rey, para embellecer la casa del SEÑOR que {está} en Jerusalén,
y los envié a Iddo, jefe en la localidad de Casifia; puse en boca de ellos las palabras que debían decir a Iddo {y} a sus hermanos, los sirvientes del templo en la localidad de Casifia, para que nos trajeran ministros para la casa de nuestro Dios.
y les pesé la plata, el oro y los utensilios, la ofrenda para la casa de nuestro Dios que habían ofrecido el rey, sus consejeros, sus príncipes y todo Israel que {allí} estaba.
Velad y guardad{los} hasta que {los} peséis delante de los principales sacerdotes, los levitas y los jefes de {casas} paternas de Israel en Jerusalén, {en} las cámaras de la casa del SEÑOR.
Los sacerdotes y los levitas recibieron la plata, el oro y los utensilios {ya} pesados, para traer{los} a Jerusalén a la casa de nuestro Dios.
Y al cuarto día la plata y el oro y los utensilios fueron pesados en la casa de nuestro Dios {y entregados} en mano de Meremot, hijo del sacerdote Urías, y con él {estaba} Eleazar, hijo de Finees; y con ellos {estaban} los levitas Jozabad, hijo de Jesúa, y Noadías, hijo de Binúi.
Entonces entregaron los edictos del rey a los sátrapas del rey, y a los gobernadores del otro lado del río; y éstos apoyaron al pueblo y a la casa de Dios.
Porque siervos somos; mas en nuestra servidumbre, nuestro Dios no nos ha abandonado, sino que ha extendido {su} misericordia sobre nosotros ante los ojos de los reyes de Persia, dándonos ánimo para levantar la casa de nuestro Dios y para restaurar sus ruinas, y dándonos una muralla en Judá y en Jerusalén.
Mientras Esdras oraba y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, una gran asamblea de Israel, hombres, mujeres y niños se juntó a él; y el pueblo lloraba amargamente.
Después se levantó Esdras de delante de la casa de Dios y entró a la cámara de Johanán, hijo de Eliasib. Aunque entró allí, no comió pan ni bebió agua, porque hacía duelo a causa de la infidelidad de los desterrados.
Se reunieron, pues, todos los hombres de Judá y Benjamín en Jerusalén dentro de los tres días. Era el mes noveno, el {día} veinte del mes, y todo el pueblo se sentó en la plaza {delante} de la casa de Dios, temblando a causa de este asunto y de la intensa lluvia.
que estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
y una carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin de que me dé madera para hacer las vigas de las puertas de la fortaleza que está junto al templo, para la muralla de la ciudad y para la casa a la cual iré. Y el rey me {lo} concedió, porque la mano bondadosa de mi Dios {estaba} sobre mí.
A su lado Jedaías, hijo de Harumaf, hizo reparaciones frente a su casa. Y junto a él hizo reparaciones Hatús, hijo de Hasabnías.
Después de él hizo reparaciones Nehemías, hijo de Azbuc, oficial de la mitad del distrito de Bet-sur, hasta {un punto} frente a los sepulcros de David, hasta el estanque artificial y hasta la casa de los valientes.
Después de él Baruc, hijo de Zabai, con todo fervor reparó otra sección, desde el Angulo hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote Eliasib.
Tras él Meremot, hijo de Urías, hijo de Cos, reparó otra sección, desde la puerta de la casa de Eliasib hasta el extremo de su casa.
Tras ellos Benjamín y Hasub hicieron reparaciones frente a su casa. Después de ellos Azarías, hijo de Maasías, hijo de Ananías, hizo reparaciones junto a su casa.
Tras él Binúi, hijo de Henadad, reparó otra sección, desde la casa de Azarías hasta el Angulo y hasta la esquina.
Palal, hijo de Uzai, {hizo reparaciones} frente al Angulo y la torre que sobresale de la casa alta del rey, que está junto al atrio de la guardia. Después de él {hizo reparaciones} Pedaías, hijo de Faros.
