'Le' en la Biblia
pero a Ana le daba una doble porción, pues él amaba a Ana, aunque el SEÑOR no le había dado hijos.
Y su rival la provocaba amargamente para irritarla, porque el SEÑOR no le había dado hijos.
Entonces Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué está triste tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos?
Y mientras ella continuaba en oración delante del SEÑOR, Elí le estaba observando la boca.
Entonces Elí le dijo: ¿Hasta cuándo estarás embriagada? Echa de ti tu vino.
Respondió Elí y dijo: Ve en paz; y que el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho.
Y a su debido tiempo, después de haber concebido, Ana dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, {diciendo:} Porque se lo he pedido al SEÑOR.
Y Elcana su marido le dijo: Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado; solamente confirme el SEÑOR su palabra. La mujer se quedó y crió a su hijo hasta que lo destetó.
Por este niño oraba, y el SEÑOR me ha concedido la petición que le hice.
Y si el hombre le decía: Ciertamente deben quemar primero la grosura y después toma todo lo que quieras; él respondía: No, sino que {me la} darás ahora, y si no la tomaré por la fuerza.
Su madre le hacía una túnica pequeña cada año, y se la traía cuando subía con su marido a ofrecer el sacrificio anual.
Entonces un hombre de Dios vino a Elí y le dijo: Así dice el SEÑOR: `` ¿{No} me revelé ciertamente a la casa de tu padre cuando ellos estaban en Egipto, {esclavos} de la casa de Faraón?
``Pero levantaré para mí un sacerdote fiel que hará conforme a {los deseos} de mi corazón y de mi alma; y le edificaré una casa duradera, y él andará siempre delante de mi ungido.
Entonces corrió a Elí y {le} dijo: Aquí estoy, pues me llamaste. Pero Elí {le} respondió: Yo no he llamado, vuelve a acostarte. Y él fue y se acostó.
Y Samuel no conocía aún al SEÑOR, ni se le había revelado aún la palabra del SEÑOR.
Porque le he hecho saber que estoy a punto de juzgar su casa para siempre a causa de la iniquidad que él conocía, pues sus hijos trajeron sobre sí una maldición, y él no los reprendió.
Pero Elí llamó a Samuel, y {le} dijo: Samuel, hijo mío. Y él respondió: Heme aquí.
Entonces Samuel se lo contó todo, sin ocultarle nada. Y {Elí} dijo: El SEÑOR es; que haga lo que bien le parezca.
Y su nuera, la mujer de Finees, estaba encinta y a punto de dar a luz, y al oír la noticia que el arca de Dios había sido tomada y que su suegro y su marido habían muerto, se arrodilló y dio a luz, porque le sobrevinieron los dolores.
Al tiempo que moría, las mujeres que estaban junto a ella le dijeron: No temas, porque has dado a luz un hijo. Pero ella no respondió ni prestó atención.
Pero al levantarse temprano al día siguiente, he aquí que Dagón había caído rostro en tierra delante del arca del SEÑOR. Y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos {estaban} cortadas sobre el umbral; sólo el tronco le quedaba a Dagón.
Y tomad el arca del SEÑOR y colocadla en el carro; y poned en una caja a su lado los objetos de oro que le entregaréis como ofrenda por la culpa. Luego, dejadla ir, y que se vaya.
Tomó Samuel un cordero de leche y lo ofreció como completo holocausto al SEÑOR; y clamó Samuel al SEÑOR por Israel y el SEÑOR le respondió.
y le dijeron: Mira, has envejecido y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues, danos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones.
Entonces Samuel habló todas las palabras del SEÑOR al pueblo que le había pedido rey.
Y él le respondió: He aquí que hay un hombre de Dios en esta ciudad, el cual es tenido en alta estima; todo lo que él dice se cumple sin falta. Vayamos ahora, quizá pueda orientarnos acerca de la jornada que hemos emprendido.
Entonces Saúl dijo a su criado: Pero he aquí, {si} vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?
(Antiguamente en Israel, cuando uno iba a consultar a Dios, decía: Venid, vamos al vidente; porque al que hoy {se le llama} profeta, antes se le llamaba vidente.)
Cuando Samuel vio a Saúl, el SEÑOR le dijo: He aquí el hombre de quien te hablé. Este gobernará a mi pueblo.
Entonces Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta y {le} dijo: Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente.
Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre su heredad?
Y sucedió que cuando él volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le acontecieron en aquel día.
Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?
Y un tío de Saúl le dijo a él y a su criado: ¿Adónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas. Cuando vimos que no aparecían, fuimos a Samuel.
Y Saúl respondió a su tío: Nos hizo saber claramente que las asnas habían sido halladas. Pero {Saúl} no le contó acerca del asunto del reino que Samuel {le} había mencionado.
Pero {ciertos} hombres indignos dijeron: ¿Cómo puede éste salvarnos? Y lo menospreciaron y no le trajeron presente alguno. Mas él guardó silencio.
