'Delante' en la Biblia
Pero muchos sacerdotes y Levitas y jefes de {casas} paternas, que ya eran ancianos y que habían visto el primer templo, cuando se echaban los cimientos de este templo delante de sus ojos, lloraban en alta voz mientras muchos daban gritos de alegría.
el documento que nos enviaron ha sido leído claramente delante de mí.
Así que tan pronto como la copia del documento del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, del escriba Simsai, y sus compañeros, fueron a toda prisa a Jerusalén, a los Judíos, y por la fuerza los hicieron parar {la obra.}
"También los utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de tu Dios, entrégalos todos delante del Dios de Jerusalén.
y que me ha extendido misericordia delante del rey y de sus consejeros y delante de todos los príncipes poderosos del rey. Así fui fortalecido según {estaba} la mano del SEÑOR mi Dios sobre mí, y reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo.
Entonces proclamé allí, junto al río Ahava, un ayuno para que nos humilláramos delante de nuestro Dios a fin de implorar de El un viaje feliz para nosotros, para nuestros pequeños y para todas nuestras posesiones.
"Vigilen y guárden{los} hasta que {los} pesen delante de los principales sacerdotes, los Levitas y los jefes de {casas} paternas de Israel en Jerusalén, {en} las cámaras de la casa del SEÑOR."
"Oh SEÑOR, Dios de Israel, Tú eres justo, porque hemos quedado un {remanente} que ha escapado, como {en} este día. Ahora, estamos delante de Ti con nuestra culpa, porque nadie puede estar delante de Ti a causa de esto."
Mientras Esdras oraba y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, una gran asamblea de Israel, hombres, mujeres y niños se juntó a él; y el pueblo lloraba amargamente.
Después Esdras se levantó de delante de la casa de Dios y entró a la cámara de Johanán, hijo de Eliasib. Aunque entró allí, no comió pan ni bebió agua, porque hacía duelo a causa de la infidelidad de los desterrados.
Se reunieron, pues, todos los hombres de Judá y Benjamín en Jerusalén dentro de los tres días. Era el mes noveno, el {día} veinte del mes, y todo el pueblo se sentó en la plaza {delante} de la casa de Dios, temblando a causa de este asunto y de la intensa lluvia.