'Hijos' en la Biblia
- 1.Gé 3:16-Gé 35:22
- 2.Gé 35:23-Éx 18:5
- 3.Éx 18:6-Levítico 16:1
- 4.Levítico 17:2-Números 26:19
- 5.Números 26:20-Josué 5:7
- 6.Josué 7:24-Jueces 18:25
- 7.Jueces 18:26-1 Reyes 2:7
- 8.1 Reyes 4:3-1 Crónicas 3:4
- 9.1 Crónicas 3:9-1 Crónicas 9:7
- 10.1 Crónicas 9:14-1 Crónicas 25:26
- 11.1 Crónicas 25:27-Esdras 2:13
- 12.Esdras 2:14-Nehemías 7:22
- 13.Nehemías 7:23-Salmos 45:16
- 14.Salmos 46:1-Isaías 51:20
- 15.Isaías 52:14-Ezequiel 24:25
- 16.Ezequiel 25:4-Lucas 13:34
- 17.Lucas 14:26-2 Juan 1:1
- 18.2 Juan 1:4-Apocalipsis 21:12
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán, hijo de Zera, y la plata, el manto, la barra de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo lo que le pertenecía, y los llevaron al Valle de Acor.
Moisés le había dado {una heredad} a la tribu de los hijos de Rubén conforme a sus familias.
Moisés también había dado {una heredad} a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, conforme a sus familias.
Esta es la heredad de los hijos de Gad según sus familias, las ciudades y sus aldeas.
Moisés también le había dado {una heredad} a la media tribu de Manasés. Fue para la media tribu de los hijos de Manasés, conforme a sus familias.
También la mitad de Galaad con Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, {fueron} para los hijos de Maquir, hijo de Manasés, para la mitad de los hijos de Maquir conforme a sus familias.
Porque los hijos de José eran dos tribus, Manasés y Efraín. Ellos no dieron a los Levitas ninguna porción en {su} tierra, sino ciudades donde habitar, con sus tierras de pasto para sus ganados y para sus posesiones.
Entonces los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal, y Caleb, hijo de Jefone el Cenezeo, le dijo: ``Tú sabes lo que el SEÑOR dijo a Moisés, hombre de Dios, acerca de ti y de mí en Cades Barnea.
"Y aquel día Moisés juró y dijo: `Ciertamente, la tierra que ha pisado tu pie será herencia tuya y de tus hijos para siempre, porque has seguido plenamente al SEÑOR mi Dios.'
La {parte} que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom, hacia el sur, hasta el desierto de Zin al extremo sur.
El límite occidental {era} el Mar Grande (el Mediterráneo), es decir, {su} costa. Este es el límite alrededor de los hijos de Judá conforme a sus familias.
Y Josué dio a Caleb, hijo de Jefone, una porción entre los hijos de Judá, según el mandato del SEÑOR a Josué, {es decir,} Quiriat Arba (la ciudad de Arba), {siendo Arba} el padre de Anac, es decir, Hebrón.
Caleb expulsó de allí a los tres hijos de Anac: Sesai, Ahimán y Talmai, hijos de Anac.
Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Judá conforme a sus familias.
Las ciudades al extremo de la tribu de los hijos de Judá, hacia la frontera de Edom en el sur, fueron: Cabseel, Edar, Jagur,
Pero a los Jebuseos, habitantes de Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron expulsarlos; por tanto, los Jebuseos habitan hasta hoy en Jerusalén con los hijos de Judá.
Tocó en suerte a los hijos de José desde el Jordán {frente a} Jericó (las aguas de Jericó) al oriente, hacia el desierto, subiendo desde Jericó por la región montañosa a Betel (Casa de Dios).
Recibieron, pues, su heredad los hijos de José, Manasés y Efraín.
{Este} fue el territorio de los hijos de Efraín conforme a sus familias: el límite de su heredad hacia el oriente era Atarot Adar, hasta Bet Horón de arriba.
De Tapúa el límite continuaba hacia el occidente hasta el arroyo de Caná, y terminaba en el mar. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Efraín, conforme a sus familias,
{junto} con las ciudades que fueron apartadas para los hijos de Efraín en medio de la heredad de los hijos de Manasés, todas las ciudades con sus aldeas.
