'La' en la Biblia
Carga de Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos.
Jehová es lento para la ira, y grande en poder, no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.
Él reprende al mar, y lo hace secar, y agosta todos los ríos: Languidecen Basán y el Carmelo, y la flor del Líbano se marchita.
Los montes tiemblan delante de Él, y los collados se disuelven; y la tierra se enciende a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
Bueno es Jehová, es fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían.
¿Qué tramáis contra Jehová? Él hará consumación; la tribulación no se levantará dos veces.
Mas acerca de ti mandará Jehová, que nunca más sea sembrado alguno de tu nombre; de la casa de tus dioses talaré escultura y estatua de fundición, la haré tu sepulcro; porque fuiste vil.
He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que pregona la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más pasará por ti el malvado; pereció del todo.
Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, mira el camino, fortifica los lomos, fortalece mucho la fuerza.
Porque Jehová restituirá la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque vaciadores los vaciaron, y estropearon sus pámpanos.
Él se acordará de sus valientes; andando tropezarán; se apresurarán a su muro; y se preparará la defensa.
Y la reina será llevada en cautividad; le mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose su pecho.
¿Qué es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recogía el león, y la leona, y los cachorros del león, y no había quien los atemorizase?
Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y raeré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus embajadores.
¡Ay de la ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarse de ella el pillaje!
A causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gala, maestra de hechizos, que vende a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos.
Todas tus fortalezas cual higueras con brevas; que si las sacuden, caen en la boca del que las ha de comer.
Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón; multiplícate como el pulgón, multiplícate como langosta.