'Fe' en la Biblia
sino que sólo oían {decir:} El que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en un tiempo quería destruir.
sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de {la} ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de {la} ley; puesto que por las obras de {la} ley nadie será justificado.
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la {vida} que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de {la} ley, o por el oír con fe?
Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de {la} ley o por el oír con fe?
Por consiguiente, sabed que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
Y la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, {diciendo:} EN TI SERAN BENDITAS TODAS LAS NACIONES.
Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham, el creyente.
Y que nadie es justificado ante Dios por {la} ley es evidente, porque EL JUSTO VIVIRA POR LA FE.
Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, EL QUE LAS HACE, VIVIRA POR ELLAS.
a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa {que es} por la fe en Jesucristo fuera dada a todos los que creen.
Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada.
De manera que la ley ha venido a ser nuestro ayo {para conducirnos} a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe.
Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo,
pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.
Pues nosotros, por medio del Espíritu, esperamos por la fe la esperanza de justicia.
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor.
Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.