'Oídos' en la Biblia
Y orando, no seáis prolijos, como los mundanos que piensan que por su palabrería serán oídos.
El que tiene oídos para oír, oiga.
Quien tiene oídos para oír, oiga.
Porque el corazón de este pueblo está engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y con sus ojos guiñan; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y del corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.
Mas bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo convenceremos y os evitaremos dificultades.