'Las' en la Biblia
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías pasadas acerca de ti, milites por ellas buena milicia;
Asimismo también las mujeres, ataviándose de manera honesto, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, u oro, o perlas, o vestidos costosos,
Las mujeres asimismo honestas, no detractoras; templadas, fieles en todo.
prohibirán casarse y mandarán apartarse los hombres de las viandas que Dios creó para que, con acción de gracias, participasen de ellas los fieles que han conocido la verdad.
Si esto propusieres a los hermanos, serás buen ministro de Jesús el Cristo, criado en las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has alcanzado.
Mas las fábulas profanas y de viejas, desecha, y ejercítate para la piedad.
No menosprecies el don que está en ti, que te es dado para profetizar mediante la imposición de las manos de los ancianos.
a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda limpieza.
Honra a las viudas que en verdad son viudas.
Tampoco admitas las ociosas, enseñadas a andar de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también parleras y curiosas, hablando lo que no conviene.
Quiero pues, que las que son jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen la casa; que ninguna ocasión den al adversario para maldecir.
Si algún fiel o alguna fiel tiene viudas, manténgalas, y no sea gravada la Iglesia; a fin de que haya lo suficiente para las que de verdad son viudas.
No fácilmente impongas las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos; consérvate en limpieza.
Asimismo las buenas obras antes son manifiestas; y las que son de otra manera, no pueden esconderse.
El que enseña otra cosa, y no se allega a las sanas palabras del Señor nuestro, Jesús, el Cristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad;
está envanecido, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas,
Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato,
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas inciertas, sino en el Dios viviente, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos;
Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y apartase de las voces profanas de vanas cosas, y los argumentos del vano nombre de ciencia;