Y los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel. Y si no hay quien nos libre, nos entregaremos a ti.
Y sucedió que Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes, y dijo: ¿Qué {pasa} con el pueblo que está llorando? Entonces le contaron las palabras de los mensajeros de Jabes.
Si teméis al SEÑOR y le servís, escucháis su voz y no os rebeláis contra el mandamiento del SEÑOR, entonces vosotros, como el rey que reine sobre vosotros, estaréis siguiendo al SEÑOR vuestro Dios.
También {algunos de} los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad. Pero Saúl {estaba} todavía en Gilgal, y todo el pueblo le seguía tembloroso.
El esperó siete días, conforme al tiempo que Samuel había señalado, pero Samuel no llegaba a Gilgal, y el pueblo se le dispersaba.
Pero ahora tu reino no perdurará. El SEÑOR ha buscado para sí un hombre conforme a su corazón, y el SEÑOR le ha designado como príncipe sobre su pueblo porque tú no guardaste lo que el SEÑOR te ordenó.
Y su escudero le respondió: Haz todo lo que tengas en tu corazón; ve, {pues} aquí estoy contigo a tu disposición.
Entonces uno del pueblo {le} habló, y dijo: Tu padre puso bajo estricto juramento al pueblo, diciendo: ``Maldito sea el hombre que tome alimento hoy." Y el pueblo estaba desfallecido.
Y avisaron a Saúl, diciéndo{le:} He aquí, el pueblo está pecando contra el SEÑOR, comiendo {carne} con la sangre. Y él dijo: Habéis obrado pérfidamente. Traedme hoy una piedra grande.
Y consultó Saúl a Dios: ¿Descenderé contra los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel? Pero El no le contestó en aquel día.
Porque vive el SEÑOR que libra a Israel, que aunque {la culpa} esté en mi hijo Jonatán, ciertamente morirá. Pero nadie, en todo el pueblo, le respondió.
Dijo, pues, Saúl a Jonatán: Cuéntame lo que has hecho. Y Jonatán le respondió, y dijo: En verdad probé un poco de miel con la punta de la vara que {tenía} en la mano. Heme aquí, debo morir.
Y se levantó Samuel muy de mañana para {ir} al encuentro de Saúl; y se le dio aviso a Samuel, diciendo: Saúl se ha ido a Carmel, y he aquí que ha levantado un monumento para sí, y dando la vuelta, ha seguido adelante bajando a Gilgal.
Entonces Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: ¡Bendito seas del SEÑOR! He cumplido el mandamiento del SEÑOR.
Dijo entonces Samuel a Saúl: Espera, déjame declararte lo que el SEÑOR me dijo anoche. Y él le dijo: Habla.
Entonces Samuel le dijo: Hoy el SEÑOR ha arrancado de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
El Espíritu del SEÑOR se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte del SEÑOR le atormentaba.
Entonces los siervos de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te está atormentando.
David fue a Saúl y le servía; y {Saúl} lo amó grandemente y lo hizo su escudero.
Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando {las provisiones,} se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra.
Y los hombres de Israel decían: ¿Habéis visto a ese hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. El rey colmará con grandes riquezas al que lo mate, le dará su hija y hará libre en Israel a la casa de su padre.
Y el pueblo le respondió según aquella palabra, diciendo: Así se hará al hombre que lo mate.
Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura.
Y Saúl le dijo: Joven, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: {Yo soy} hijo de tu siervo Isaí el de Belén.
Y salía David adondequiera que Saúl le enviaba, {y} prosperaba; y Saúl lo puso sobre hombres de guerra. Y esto fue agradable a los ojos de todo el pueblo y también a los ojos de los siervos de Saúl.
Entonces Saúl se enfureció, pues este dicho le desagradó, y dijo: Han atribuido a David diez miles, pero a mí me han atribuido miles. ¿Y qué más le falta sino el reino?
Cuando Saúl vio que él prosperaba mucho, le tuvo terror.
Y Mical, {otra} hija de Saúl, amaba a David. Cuando se lo informaron a Saúl, el asunto le agradó.
Y Saúl {se} dijo: Se la daré para que le sirva de lazo y para que la mano de los filisteos sea contra él. Saúl, pues, dijo a David por segunda vez: Serás mi yerno hoy.
Y los siervos de Saúl le informaron conforme a estas palabras {que} David había hablado.
se levantó David y se fue con sus hombres, y mató a doscientos hombres de entre los filisteos. Entonces David trajo sus prepucios y se los dio todos al rey a fin de ser yerno del rey. Y Saúl le dio a su hija Mical por mujer.
Entonces Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra David su siervo, puesto que él no ha pecado contra ti, y puesto que sus hechos {han sido} de mucho beneficio para ti.
Entonces Jonatán llamó a David y le comunicó todas estas palabras. Y Jonatán llevó a David ante Saúl, y estuvo en su presencia como antes.
Saúl envió mensajeros a la casa de David para vigilarle a fin de matarlo por la mañana; pero Mical, mujer de David, le avisó, diciendo: Si no pones a salvo tu vida esta noche, mañana te darán muerte.
