'Cual' en la Biblia
Y dieron aviso al rey, diciendo: He aquí el profeta Natán; el cual, cuando entró al rey, se postró delante del rey inclinando su rostro a tierra.
Y mientras él aún hablaba, he aquí vino Jonatán hijo del sacerdote Abiatar, al cual dijo Adonías: Entra, porque tú eres hombre valiente, y traerás buenas nuevas.
También tienes contigo a Simeí hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová, diciendo: Yo no te mataré a espada.
Y vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó a ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo poner una silla a la madre del rey, la cual se sentó a su diestra.
Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual arremetió contra él, y murió.
Dijo además el rey a Simeí: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová, pues, ha tornado el mal sobre tu cabeza.
Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y le hirió, y murió. Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.
Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.
Y edificó asimismo el aposento en derredor de toda la casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con maderas de cedro.
Y el lugar santísimo estaba en la parte de adentro, el cual tenía veinte codos de largo, y otros veinte de ancho, y otros veinte de altura; y lo cubrió de oro purísimo; asimismo cubrió de oro el altar de cedro.
Asimismo edificó la casa del bosque del Líbano, la cual tenía cien codos de longitud, y cincuenta codos de anchura, y treinta codos de altura, sobre cuatro hileras de columnas de cedro, con vigas de cedro sobre las columnas.
Y en la casa en que él moraba, había otro atrio dentro del pórtico, de obra semejante a ésta. Edificó también Salomón una casa semejante a aquel pórtico, para la hija de Faraón, la cual había tomado por esposa.
Tenían también los capiteles de sobre las dos columnas, doscientas granadas en dos hileras alrededor en cada capitel, encima de la parte abultada del capitel, el cual estaba rodeado por la red.
E hizo Salomón todos los utensilios que pertenecían a la casa de Jehová; un altar de oro, y una mesa sobre la cual estaban los panes de la proposición, también de oro;
Desde el día que saqué mi pueblo Israel de Egipto, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel para edificar casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a David para que presidiese en mi pueblo Israel.
Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová, que Él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.
Que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga hacia este lugar.
escucha tú en el cielo, y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que deben andar; y da lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.
escucha tú en el cielo, en la habitación de tu morada, y haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clamare a ti; para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifiqué.
Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo.
Toda la tierra procuraba ver el rostro de Salomón, para oír su sabiduría, la cual Dios había puesto en su corazón.
Sin embargo no romperé todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor de David mi siervo, y por amor de Jerusalén la cual yo he elegido.
Y Jehová levantó un adversario a Salomón, a Hadad, edomita, de la sangre real, el cual estaba en Edom.
Y se levantaron de Madián, y vinieron a Parán; y tomando consigo hombres de Parán, se vinieron a Egipto, a Faraón rey de Egipto, el cual le dio casa, y le señaló alimentos, y aun le dio tierra.
Y halló Hadad grande favor delante de Faraón, el cual le dio por esposa a la hermana de su esposa, a la hermana de la reina Tahpenes.
Y la hermana de Tahpenes le dio a luz a su hijo Genubat, al cual destetó Tahpenes dentro de la casa de Faraón; y estaba Genubat en casa de Faraón entre los hijos de Faraón.
Y Dios le levantó otro adversario, Rezón, hijo de Eliada, el cual había huido de su amo Hadad-ezer, rey de Soba.
Y la causa por la cual éste alzó su mano contra el rey, fue ésta: Salomón edificando a Milo, cerró el portillo de la ciudad de David su padre.
Pero no quitaré todo el reino de sus manos, sino que lo retendré por príncipe todos los días de su vida, por amor de David mi siervo, al cual yo elegí, y él guardó mis mandamientos y mis estatutos:
clamó contra el altar por palabra de Jehová, y dijo: Altar, altar, así dice Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo, llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre ti incienso; y sobre ti quemarán huesos de hombres.
Moraba entonces en Betel un viejo profeta, al cual vinieron sus hijos, y le contaron todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día en Betel; le contaron también a su padre las palabras que había hablado al rey.
Y su padre les dijo: ¿Por cuál camino se fue? Pues sus hijos habían visto por cuál camino se había ido el varón de Dios, que había venido de Judá.
Y esto fue causa de pecado a la casa de Jeroboam; por lo cual fue cortada y raída de sobre la faz de la tierra.
Y Jehová se levantará un rey sobre Israel, el cual talará la casa de Jeroboam en este día; ¿y qué, si ahora mismo?
Y Él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel.
Entonces tomando Asa toda la plata y oro que había quedado en los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, los entregó en las manos de sus siervos, y los envió el rey Asa a Benadad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual residía en Damasco, diciendo:
Y Baasa hijo de Ahías, el cual era de la casa de Isacar, conspiró contra él; y lo hirió Baasa en Gibetón, que era de los filisteos; porque Nadab y todo Israel tenían sitiado a Gibetón.
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
Y Elías le dijo: Vive Jehová de los ejércitos, delante del cual estoy, que hoy me mostraré a él.
Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había venido palabra de Jehová, diciendo: Israel será tu nombre;
Entonces cayó fuego de Jehová, el cual consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las aguas que estaban en la zanja.
Y la mano de Jehová fue sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y vino corriendo delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y he aquí vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella.
Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos?
Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías, hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.
Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento que decía: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!