'Fueron' en la Biblia
Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.
En aquel día las ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, las cuales fueron dejadas a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación.
Todos tus príncipes huyeron juntos, fueron atados por los arqueros; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque lejos habían huido.
Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y se disminuyeron los hombres.
¿Acaso lo ha herido, como Él hirió a quien lo hirió? ¿O ha sido muerto como los que en la matanza por Él fueron muertos?
Mas también éstos erraron con el vino; y con el licor se entontecieron; el sacerdote y el profeta han errado a causa del licor, fueron trastornados por el vino, han divagado a causa del licor, erraron en la visión, tropezaron en el juicio.
Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.
Se enlutó, enfermó la tierra: el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón es como un desierto; y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.
Y sus moradores, fueron cortos de poder, desalentados y confusos, fueron como pasto del campo y hortaliza verde, como hierba de los tejados, que antes de sazón se seca.
Se postró Bel, se doblegó Nebo. Sus ídolos fueron puestos sobre bestias, sobre animales de carga; vuestros acarreos fueron muy pesados, muy gravosos para las bestias cansadas.
Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y Él mismo peleó contra ellos.
Nosotros somos tuyos. Tú nunca señoreaste sobre ellos, ellos nunca fueron llamados por tu nombre.
Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.