'La' en la Biblia
Eliminaré por completo todo de la faz de la tierra --declara el SEÑOR.
Eliminaré hombres y animales, eliminaré las aves del cielo y los peces del mar, y haré tropezar a los impíos; extirparé al hombre de la faz de la tierra --declara el SEÑOR.
Aquel día castigaré a todos los que saltan sobre el umbral, a los que llenan la casa de su señor de violencia y de engaño.
Y habrá aquel día --declara el SEÑOR-- gritos de auxilio desde la puerta del Pescado, y gemidos desde el segundo distrito, y gran estruendo desde las colinas.
Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira del SEÑOR, cuando por el fuego de su celo toda la tierra sea consumida; porque El hará una destrucción total {y} terrible de todos los habitantes de la tierra.
antes que entre en vigencia el decreto (como tamo pasa el día), antes que venga sobre vosotros el ardor de la ira del SEÑOR, antes que venga sobre vosotros el día de la ira del SEÑOR.
Buscad al SEÑOR, vosotros todos, humildes de la tierra que habéis cumplido sus preceptos; buscad la justicia, buscad la humildad. Quizá seréis protegidos el día de la ira del SEÑOR.
¿Ay de los habitantes de la costa del mar, la nación de los cereteos! La palabra del SEÑOR está contra vosotros: Canaán, tierra de los filisteos, yo te destruiré hasta que no quede habitante alguno.
Y la costa del mar se convertirá en pastizales, en praderas para pastores y apriscos para ovejas.
La costa será para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán {y} en las casas de Ascalón reposarán al atardecer; porque el SEÑOR su Dios los cuidará y los hará volver de su cautiverio.
Terrible será el SEÑOR contra ellos, porque debilitará a todos los dioses de la tierra; y se inclinarán a El todas las costas de las naciones cada una desde su lugar.
y se echarán en medio de ella los rebaños, toda clase de animales, tanto el pelícano como el erizo pasarán la noche en los capiteles; el ave cantará en la ventana, {habrá} desolación en el umbral, porque El ha dejado al descubierto el entablado de cedro.
Esta es la ciudad divertida que vivía confiada, que decía en su corazón: Yo soy, y no hay otra más que yo. ¿Cómo ha sido hecha una desolación, una guarida de fieras! Todo el que pase por ella silbará {y} agitará su mano.
¿Ay de la rebelde y contaminada, la ciudad opresora!
No escuchó la voz, ni aceptó la corrección. No confió en el SEÑOR, ni se acercó a su Dios.
Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces, lobos al anochecer; no dejan nada para la mañana.
Sus profetas son temerarios, hombres pérfidos; sus sacerdotes han profanado el santuario, han violado la ley.
El SEÑOR es justo en medio de ella; no cometerá injusticia. Cada mañana saca a luz su juicio, nunca falta; pero el injusto no conoce la vergüenza.
Por tanto, esperadme --declara el SEÑOR-- hasta el día en que me levante como testigo, porque mi decisión es reunir a las naciones, juntar a los reinos, para derramar sobre ellos mi indignación, todo el ardor de mi ira; porque por el fuego de mi celo toda la tierra será consumida.
He aquí, en aquel tiempo me ocuparé de todos tus opresores; salvaré a la coja y recogeré a la desterrada, y convertiré su vergüenza en alabanza y renombre en toda la tierra.
En aquel tiempo os traeré, en aquel tiempo os reuniré; ciertamente, os daré renombre y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando yo haga volver a vuestros cautivos ante vuestros ojos --dice el SEÑOR.