'Con' en la Biblia
Subió el varón Elcana con toda su casa a ofrecer al SEÑOR el sacrificio anual y {a pagar} su voto,
Después de haberlo destetado, lo llevó consigo, con un novillo de tres años, un efa de harina y un odre de vino, y lo trajo a la casa del SEÑOR en Silo, aunque el niño era pequeño.
No os jactéis más con tanto orgullo, no salga la arrogancia de vuestra boca; porque el SEÑOR es Dios de sabiduría, y por El son pesadas las acciones.
Levanta del polvo al pobre, del muladar levanta al necesitado para hacer{los} sentar con los príncipes, y heredar un sitio de honor; pues las columnas de la tierra son del SEÑOR, y sobre ellas ha colocado el mundo.
Los que contienden con el SEÑOR serán quebrantados, El tronará desde los cielos contra ellos. El SEÑOR juzgará los confines de la tierra, a su rey dará fortaleza, y ensalzará el poder de su ungido.
ni la costumbre de los sacerdotes con el pueblo: cuando algún hombre ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote con un tenedor de tres dientes en su mano mientras se cocía la carne,
lo introducía en la cazuela, la olla, la caldera o el caldero, y todo lo que el tenedor sacaba, lo tomaba el sacerdote para sí. Así hacían en Silo con todos los israelitas que allí iban.
Su madre le hacía una túnica pequeña cada año, y se la traía cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual.
Elí {era ya} muy anciano; oyó todo lo que sus hijos estaban haciendo a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión,
Y el niño Samuel crecía en estatura y en gracia para con el SEÑOR y para con los hombres.
`` ¿Por qué pisoteáis mi sacrificio y mi ofrenda que he ordenado {en mi} morada, y honras a tus hijos más que a mí, engordándoos con lo mejor de cada ofrenda de mi pueblo Israel?"
Samuel creció, y el SEÑOR estaba con él; no dejó sin cumplimiento ninguna de sus palabras.
Y llegaba la palabra de Samuel a todo Israel. Y salió Israel para enfrentarse en batalla con los filisteos y acampó junto a Eben-ezer, mientras que los filisteos habían acampado en Afec.
Cuando el pueblo volvió al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha derrotado hoy el SEÑOR delante de los filisteos? Tomemos con nosotros, de Silo, el arca del pacto del SEÑOR, para que vaya en medio de nosotros y nos libre del poder de nuestros enemigos.
Y el pueblo envió a Silo, y trajeron de allí el arca del pacto del SEÑOR de los ejércitos que está {sobre} los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, {estaban} allí con el arca del pacto de Dios.
Y aconteció que cuando el arca del pacto del SEÑOR entró al campamento, todo Israel gritó con voz tan fuerte que la tierra vibró.
¿Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a los egipcios en el desierto con toda {clase de} plagas.
Y un hombre de Benjamín corrió del campo de batalla, y llegó aquel mismo día a Silo, con sus vestidos rotos y polvo sobre su cabeza.
Y la mano del SEÑOR se hizo pesada sobre los de Asdod, y los desoló y los hirió con tumores, tanto a Asdod como a sus territorios.
Cuando los hombres de Asdod vieron lo que les sucedía, dijeron: El arca del Dios de Israel no debe quedar con nosotros, pues su mano es dura sobre nosotros y sobre Dagón nuestro dios.
Enviaron, pues, e hicieron venir a ellos a todos los príncipes de los filisteos, y dijeron: ¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Que se traslade el arca del Dios de Israel a Gat. Y trasladaron el arca del Dios de Israel.
Y los hombres que no murieron fueron heridos con tumores, y el clamor de la ciudad subió hasta el cielo.
Entonces los filisteos llamaron a los sacerdotes y a los adivinos, diciendo: ¿Qué haremos con el arca del SEÑOR? Decidnos cómo la hemos de enviar a su lugar.
Ahora pues, tomad y preparad un carro nuevo y dos vacas con crías sobre las cuales no se haya puesto yugo; uncid las vacas al carro y llevad sus becerros a casa, lejos de ellas.
Entonces los hombres lo hicieron así; tomaron dos vacas con crías, las uncieron al carro y encerraron sus becerros en casa.
Colocaron el arca del SEÑOR en el carro, y la caja con los ratones de oro y las semejanzas de sus tumores.
Los levitas bajaron el arca del SEÑOR y la caja que estaba con ella, en la cual estaban los objetos de oro, y las colocaron sobre la gran piedra; y los hombres de Bet-semes ofrecieron holocaustos e hicieron sacrificios aquel día al SEÑOR.
{El Señor} hirió a los hombres de Bet-semes porque habían mirado dentro del arca del SEÑOR. De todo el pueblo hirió a cincuenta mil setenta hombres, y el pueblo lloró porque el SEÑOR había herido al pueblo con gran mortandad.
Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, diciendo: Los filisteos han devuelto el arca del SEÑOR; descended, {y} subidla con vosotros.
