'Prudencia' en la Biblia
Y dio Dios a Salomón sabiduría, y prudencia muy grande, y magnanimidad de corazón, como la arena que está a la orilla del mar.
Y el SEÑOR te dé entendimiento y prudencia, y él te dé mandamientos para Israel; y que tú guardes la ley del SEÑOR tu Dios.
Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la prudencia?
para recibir el castigo de prudencia, justicia, juicio y equidad;
para dar prudencia a los simples, y a los jóvenes inteligencia y consejo.
haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia;
si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz;
Fíate del SEÑOR de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
Yo, la sabiduría, moré con la prudencia; y yo invento la ciencia de los consejos.
No hables a oídos del loco; porque menospreciará la prudencia de tus razones.
Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará;
por tanto, he aquí que yo volveré a hacer obra admirable entre este pueblo con un milagro espantoso; porque la sabiduría de sus sabios se perderá, y la prudencia de sus prudentes se desvanecerá.
¿A quién demandó consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?
El que hace la tierra con su potencia, el que pone en orden el mundo con su saber, y extiende los cielos con su prudencia;
con tu sabiduría y con tu prudencia te has juntado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros;
¿No haré que perezcan en aquel día, dijo el SEÑOR, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?
Porque él irá delante de él con el Espíritu y virtud de Elías, para convertir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo preparado.
Y citado que fue, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo: Como por causa tuya vivamos en gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia,
Porque la prudencia de la carne es muerte; mas la prudencia del Espíritu, vida y paz;
por cuanto la prudencia de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.