'Hasta' en la Biblia
"Y nosotros cortaremos toda la madera que necesites del Líbano, te la traeremos en balsas por el mar hasta Jope y tú la harás llevar a Jerusalén."
Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras del arca se podían ver delante del santuario interior, pero no se podían ver {desde} afuera; y allí están hasta hoy.
Salomón celebró la fiesta en aquella ocasión por siete días, y todo Israel con él, una asamblea muy grande, {que vinieron} desde la entrada de Hamat hasta el torrente de Egipto.
{es decir,} a sus descendientes que habían quedado en la tierra después de ellos, a quienes los Israelitas no habían destruido, Salomón les impuso leva de {servidumbre} hasta el día de hoy.
Así fue llevada a cabo toda la obra de Salomón desde el día en que se echaron los cimientos de la casa del SEÑOR hasta que fue terminada. Así fue acabada la casa del SEÑOR.
"Pero yo no creía lo que me decían, hasta que he venido y mis ojos lo han visto; no se me había contado ni la mitad de la grandeza de su sabiduría. Usted supera todo lo que había oído.
Y {había} seis gradas hasta el trono y un estrado de oro unido al trono, con brazos a cada lado del asiento, y dos leones de pie junto a los brazos.
El tenía dominio sobre todos los reyes desde el Río (Eufrates) hasta la tierra de los Filisteos, y hasta la frontera de Egipto.
Así Israel ha estado en rebeldía contra la casa de David hasta hoy.
Y tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén.
Subió, pues, Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén y tomó los tesoros de la casa del SEÑOR y los tesoros del palacio del rey. De todo se apoderó; se llevó hasta los escudos de oro que había hecho Salomón.
Zera el etíope salió contra ellos con un ejército de 1,000,000 {de hombres} y 300 carros, y vino hasta Maresa.
Pero Asa y el pueblo que {estaba} con él los persiguieron hasta Gerar. Cayeron tantos Etíopes que no pudieron rehacerse, porque fueron destrozados delante del SEÑOR y delante de Su ejército. Los de Judá recogieron muchísimo botín.
No hubo más guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asa.
Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho cuernos de hierro y decía: ``Así dice el SEÑOR: `Con éstos acornearás a los Arameos hasta acabarlos.'"
y díganles: `Así dice el rey: ``Echen a éste en la cárcel, y aliméntenlo con poco pan y poca agua hasta que yo vuelva en paz."'"
La batalla arreció aquel día, y el rey de Israel fue sostenido en el carro frente a los Arameos hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.
Y habitó Josafat en Jerusalén, y volvió a salir por entre el pueblo, desde Beerseba hasta la región montañosa de Efraín, y los hizo volver al SEÑOR, Dios de sus padres.
Al cuarto día se reunieron en el Valle de Beraca, porque allí bendijeron al SEÑOR. Por tanto llamaron aquel lugar el Valle de Beraca (de Bendición) hasta hoy.
Y Edom continuó en rebeldía contra el dominio de Judá hasta el día de hoy. Entonces Libna se rebeló en ese mismo tiempo contra su dominio, porque había abandonado al SEÑOR, Dios de sus padres.
y tú sufrirás una grave enfermedad, una enfermedad de los intestinos, hasta que día tras día se te salgan a causa de la enfermedad.'"
Y colocó a todo el pueblo, cada hombre con su arma en la mano, desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo de la misma, junto al altar y junto a la casa, alrededor del rey.
Todos los oficiales y todo el pueblo se regocijaron y trajeron sus contribuciones y {las} echaron en el cofre hasta llenarlo.
Pero las tropas que Amasías había hecho volver para que no fueran con él a la batalla, saquearon las ciudades de Judá desde Samaria hasta Bet Horón, mataron a 3,000 de ellos y tomaron mucho botín.
Entonces Joás, rey de Israel, capturó en Bet Semes a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, y lo llevó a Jerusalén; y derribó la muralla de Jerusalén desde la Puerta de Efraín hasta la Puerta del Angulo, 180 metros.
Los demás hechos de Amasías, desde el primero hasta el postrero, ¿no están escritos en el Libro de los Reyes de Judá y de Israel?