Entonces Samuel habló a toda la casa de Israel, diciendo: Si os volvéis al SEÑOR con todo vuestro corazón, quitad de entre vosotros los dioses extranjeros y las Astorets, y dirigid vuestro corazón al SEÑOR, y servidle sólo a El; y El os librará de la mano de los filisteos.
Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos se acercaron para pelear con Israel. Mas el SEÑOR tronó con gran estruendo aquel día contra los filisteos y los confundió, y fueron derrotados delante de Israel.
Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Saúl dijo al criado que estaba con él: Ven, regresemos, no sea que mi padre deje {de preocuparse} por las asnas y se angustie por nosotros.
Según subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas muchachas que salían a sacar agua y les dijeron: ¿Está aquí el vidente?
Entonces el cocinero alzó el pernil con lo que estaba en él y {lo} colocó delante de Saúl. Y {Samuel} dijo: He aquí lo que estaba reservado. Pon{lo} delante de ti {y} come, porque ha sido guardado para ti hasta el momento señalado, ya que dije: He invitado al pueblo. Y Saúl comió con Samuel aquel día.
Descendieron del lugar alto a la ciudad, y {Samuel} habló con Saúl en el terrado.
De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel, uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino;
Después llegarás a la colina de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando.
Entonces el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre.
Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas {salió} a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos.
Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?
También Saúl se fue a su casa en Guibeá, y con él fueron los valientes cuyos corazones Dios había tocado.
Y subió Nahas amonita y sitió a Jabes de Galaad, y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas: Haz un pacto con nosotros y te serviremos.
Pero Nahas amonita les dijo: {Lo} haré con esta condición: que a todos vosotros os saque yo el ojo derecho; así haré que esto sea una afrenta sobre todo Israel.
Y sucedió que Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes, y dijo: ¿Qué {pasa} con el pueblo que está llorando? Entonces le contaron las palabras de los mensajeros de Jabes.
Y el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl al escuchar estas palabras, y Saúl se enojó grandemente.
Y he aquí, ahora el rey va delante de vosotros. Yo {ya} soy viejo y lleno de canas, y he aquí, mis hijos están con vosotros. Yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta hoy.
Aquí estoy; testificad contra mí delante del SEÑOR y delante de su ungido. ¿A quién he quitado buey, o a quién he quitado asno, o a quién he defraudado? ¿A quién he oprimido, o de mano de quién he tomado soborno para cegar mis ojos con él? {Testificad, y} os {lo} restituiré.
Ahora pues, presentaos para que yo argumente con vosotros delante del SEÑOR acerca de todos los hechos de justicia del SEÑOR que El ha hecho por vosotros y {por} vuestros padres.
Entonces el SEÑOR envió a Jerobaal, a Bedán, a Jefté y a Samuel, y os libró de la mano de vuestros enemigos en derredor, de manera que habitasteis con seguridad.
Y Samuel dijo al pueblo: No temáis; aunque vosotros habéis hecho todo este mal, no os apartéis de seguir al SEÑOR, sino servid al SEÑOR con todo vuestro corazón.
Solamente temed al SEÑOR y servidle en verdad con todo vuestro corazón; pues habéis visto cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
Saúl escogió para sí tres mil hombres de Israel, de los cuales dos mil estaban con Saúl en Micmas y en la región montañosa de Betel, y mil estaban con Jonatán en Geba de Benjamín. Y al resto del pueblo lo despidió cada uno a su tienda.
Y todo Israel oyó decir que Saúl había herido la guarnición de los filisteos, y también que Israel se había hecho odioso a los filisteos. Entonces el pueblo se reunió con Saúl en Gilgal.
Entonces Samuel se levantó y subió de Gilgal a Guibeá de Benjamín. Y Saúl contó el pueblo que se hallaba con él, como seiscientos hombres.
Y Saúl, su hijo Jonatán y el pueblo que se hallaba con ellos, estaban situados en Geba de Benjamín, mientras los filisteos acampaban en Micmas.
Y sucedió que en el día de la batalla, no había espada ni lanza en mano de ninguna de la gente que {estaba} con Saúl y Jonatán, pero {sí las} había {en mano} de Saúl y de su hijo Jonatán.
Saúl estaba situado en las afueras de Guibeá, debajo del granado que está en Migrón, y la gente que {estaba} con él {eran} unos seiscientos hombres;
Y Jonatán dijo al joven que llevaba su armadura: Ven y pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá el SEÑOR obrará por nosotros, pues el SEÑOR no está limitado a salvar con muchos o con pocos.
Entonces Jonatán trepó con manos y pies, y tras él su escudero; y caían {los filisteos} delante de Jonatán, y tras él su escudero {los} remataba.
Y Saúl dijo al pueblo que {estaba} con él: Pasad lista ahora y ved quién ha salido de entre nosotros. Cuando ellos pasaron lista, he aquí que Jonatán y su escudero no estaban.
Entonces Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque en ese tiempo el arca de Dios estaba con los hijos de Israel.
Y sucedió que mientras Saúl hablaba con el sacerdote, el alboroto en el campamento de los filisteos continuaba y aumentaba. Entonces Saúl dijo al sacerdote: Retira tu mano.
