'Fueron' en la Biblia
Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los débiles se ciñeron de fortaleza.
Mas ¿por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los hubo así tratado, ¿no los dejaron ir, y se fueron?
Y las vacas se encaminaron por el camino de Bet-semes, e iban por un mismo camino andando y bramando, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda. Y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el término de Bet-semes.
Éstas fueron las hemorroides de oro que pagaron los filisteos a Jehová en expiación: por Asdod una, por Gaza una, por Ascalón una, por Gat una, por Ecrón una;
Y aconteció que cuando Samuel sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos, y los desbarató, y fueron vencidos delante de Israel.
Fueron pues los filisteos humillados, que no vinieron más al término de Israel; y la mano de Jehová fue contra los filisteos todo el tiempo de Samuel.
Y fueron restituidas a los hijos de Israel las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas, desde Ecrón hasta Gat, con sus términos; e Israel las libró de mano de los filisteos. Y hubo paz entre Israel y el amorreo.
Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; éstos fueron jueces en Beerseba.
Dijo entonces Saúl a su criado: Bien dices; anda, vamos. Y fueron a la ciudad donde estaba el varón de Dios.
Y Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él unos hombres valerosos, cuyo corazón Dios había tocado.
Y les contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá.
Y el día siguiente dispuso Saúl el pueblo en tres escuadrones, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentaba; y los que quedaron fueron dispersos, tal que no quedaron dos de ellos juntos.
Pero los hombres de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había conjurado al pueblo, diciendo: Cualquiera que comiere pan hasta la tarde, hasta que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo no había gustado pan.
Pero Jonatán no había oído cuando su padre había juramentado al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llegó su mano a su boca; y sus ojos fueron aclarados.
Entonces dijo Saúl a Jehová Dios de Israel: Da suerte perfecta. Y fueron tomados Jonatán y Saúl, y el pueblo salió libre.
Y Saúl dejó de seguir a los filisteos; y los filisteos se fueron a su lugar.
Y los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi, y Malquisúa. Y éstos eran los nombres de sus dos hijas; el nombre de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical.
Porque Cis padre de Saúl, y Ner padre de Abner, fueron hijos de Abiel.
Y cuando fueron oídas las palabras que David había dicho, ellos las refirieron delante de Saúl, y él lo hizo venir.
Huyó, pues, David, y se escapó, y vino a Samuel en Ramá, y le dijo todo lo que Saúl había hecho con él. Y se fueron él y Samuel, y moraron en Naiot.
Así el sacerdote le dio pan sagrado, porque allí no había otro pan sino los panes de la proposición, los cuales habían sido quitados de delante de Jehová, para que se pusiesen panes calientes el día que los otros fueron quitados.
Y ellos se levantaron, y se fueron a Zif delante de Saúl. Mas David y su gente estaban en el desierto de Maón, en la llanura al sur de Jesimón.
También tomó David a Ahinoam de Jezreel, y ambas dos fueron sus esposas.
Se llevó, pues, David la lanza y la botija de agua de la cabecera de Saúl, y se fueron; y no hubo nadie que viese, ni entendiese, ni velase, pues todos dormían; porque un profundo sueño enviado de Jehová había caído sobre ellos.
Entonces todos los hombres perversos, de Belial, de entre los que habían ido con David, respondieron y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos del despojo que hemos quitado, sino a cada uno su esposa y sus hijos; para que se los lleven y se vayan.