También echaron suertes para el resto de los hijos de Manasés conforme a sus familias: para los hijos de Abiezer, para los hijos de Helec, para los hijos de Asriel, para los hijos de Siquem, para los hijos de Hefer y para los hijos de Semida. Estos {eran} los descendientes varones de Manasés, hijo de José, conforme a sus familias.
Sin embargo, Zelofehad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tenía hijos, sino sólo hijas. Estos son los nombres de sus hijas: Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa.
porque las hijas de Manasés recibieron heredad entre sus hijos. Y la tierra de Galaad perteneció al resto de los hijos de Manasés.
La tierra de Tapúa pertenecía a Manasés, pero Tapúa en la frontera con Manasés {pertenecía} a los hijos de Efraín.
Pero los hijos de Manasés no pudieron tomar posesión de estas ciudades, porque los Cananeos persistieron en habitar en esa tierra.
Entonces los hijos de José hablaron a Josué: `` ¿Por qué me has dado sólo una suerte y una porción como heredad, siendo yo un pueblo numeroso que hasta ahora el SEÑOR ha bendecido?"
Los hijos de José le respondieron: ``La región montañosa no es suficiente para nosotros, y todos los Cananeos que viven en la tierra del valle tienen carros de hierro, tanto los que están en Bet Seán y sus aldeas, como los que están en el Valle de Jezreel."
Salió la suerte de la tribu de los hijos de Benjamín conforme a sus familias, y el territorio de su suerte estaba entre la tribu de Judá y la tribu de José.
El límite doblaba {allí} y se extendía hacia el sur por el lado occidental, desde el monte que está frente a Bet Horón hacia el sur; y terminaba en Quiriat Baal, es decir, Quiriat Jearim, ciudad de los hijos de Judá. Este {era} el límite occidental.
La segunda suerte tocó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias, y su heredad estaba en medio de la heredad de los hijos de Judá.
y todas las aldeas que {estaban} alrededor de estas ciudades hasta Baalat Beer, Ramat del Neguev (región del sur). Esta {fue} la heredad de la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias.
La heredad de los hijos de Simeón {se tomó} de la porción de los hijos de Judá, porque la porción de los hijos de Judá era demasiado grande para ellos. Los hijos de Simeón recibieron, pues, heredad en medio de la heredad de Judá.
La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón conforme a sus familias. El territorio de su heredad llegaba hasta Sarid.
Esta {fue} la heredad de los hijos de Zabulón conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
La cuarta suerte tocó a Isacar, a los hijos de Isacar conforme a sus familias.
Esta {fue} la heredad de la tribu de los hijos de Isacar conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias.
Esta {fue} la heredad de la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
La sexta suerte tocó a los hijos de Neftalí; a los hijos de Neftalí conforme a sus familias.
Esta {fue} la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
La séptima suerte tocó a la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias.
Pero el territorio de los hijos de Dan continuaba más allá de éstas. Porque los hijos de Dan subieron y lucharon contra Lesem y la capturaron. La hirieron a filo de espada, la poseyeron y se establecieron (habitaron) en ella; y a Lesem la llamaron Dan, según el nombre de Dan su padre.
Esta {fue} la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.
Y la suerte cayó en las familias de los Coatitas. Y a los hijos del sacerdote Aarón, que eran de los Levitas, les tocaron en suerte trece ciudades de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín.
Al resto de los hijos de Coat les tocaron en suerte diez ciudades de las familias de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
A los hijos de Gersón les tocaron en suerte trece ciudades de las familias de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de Manasés en Basán.
A los hijos de Merari les tocaron, según sus familias, doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón.
Les dieron estas ciudades que {aquí} se mencionan por nombre, de la tribu de los hijos de Judá y de la tribu de los hijos de Simeón.
Fueron para los hijos de Aarón, una de las familias de los Coatitas, de los hijos de Leví, porque la suerte {fue} de ellos primero.