Y Saúl y todo el pueblo que {estaba} con él se agruparon y fueron a la batalla, y he aquí que la espada de cada hombre se volvía contra su compañero, {y había} gran confusión.
Entonces los hebreos que de antes estaban con los filisteos {y} que habían subido con ellos de los alrededores al campamento, aun ellos también {se unieron} con los israelitas que {estaban} con Saúl y Jonatán.
Entonces el pueblo se lanzó sobre el despojo, y tomó ovejas, bueyes y becerros y {los} mataron en el suelo; y el pueblo {los} comió con la sangre.
Y avisaron a Saúl, diciéndo{le:} He aquí, el pueblo está pecando contra el SEÑOR, comiendo {carne} con la sangre. Y él dijo: Habéis obrado pérfidamente. Traedme hoy una piedra grande.
Y Saúl añadió: Dispersaos entre el pueblo, y decidles: ``Tráigame cada uno de vosotros su buey o su oveja; matad{los} aquí y comed, pero no pequéis contra el SEÑOR comiendo {carne} con sangre." Y aquella noche todo el pueblo trajo cada cual su buey consigo, y {los} mataron allí.
Dijo, pues, Saúl a Jonatán: Cuéntame lo que has hecho. Y Jonatán le respondió, y dijo: En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que {tenía} en la mano. Heme aquí, debo morir.
Pero el pueblo dijo a Saúl: ¿Debe morir Jonatán, el que ha obtenido esta gran liberación en Israel? No sea así. Vive el SEÑOR que ni un cabello de su cabeza caerá a tierra, porque él ha obrado con Dios en este día. Así el pueblo rescató a Jonatán, y no murió.
Obró con valentía derrotando a los amalecitas, y libró a Israel de manos de los que lo saqueaban.
Y dijo Saúl a los ceneos: Idos, apartaos, descended de entre los amalecitas, para que no os destruya con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel cuando subían de Egipto. Y los ceneos se apartaron de entre los amalecitas.
Ordene ahora nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen un hombre que sepa tocar el arpa, y cuando el espíritu malo de parte de Dios esté sobre ti, él tocará {el arpa} con su mano y te pondrás bien.
Y respondió uno de los mancebos y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí, el de Belén, que sabe tocar, es poderoso y valiente, un hombre de guerra, prudente en su hablar, hombre bien parecido y el SEÑOR está con él.
Entonces Saúl envió mensajeros a Isaí y dijo: Envíame a tu hijo David, el que está con el rebaño.
Tomó Isaí un asno {cargado de} pan, un odre de vino y un cabrito, y {los} envió a Saúl con su hijo David.
Sucedía que cuando el espíritu {malo} de parte de Dios venía a Saúl, David tomaba el arpa, {la} tocaba con su mano, y Saúl se calmaba y se ponía bien, y el espíritu malo se apartaba de él.
Y los tres hijos mayores de Isaí habían ido con Saúl a la guerra. Los nombres de los tres hijos que fueron a la guerra {eran:} Eliab, el primogénito, Abinadab, el segundo, y Sama, el tercero.
Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando {las provisiones,} se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra.
Mientras hablaba con ellos, he aquí, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y David {las} oyó.
Y los hombres de Israel decían: ¿Habéis visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El rey colmará con grandes riquezas al que lo mate, le dará su hija y hará libre en Israel a la casa de su padre.
Y Eliab, su hermano mayor, oyó cuando él hablaba con los hombres; y se encendió la ira de Eliab contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido {acá?} ¿Con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la maldad de tu corazón, que has descendido para ver la batalla.
Y dijo David a Saúl: No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; tu siervo irá y peleará con este filisteo.
Entonces Saúl dijo a David: Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud.
Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura.
David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se {las} había probado {antes.} Entonces David dijo a Saúl: No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con {ellas.} David se las quitó,
y tomando su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo.
El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él.
Y el filisteo dijo a David: ¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses.
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.
y para que sepa toda esta asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El os entregará en nuestras manos.
David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, {la} lanzó {con la honda,} e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y {Goliat} cayó a tierra sobre su rostro.
Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David.
Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron.
Cuando regresó David de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl, con la cabeza del filisteo en su mano.
Y aconteció que cuando él acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David, y Jonatán lo amó como a sí mismo.
Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo.
Jonatán se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David con sus ropas militares, incluyendo su espada, su arco y su cinturón.
Y aconteció que cuando regresaban, al volver David de matar al filisteo, las mujeres de todas las ciudades de Israel salían cantando y danzando al encuentro del rey Saúl, con panderos, con {cánticos de} júbilo y con instrumentos musicales.
De aquel día en adelante Saúl miró a David con recelo.
Y aconteció al día siguiente que un espíritu malo {de parte} de Dios se apoderó de Saúl, y éste deliraba en medio de la casa, mientras David tocaba {el arpa} con su mano como de costumbre. Saúl {tenía} la lanza en la mano,