'Noventa' en la Biblia
Y vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán.
Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.
Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años: y engendró hijos e hijas.
Y siendo Abram de edad de noventa y nueve años, le apareció Jehová, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.
Entonces Abraham cayó sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de dar a luz?
Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio.
Era ya Elí de edad de noventa y ocho años, y sus ojos se habían oscurecido, de modo que no podía ver.
Y de los hijos de Zera, Jehuel y sus hermanos, seiscientos noventa.
Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.
Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
También los hijos de los que habían sido llevados cautivos, y que habían venido de la cautividad, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel, doce becerros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, doce machos cabríos por expiación; todo el holocausto a Jehová.
Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.
Los hijos de Gabaón, noventa y cinco.
Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
Había noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran ciento sobre la red alrededor.
Yo te he dado los años de su iniquidad por el número de los días, trescientos noventa días; así llevarás la iniquidad de la casa de Israel.
Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, maíz y centeno, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que durmieres sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.
Y el edificio que estaba delante del área reservada al final, hacia el occidente era de setenta codos; y la pared del edificio, de cinco codos de anchura alrededor, y noventa codos de largo.
Y desde el tiempo que fuere quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.