'Cual' en la Biblia
Eran caballos cebados {y} fogosos, cada cual relinchando tras la mujer de su prójimo.
Así dice el SEÑOR: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Pero dijeron: ``No andaremos {en él.}"
haré con la casa que es llamada por mi nombre, en la cual confiáis, y al lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice con Silo.
Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle de Ben-hinom, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, lo cual yo no mandé, ni me pasó por la mente.
`He escuchado y oído, han hablado lo que no es recto; ninguno se arrepiente de su maldad, diciendo: `` ¿Qué he hecho?" Cada cual vuelve a su carrera, como caballo que arremete en la batalla.
``Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que cada cual anduvo en la terquedad de su malvado corazón. Por tanto, hice caer sobre ellos todas las palabras de este pacto, que yo {les} mandé cumplir y no lo cumplieron."
Se han vuelto a las iniquidades de sus antepasados, los cuales rehusaron escuchar mis palabras, y se han ido tras otros dioses para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han violado mi pacto, el cual hice con sus padres.
Y sucederá que después que los haya arrancado, volveré y les tendré compasión, y los haré regresar cada uno a su heredad y cada cual a su tierra.
Por lo cual yo también te levantaré las faldas sobre tu rostro, para que se vea tu vergüenza.
Y sucederá que cuando anuncies a este pueblo todas estas palabras, ellos te dirán: `` ¿Por qué el SEÑOR ha pronunciado toda esta gran calamidad contra nosotros? ¿Cuál es nuestra iniquidad y cuál es nuestro pecado que hemos cometido contra el SEÑOR nuestro Dios?"
sino: ``Vive el SEÑOR, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todos los países adonde los había desterrado." Porque los haré volver a su tierra, la cual di a sus padres.
Así me dijo el SEÑOR: Ve y ponte a la puerta de los hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y asimismo en todas las puertas de Jerusalén,
y han edificado los lugares altos de Baal para quemar a sus hijos en el fuego {como} holocaustos a Baal, cosa que nunca mandé, ni de la cual hablé, ni me pasó por la mente;
hizo azotar al profeta Jeremías y lo puso en el cepo que {estaba} en la puerta superior de Benjamín, la cual {conducía} a la casa del SEÑOR.
Pasarán muchas naciones junto a esta ciudad, y dirá cada cual a su prójimo: `` ¿Por qué ha hecho así el SEÑOR a esta gran ciudad?"
Pero a la tierra a la cual con toda el alma anhelan volver, a ella no volverán.
En sus días será salvo Judá, e Israel morará seguro; y este es su nombre por el cual será llamado: ``El SEÑOR, justicia nuestra."
Y cuando te pregunte este pueblo, o el profeta, o sacerdote, diciendo: `` ¿Cuál es la profecía del SEÑOR?", les dirás: `` ¿Cuál profecía?" El SEÑOR declara: ``Yo os abandonaré."
la cual el profeta Jeremías habló a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo:
diciendo: ``Volveos ahora cada cual de vuestro camino y de la maldad de vuestras obras, y habitaréis en la tierra que el SEÑOR os dio a vosotros y a vuestros padres para siempre;
Y hubo también un hombre que profetizó en el nombre del SEÑOR, Urías, hijo de Semaías de Quiriat-jearim, el cual profetizó contra esta ciudad y contra esta tierra palabras semejantes a todas las de Jeremías.
Con llanto vendrán, y entre súplicas los guiaré; los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy un padre para Israel, y Efraín es mi primogénito.
sino que cada cual por su propia iniquidad morirá; los dientes de todo hombre que coma uvas agrias tendrán dentera.
Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: ``Conoce al SEÑOR", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande --declara el SEÑOR-- pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.
Y edificaron los lugares altos de Baal que están en el valle de Ben-hinom, para hacer pasar {por el fuego} a sus hijos y a sus hijas {en honor de} Moloc, lo cual no les había mandado, ni me pasó por la mente que ellos cometieran esta abominación, para hacer que Judá pecara.
Ahora pues, así dice el SEÑOR, Dios de Israel, en cuanto a esta ciudad de la cual vosotros decís: ``Va a ser entregada en mano del rey de Babilonia por la espada, por el hambre y por la pestilencia."
``Y se comprarán campos en esta tierra de la cual decís vosotros: `Es una desolación, sin hombres ni animales; entregada está en mano de los caldeos.'
Así dice el SEÑOR: ``En este lugar, del cual decís vosotros: `Es una desolación, sin hombres y sin animales', en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales, se oirá de nuevo
``En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén morará segura, y este {es el nombre} con el cual será llamada: el SEÑOR, justicia nuestra."
y los llevé a la casa del SEÑOR, a la cámara de los hijos de Hanán, hijo de Igdalías, hombre de Dios, la cual {estaba} cerca de la cámara de los oficiales, que {estaba} encima de la cámara de Maasías, hijo de Salum, guarda del umbral.
Estando él a la puerta de Benjamín, {había} allí un capitán de la guardia que se llamaba Irías, hijo de Selemías, hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo: Tú vas a pasarte a los caldeos.
Y los oficiales se enojaron contra Jeremías y lo azotaron, y lo encarcelaron en la casa del escriba Jonatán, la cual habían convertido en prisión.
``Y no quedará quien escape ni quien sobreviva del remanente de Judá que ha entrado en la tierra de Egipto para residir allí, para {luego} volver a la tierra de Judá a la cual añoran volver a fin de morar allí, porque ninguno volverá, excepto {algunos} fugitivos."
A Egipto, acerca del ejército de Faraón Necao, rey de Egipto, que estaba junto al río Eufrates en Carquemis, al cual derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá:
Y la arrogante tropezará y caerá sin que nadie la levante; y prenderé fuego a sus ciudades, el cual devorará todos sus alrededores.
Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado; dejadla, y vayamos cada cual a su tierra, porque ha llegado al cielo su juicio, se ha elevado hasta las nubes.
Sus ciudades se han convertido en desolación, en sequedal y yermo; una tierra en la cual nadie habita, y por la cual ningún hijo de hombre pasa.