Y a los hijos del sacerdote Aarón les dieron Hebrón, la ciudad de refugio para el que haya matado a alguien, con sus tierras de pasto, Libna con sus tierras de pasto,
Todas las ciudades de los sacerdotes, hijos de Aarón, eran trece ciudades con sus tierras de pasto.
Las ciudades de la tribu de Efraín fueron dadas por suerte a las familias de los hijos de Coat, los Levitas, el resto de los hijos de Coat.
Todas las ciudades con sus tierras de pasto para las familias del resto de los hijos de Coat fueron diez.
Para los hijos de Gersón, una de las familias de los Levitas, de la media tribu de Manasés, {les dieron} Golán en Basán, la ciudad de refugio para el que haya matado a alguien, con sus tierras de pasto y Beestera con sus tierras de pasto; dos ciudades.
A las familias de los hijos de Merari, el resto de los Levitas, {les dieron} de la tribu de Zabulón, Jocneam con sus tierras de pasto, Carta con sus tierras de pasto,
Todas {estas fueron} las ciudades de los hijos de Merari conforme a sus familias, el resto de las familias de los Levitas y su suerte {fue} doce ciudades.
Entonces los Israelitas enviaron a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, a Finees, hijo del sacerdote Eleazar,
Y vinieron a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, a la tierra de Galaad, y les dijeron:
Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés respondieron a las cabezas de las familias de Israel:
"En verdad, hemos hecho esto más bien por temor, diciendo: `El día de mañana los hijos de ustedes pudieran decir a nuestros hijos: `` ¿Qué tienen que ver ustedes con el SEÑOR, Dios de Israel?
"Porque el SEÑOR ha puesto el Jordán por límite entre nosotros y ustedes, hijos de Rubén e hijos de Gad. Ustedes no tienen parte con el SEÑOR." Así sus hijos podrían hacer que nuestros hijos dejaran de temer al SEÑOR.'
sino para que sea testigo entre nosotros y ustedes, y entre nuestras generaciones después de nosotros, que hemos de cumplir el servicio del SEÑOR delante de El con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz, para que en el día de mañana los hijos de ustedes no digan a nuestros hijos: ``No tienen porción en el SEÑOR."'
~`A Isaac le di a Jacob y a Esaú, y a Esaú le di el Monte Seir para que lo poseyera; pero Jacob y sus hijos descendieron a Egipto.
Los huesos de José, que los Israelitas habían traído de Egipto, fueron sepultados en Siquem, en la parcela de campo que Jacob había comprado a los hijos de Hamor, padre de Siquem, por 100 monedas de plata. Y pasaron a ser posesión de los hijos de José.
Entonces los hijos de Judá pelearon contra Jerusalén y la tomaron, pasaron a filo de espada {a sus habitantes} y prendieron fuego a la ciudad.
Después los hijos de Judá descendieron a pelear contra los Cananeos que vivían en la región montañosa, en el Neguev (región del sur) y en las tierras bajas.
Los descendientes del Quenita, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá, al desierto de Judá que está al sur de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo.
Entonces dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había prometido. Y él expulsó de allí a los tres hijos de Anac.
Pero los hijos de Benjamín no expulsaron a los Jebuseos que vivían en Jerusalén. Así que los Jebuseos han vivido con los Benjamitas en Jerusalén hasta el día de hoy.
Entonces los Amorreos forzaron a los hijos de Dan hacia la región montañosa, y no los dejaron descender al valle.
Tomaron para sí a sus hijas por mujeres, y dieron sus propias hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.
Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ``Esto ha ordenado el SEÑOR, Dios de Israel: `Ve, marcha al Monte Tabor y lleva contigo a 10,000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón.
Heber el Quenita, se había separado de los Quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim, que está junto a Cedes.
Porque sucedía que cuando {los hijos de} Israel sembraban, los Madianitas venían con los Amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos.
Todos los Madianitas, los Amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzaron y acamparon en el Valle de Jezreel.
Los Madianitas, los Amalecitas y todos los hijos del oriente estaban recostados en el valle, numerosos como langostas; y sus camellos eran innumerables, tan numerosos como la arena a la orilla del mar.