Desde el día en que Amasías se apartó de seguir al SEÑOR, conspiraron contra él en Jerusalén, y él huyó a Laquis; pero lo persiguieron hasta Laquis y allí lo mataron.
Los Amonitas pagaron tributo a Uzías, y su fama se divulgó hasta la frontera de Egipto, pues llegó a ser muy poderoso.
Y en Jerusalén hizo máquinas {de guerra} inventadas por hombres hábiles para poner{las} en las torres y en las esquinas, para arrojar flechas y grandes piedras. Por eso su fama se extendió hasta muy lejos, porque fue ayudado en forma prodigiosa hasta que se hizo muy fuerte.
El rey Uzías quedó leproso hasta el día de su muerte, y habitó en una casa separada, ya que era leproso, porque fue excluido de la casa del SEÑOR. Y su hijo Jotam {estaba} al frente de la casa del rey gobernando al pueblo de la tierra.
Pero había allí un profeta del SEÑOR llamado Oded, y {éste} salió al encuentro del ejército que venía a Samaria, y les dijo: ``Porque el SEÑOR, Dios de sus padres, estaba lleno de ira contra Judá, los ha entregado en sus manos, y ustedes los han matado con una furia {que} ha llegado hasta el cielo.
Comenzaron la santificación el primer {día} del mes primero, y el octavo día del mes entraron hasta el pórtico del SEÑOR; entonces santificaron la casa del SEÑOR en ocho días, y terminaron el día dieciséis del mes primero.
Mientras toda la asamblea adoraba, también los cantores cantaban y las trompetas sonaban; todo esto {continuó} hasta que se consumió el holocausto.
Pero los sacerdotes eran pocos, y no pudieron desollar todos los holocaustos; por eso sus hermanos los Levitas los ayudaron hasta que se acabó la obra y hasta que los {otros} sacerdotes se hubieron santificado. Porque los Levitas fueron más cuidadosos para santificarse que los sacerdotes.
Así que proclamaron un decreto para hacer correr la voz por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que vinieran a celebrar la Pascua al SEÑOR, Dios de Israel, en Jerusalén. Porque muchos no {la} habían celebrado como estaba escrito.
Pasaron, pues, los mensajeros de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y de Manasés y hasta Zabulón, pero los escarnecían y se burlaban de ellos.
Entonces los sacerdotes Levitas se levantaron y bendijeron al pueblo; y se oyó su voz, y su oración llegó hasta Su santa morada, hasta los cielos.
Cuando todo esto había terminado, todos {los de} Israel que estaban presentes, salieron a las ciudades de Judá, despedazaron los pilares {sagrados,} cortaron las Aseras. También derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y además en Efraín y Manasés, hasta acabar con todos ellos. Entonces todos los Israelitas volvieron a sus ciudades, cada cual a su posesión.
Después de esto, Manasés edificó la muralla exterior de la ciudad de David al occidente de Gihón, en el valle, hasta la entrada de la Puerta del Pescado; y rodeó {con ella} el Ofel y la hizo muy alta. Entonces puso capitanes del ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá.
En las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta en Neftalí, {y} en sus ruinas alrededor,
Y subió el rey a la casa del SEÑOR con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los Levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor, y leyó en su presencia todas las palabras del Libro del Pacto que había sido hallado en la casa del SEÑOR.
Después hicieron las preparaciones, para sí y para los sacerdotes, porque los sacerdotes, hijos de Aarón, {estuvieron} ofreciendo los holocaustos y la grasa hasta la noche; por eso los Levitas prepararon para sí y para los sacerdotes, hijos de Aarón.
Entonces Jeremías entonó una elegía por Josías. Y todos los cantores y cantoras en sus lamentaciones hablan de Josías hasta hoy. Y las establecieron como ordenanza en Israel. También están escritas en las Lamentaciones.
Pero ellos {continuamente} se burlaban de los mensajeros de Dios, despreciaban Sus palabras y se burlaban de Sus profetas, hasta que subió el furor del SEÑOR contra Su pueblo, y ya no hubo remedio.
A los que habían escapado de la espada los llevó a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos hasta el dominio del reino de Persia,
para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubiera gozado de sus días de reposo. Todos los días de su desolación {la tierra} reposó hasta que se cumplieron los setenta años.