'Ley' en la Biblia
sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de {la} ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de {la} ley; puesto que por las obras de {la} ley nadie será justificado.
Pues mediante {la} ley yo morí a {la} ley, a fin de vivir para Dios.
No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia {viene} por medio de {la} ley, entonces Cristo murió en vano.
Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de {la} ley, o por el oír con fe?
Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de {la} ley o por el oír con fe?
Porque todos los que son de las obras de {la} ley están bajo maldición, pues escrito está: MALDITO TODO EL QUE NO PERMANECE EN TODAS LAS COSAS ESCRITAS EN EL LIBRO DE LA LEY, PARA HACERLAS.
Y que nadie es justificado ante Dios por {la} ley es evidente, porque EL JUSTO VIVIRA POR LA FE.
Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, EL QUE LAS HACE, VIVIRA POR ELLAS.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO),
Lo que digo es esto: La ley, que vino cuatrocientos treinta años más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa.
Porque si la herencia depende de la ley, ya no depende de una promesa; pero Dios se la concedió a Abraham por medio de una promesa.
Entonces, ¿para qué {fue dada} la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a la cual había sido hecha la promesa, {ley} que fue promulgada mediante ángeles por mano de un mediador.
¿Es entonces la ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Porque si se hubiera dado una ley capaz de impartir vida, entonces la justicia ciertamente hubiera dependido de la ley.
Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada.
De manera que la ley ha venido a ser nuestro ayo {para conducirnos} a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe.
Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo {la} ley,
a fin de que redimiera a los que estaban bajo {la} ley, para que recibiéramos la adopción de hijos.
Decidme, los que deseáis estar bajo {la} ley, ¿no oís a la ley?
Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley.
De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por {la} ley; de la gracia habéis caído.
Porque toda la ley en una palabra se cumple en el {precepto:} AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley, mas ellos desean haceros circuncidar para gloriarse en vuestra carne.