Ahora bien, Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y sus ejércitos con ellos, unos 15,000 hombres, los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del oriente. Porque los que habían caído eran 120,000 hombres que sacaban espada.
``{Eran} mis hermanos," dijo él, ``hijos de mi madre. Vive el SEÑOR, que si los hubieran dejado con vida, yo no les quitaría la vida a ustedes."
Los hombres de Israel le dijeron a Gedeón: ``Reina sobre nosotros, tú y tus hijos, y también el hijo de tu hijo, porque nos has librado de la mano de Madián."
Y tuvo setenta hijos que fueron sus descendientes directos, porque tuvo muchas mujeres.
``Hablen ahora a oídos de todos los habitantes de Siquem: ` ¿Qué es mejor para ustedes, que todos los hijos de Jerobaal, setenta hombres, reinen sobre ustedes, o que reine sobre ustedes un solo hombre?' Además, acuérdense que yo soy hueso y carne de ustedes."
Luego fue a la casa de su padre en Ofra y sobre una piedra mató a sus hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta hombres. Pero Jotam, el hijo menor de Jerobaal, se libró porque se escondió.
pero ustedes se han rebelado hoy contra la casa de mi padre y han matado a sus hijos, setenta hombres, sobre una piedra, y han hecho rey sobre los habitantes de Siquem a Abimelec, el hijo de su sierva, porque es pariente de ustedes)
para que viniera la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y recayera la sangre de ellos sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los habitantes de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos.
{Este} tuvo treinta hijos que cabalgaban en treinta asnos, y tenían treinta ciudades en la tierra de Galaad que se llaman Havot Jair (las aldeas de Jair) hasta hoy.
Y la mujer de Galaad le dio hijos. Y cuando los hijos de su mujer crecieron, echaron fuera a Jefté, y le dijeron: ``No tendrás heredad en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer."
Y tuvo treinta hijos y treinta hijas, {a éstas las} casó fuera {de la familia,} y trajo de afuera treinta hijas para sus hijos. El juzgó a Israel siete años.
Tuvo cuarenta hijos y treinta nietos que cabalgaban en setenta asnos. El juzgó a Israel ocho años.
Había un hombre de Zora, de la familia de los Danitas, el cual se llamaba Manoa; su mujer era estéril y no había tenido hijos.
Entonces el ángel del SEÑOR se le apareció a la mujer, y le dijo: ``Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo.
La mujer de Sansón lloró delante de él, y dijo: ``Sólo me aborreces y no me quieres. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo, y no me {la} has declarado." Y él le dijo: ``No se {la} he declarado ni a mi padre ni a mi madre. ¿Y te la he de declarar a ti?"
Pero ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete. Y sucedió el séptimo día que él se la declaró porque ella le presionaba mucho. Entonces ella declaró la adivinanza a los hijos de su pueblo.
Y este hombre Micaía tenía un santuario. Hizo un efod e ídolos domésticos, y consagró a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.
El Levita consintió en quedarse con el hombre, y el joven fue para él como uno de sus hijos.
Los hijos de Dan enviaron de su tribu, de entre todos ellos, a cinco hombres, hombres valientes de Zora y Estaol, a reconocer la tierra y explorarla. Y les dijeron: ``Vayan, exploren la tierra." Y llegaron a la región montañosa de Efraín, a la casa de Micaía, y se hospedaron allí.
Y los 600 hombres armados con sus armas de guerra, que {eran} de los hijos de Dan, se pusieron a la entrada de la puerta.
Cuando se alejaron de la casa de Micaía, los hombres que {estaban} en las casas cerca de la casa de Micaía, se juntaron y alcanzaron a los hijos de Dan.
Y gritaron a los hijos de Dan, y éstos se volvieron y dijeron a Micaía: `` ¿Qué te pasa que has juntado {gente?}"
Los hijos de Dan le dijeron: ``Que no se oiga tu voz entre nosotros, no sea que caigan sobre ti hombres fieros y pierdas tu vida y las vidas de {los de} tu casa."
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