Más arriba de la puerta de los Caballos, los sacerdotes hicieron reparaciones cada uno frente a su casa.
Después de ellos Sadoc, hijo de Imer, hizo reparaciones frente a su casa. Y tras él hizo reparaciones Semaías, hijo de Secanías, portero de la puerta Oriental.
Después de él, Malquías, uno de los orfebres, hizo reparaciones hasta la casa de los sirvientes del templo y de los mercaderes, frente a la puerta de la Inspección y hasta el aposento alto de la esquina.
Y sucedió que desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaban en la obra mientras que la otra mitad portaba las lanzas, los escudos, los arcos y las corazas; y los capitanes {estaban} detrás de toda la casa de Judá.
También sacudí los pliegues de mi manto y dije: Así sacuda Dios de su casa y de sus bienes a todo hombre que no cumpla esta promesa; así sea sacudido y despojado. Y toda la asamblea dijo: ¡Amén! Y alabaron al SEÑOR. Entonces el pueblo hizo conforme a esta promesa.
Cuando entré yo en casa de Semaías, hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, que estaba encerrado {allí}, él dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen a matarte, vienen de noche a matarte.
y les dije: No se abrirán las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y estando todavía los porteros en sus puestos, se cerrarán y atrancarán las puertas. Designad también guardias de los habitantes de Jerusalén, unos en su {puesto de} guardia, y otros delante de su casa.
Los sacerdotes: los hijos de Jedaías de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres;
El pueblo salió y {las} trajeron e hicieron tabernáculos para sí, cada uno en su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas y en la plaza de la puerta de Efraín.
También nos imponemos la obligación de contribuir con un tercio de un siclo al año para el servicio de la casa de nuestro Dios:
para el pan de la proposición y la ofrenda continua de cereal; para el holocausto continuo, los días de reposo, las lunas nuevas y las fiestas señaladas; para las cosas sagradas, para las ofrendas por el pecado para hacer expiación por Israel y {para} toda la obra de la casa de nuestro Dios.
Asimismo echamos suertes para la provisión de madera {entre} los sacerdotes, los levitas y el pueblo para que la traigan a la casa de nuestro Dios, conforme a nuestras casas paternas, en los tiempos fijados cada año, para quemar sobre el altar del SEÑOR nuestro Dios, como está escrito en la ley;
y para traer cada año los primeros frutos de nuestra tierra y los primeros frutos de todo árbol a la casa del SEÑOR,
y traer a la casa de nuestro Dios los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados como está escrito en la ley; los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas son para los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios.
También traeremos las primicias de nuestra harina y nuestras ofrendas del fruto de todo árbol, del mosto y del aceite para los sacerdotes a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestro suelo a los levitas, porque los levitas son los que reciben los diezmos en todas las ciudades donde trabajamos.
Y un sacerdote, hijo de Aarón, estará con los levitas cuando los levitas reciban los diezmos, y los levitas llevarán la décima parte de los diezmos a la casa de nuestro Dios, a las cámaras del almacén;
pues los hijos de Israel y los hijos de Leví llevan la contribución del cereal, del mosto y del aceite a las cámaras; allí están los utensilios del santuario, los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores. Así no descuidaremos la casa de nuestro Dios.
Seraías, hijo de Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, jefe de la casa de Dios,
y Sabetai y Jozabad, de los jefes de los levitas, encargados de la obra fuera de la casa de Dios;
El superintendente de los levitas en Jerusalén {era} Uzi, hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de Matanías, hijo de Micaía, de los hijos de Asaf, cantores para el servicio de la casa de Dios;
Y a la puerta de la Fuente subieron directamente las gradas de la ciudad de David por la escalera de la muralla, por encima de la casa de David hasta la puerta de las Aguas al oriente.
