'Las' en la Biblia
Ha hecho de mi vid una desolación, y astillas de mi higuera. Del todo las ha descortezado y derribado; sus sarmientos se han vuelto blancos.
Las semillas se han secado bajo los terrones; los almacenes han sido asolados, los graneros derribados porque se secó el grano.
Aun las bestias del campo braman por ti, porque se han secado los arroyos de agua, y el fuego ha devorado los pastos del desierto.
Como estrépito de carros saltan sobre las cumbres de los montes, como el crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca, como pueblo poderoso dispuesto para la batalla.
No se aprietan uno contra otro, cada cual marcha por su calzada; y cuando irrumpen por las defensas, no rompen las filas.
Se lanzan sobre la ciudad, corren por la muralla, suben a las casas, entran por las ventanas como ladrones.
Ante ellos tiembla la tierra, se estremecen los cielos, el sol y la luna se oscurecen, y las estrellas pierden su resplandor.
Entre el pórtico y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, y digan: Perdona, oh SEÑOR, a tu pueblo, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla entre las naciones. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: ``Dónde está su Dios"?
El SEÑOR responderá, y dirá a su pueblo: He aquí, yo os enviaré grano, mosto y aceite, y os saciaréis de ello, y nunca más os entregaré al oprobio entre las naciones.
Y las eras se llenarán de grano, y las tinajas rebosarán de mosto y de aceite virgen.
Y aun sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en esos días.
reuniré a todas las naciones, y las haré bajar al valle de Josafat. Y allí entraré en juicio con ellas a favor de mi pueblo y mi heredad, Israel, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra.
Además, ¿qué tenéis que ver conmigo, Tiro, Sidón y todas las regiones de Filistea? ¿Os queréis vengar de mí? Si de esta manera os vengáis de mí, bien pronto haré volver vuestra venganza sobre vuestra cabeza.
Proclamad esto entre las naciones: Preparaos para la guerra, despertad a los valientes; acérquense, suban todos los soldados.
Despiértense y suban las naciones al valle de Josafat, porque allí me sentaré a juzgar a todas las naciones de alrededor.
Meted la hoz, que la mies está madura; venid, pisad, que el lagar está lleno; las tinajas rebosan, porque grande es su maldad.
El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas pierden su resplandor.
Y sucederá que en aquel día los montes destilarán vino dulce, las colinas manarán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; brotará un manantial de la casa del SEÑOR y regará el valle de Sitim.
Pero Judá será habitada para siempre, y Jerusalén por todas las generaciones.