Huyó, pues, David y escapó, y fue a {donde estaba} Samuel en Ramá, y le contó todo lo que Saúl le había hecho. Y él y Samuel fueron y se quedaron en Naiot.
Y se le informó a Saúl diciendo: He aquí, David está en Naiot, en Ramá.
Y él le respondió: De ninguna manera; no morirás. He aquí, mi padre no hace ninguna cosa, grande o pequeña, sin revelármela. ¿Por qué, pues, me ha de ocultar esto mi padre? No será así.
Si tu padre me echa de menos, entonces di: ``David me rogó mucho {que le dejara} ir a toda prisa a Belén su ciudad, porque allá {se celebra} el sacrificio anual por toda la familia."
Si mi padre quiere hacerte mal, que así haga el SEÑOR a Jonatán y aun le añada si no te lo hago saber y te envío para que vayas en paz. Y que el SEÑOR sea contigo, como ha sido con mi padre.
Y Jonatán hizo jurar a David otra vez a causa de su amor por él, pues le amaba como a sí mismo.
Entonces Jonatán le dijo: Mañana es luna nueva y serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.
Y Jonatán respondió a Saúl: David me rogó encarecidamente que le dejara {ir} a Belén,
Se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: ¡Hijo de perversa {y} rebelde! ¿Acaso no sé yo que prefieres al hijo de Isaí, para tu propia vergüenza y para vergüenza de la desnudez de tu madre?
Pero Jonatán respondió a su padre Saúl, y le dijo: ¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho?
Entonces Saúl le arrojó la lanza para matarlo; así Jonatán supo que su padre había decidido matar a David.
Jonatán se levantó de la mesa ardiendo en ira y no comió pan el segundo día de la luna nueva, pues estaba entristecido por David, porque su padre le había afrentado.
Cuando el muchacho llegó a la saeta que Jonatán había tirado, Jonatán le gritó al muchacho, y dijo: ¿No está la saeta más allá de ti?
Entonces Jonatán dio sus armas al muchacho y le dijo: Vete, lléva{las} a la ciudad.
Entonces llegó David a Nob, al sacerdote Ahimelec; y Ahimelec vino tembloroso al encuentro de David, y le dijo: ¿Por qué estás solo y {no hay} nadie contigo?
Y David respondió al sacerdote, y le dijo: Ciertamente las mujeres nos han sido vedadas; como anteriormente, cuando he salido {en campaña,} los cuerpos de los jóvenes se han mantenido puros, aunque haya sido un viaje profano; ¿cuánto más puros estarán sus cuerpos hoy?
Entonces el sacerdote le dio {pan} consagrado; porque allí no había {otro} pan, sino el pan de la Presencia que había sido quitado de delante del SEÑOR para colocar pan caliente {en su lugar} al ser retirado.
Pero los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No cantaban de él en las danzas, diciendo: ``Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles"?
Y se fingió demente ante sus ojos y actuaba como loco en medio de ellos; escribía garabatos en las puertas de la entrada y dejaba que su saliva le corriera por la barba.
Y consultó al SEÑOR por él, le dio provisiones y le dio la espada de Goliat el filisteo.
Y le dijo Saúl: ¿Por qué tú y el hijo de Isaí habéis conspirado contra mí, dándole pan y una espada, y has consultado a Dios por él para que se rebelara contra mí, tendiéndome una emboscada como {sucede} hoy?
Respondió Ahimelec al rey y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno del rey, jefe de tu guardia y se le honra en tu casa?
Y el rey dijo a los guardias que le asistían: Volveos y dad muerte a los sacerdotes del SEÑOR, porque la mano de ellos también está con David, y porque sabían que él estaba huyendo y no me lo revelaron. Pero los siervos del rey no quisieron levantar la mano para atacar a los sacerdotes del SEÑOR.
Pero los hombres de David le dijeron: He aquí, estamos con temor aquí en Judá. ¿Cuánto más si vamos a Keila contra las filas de los filisteos?
De nuevo David consultó al SEÑOR; y el SEÑOR le respondió, y dijo: Levántate, desciende a Keila, pues entregaré a los filisteos en tu mano.
Y David supo que Saúl tramaba el mal contra él; así que le dijo al sacerdote Abiatar: Trae el efod.
Se levantó, pues, David con sus hombres, como seiscientos, y salieron de Keila y anduvieron de un lugar a otro. Cuando a Saúl le informaron que David se había escapado de Keila, cesó de perseguirlo.
Y Jonatán, hijo de Saúl, se levantó y fue a {donde estaba} David en Hores, y le fortaleció en Dios.
Y le dijo: No temas, porque la mano de Saúl mi padre no te encontrará, y tú reinarás sobre Israel y yo seré segundo después de ti; Saúl mi padre también sabe esto.
Id ahora, aseguraos, investigad y ved dónde está su escondite, {y} quién le ha visto allí, porque me han dicho que es muy astuto.