Luego los dos coros tomaron su lugar en la casa de Dios. También yo, y la mitad de los oficiales conmigo,
Antes de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de los aposentos de la casa de nuestro Dios, {y que era} pariente de Tobías,
y vine a Jerusalén y me enteré del mal que Eliasib había hecho por {favorecer a} Tobías, al prepararle un aposento en los atrios de la casa de Dios.
Esto me desagradó mucho, por lo cual arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera del aposento.
Entonces ordené que limpiaran los aposentos; y puse de nuevo allí los utensilios de la casa de Dios con las ofrendas de cereal y el incienso.
Por tanto, reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas y los restablecí en sus puestos.
Acuérdate de mí por esto, Dios mío, y no borres las obras de misericordia que he hecho por la casa de mi Dios y por sus servicios.
Y se bebía conforme a la ley, no había obligación, porque el rey así había dado órdenes a todos los oficiales de su casa para que hicieran conforme a los deseos de cada persona.
Y envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a su escritura y a cada pueblo conforme a su lengua, para que todo hombre fuera señor en su casa y que {en ella} se hablara la lengua de su pueblo.
Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro lugar para los judíos, pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser reina?
Amán, sin embargo, se contuvo, fue a su casa, y mandó traer a sus amigos y a su mujer Zeres.
Después Mardoqueo regresó a la puerta del rey, pero Amán se apresuró {a volver} a su casa, lamentándose, con la cabeza cubierta.
Cuando el rey volvió del jardín del palacio al lugar donde estaban bebiendo vino, Amán se había dejado caer sobre el lecho donde {se hallaba} Ester. Entonces el rey dijo: ¿Aún se atreve a hacer violencia a la reina estando yo en la casa? Al salir la palabra de la boca del rey, cubrieron el rostro a Amán.
Entonces Harbona, uno de los eunucos que {estaban} delante del rey, dijo: He aquí precisamente, la horca de cincuenta codos de alto está en la casa de Amán, la cual había preparado Amán para Mardoqueo, quien había hablado bien en favor del rey. Y el rey dijo: Ahorcadlo en ella.
Aquel mismo día el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de Amán, enemigo de los judíos; y Mardoqueo vino delante del rey, porque Ester {le} había revelado lo que era él para ella.
Entonces el rey se quitó el anillo que había recobrado de Amán, y se lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán.
Entonces el rey Asuero dijo a la reina Ester y al judío Mardoqueo: He aquí, he dado a Ester la casa de Amán, y a él le han colgado en la horca porque extendió su mano contra los judíos.
pues Mardoqueo era grande en la casa del rey, y su fama se había extendido por todas las provincias, porque Mardoqueo se hacía más y más grande.
Sus hijos solían ir y hacer un banquete en la casa de cada uno por turno, e invitaban a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos.
¿No has hecho tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra.
Y aconteció que un día en que sus hijos y sus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa del hermano mayor,
Mientras estaba éste hablando, vino otro y dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su hermano mayor,
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- 1.Gé 7:1-Éx 18:2
- 2.Éx 19:3-Josué 2:1
- 3.Josué 2:3-1 Samuel 7:1
- 4.1 Samuel 7:2-2 Samuel 13:20
- 5.2 Samuel 14:8-1 Reyes 8:64
- 6.1 Reyes 9:1-2 Reyes 11:5
- 7.2 Reyes 11:6-1 Crónicas 17:14
- 8.1 Crónicas 17:16-2 Crónicas 9:3
- 9.2 Crónicas 9:4-2 Crónicas 36:17
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- 11.Job 1:19-Eclesiastés 7:2
- 12.Eclesiastés 7:4-Jeremías 23:11
- 13.Jeremías 23:34-Ezequiel 17:2
- 14.Ezequiel 17:12-Amós 7:16
- 15.Amós 9:8-Marcos 5:19
- 16.Marcos 5:35-Hechos 10:17
- 17.Hechos 10:22-2 Juan 1:10