'Hablar' en la Biblia
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el Espíritu Santo les daba que hablaran.
Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar su propia lengua.
¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en su lengua en que somos criados?
cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Cuando los llamaron, les ordenaron no hablar ni enseñar en el nombre de Jesús.
Entonces sobornaron a unos para que dijeran que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y Dios.
Y pusieron testigos falsos, que dijeran: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y la ley;
pues les oían hablar en lenguas y exaltar a Dios. Entonces Pedro dijo:
Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos, también como sobre nosotros al principio.
Este oyó hablar a Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vio que tenía fe para ser sanado,
Cuando terminaron de hablar, Jacobo respondió, diciendo: Escuchadme, hermanos.
Y pasando a Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la Palabra en Asia.
Y en el día de reposo salimos fuera de la puerta, a la orilla de un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración; nos sentamos y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido.
Y cuando Pablo iba a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera cuestión de una injusticia o de un crimen depravado, oh judíos, yo os toleraría, como sería razonable.
Y comenzó a hablar confiadamente en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron, y le declararon más particularmente el camino de Dios.
Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, haciendo señal con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo.
Cuando terminó de hablar, se arrodilló y oró con todos ellos.
Pablo respondió: Yo soy judío de Tarso de Cilicia, ciudadano de una ciudad no sin importancia; te suplico que me permitas hablar al pueblo.
Pero pocos días más tarde, llegó Félix con Drusila su mujer, que era judía, y mandó traer a Pablo y lo oyó {hablar} acerca de la fe en Cristo Jesús.
Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó a dar razón por sí, diciendo:
"Por tanto, por esta razón he pedido verlos y hablar con ustedes, porque por causa de la esperanza de Israel llevo esta cadena."