'Quitó' en la Biblia
Hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como su padre y su madre, pues quitó el pilar {sagrado} de Baal que su padre había hecho.
Entonces el rey Acaz cortó los bordes de las basas, y quitó de ellas la pila. También quitó el mar de sobre los bueyes de bronce que {estaban} debajo de él y lo puso sobre un enlosado de piedra.
Y el pórtico para el día de reposo, que habían edificado en la casa, y la entrada exterior del rey, {los} quitó de la casa del SEÑOR a causa del rey de Asiria.
Y el SEÑOR se enojó en gran manera contra Israel y los quitó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.
hasta que el SEÑOR quitó a Israel de Su presencia, como El había hablado por medio de todos Sus siervos los profetas. E Israel fue llevado de su propia tierra al destierro, a Asiria, hasta hoy.
Quitó los lugares altos, derribó los pilares {sagrados} y cortó la Asera (deidad femenina). También hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque hasta aquellos días los Israelitas le quemaban incienso; y la llamaban Nehustán.
En aquel tiempo Ezequías quitó {el oro de} las puertas del templo del SEÑOR, y {de} los postes {de las puertas} que {el mismo} Ezequías, rey de Judá, había revestido {de oro,} y lo entregó al rey de Asiria.
Josías quitó a los sacerdotes idólatras que los reyes de Judá habían nombrado para quemar incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, también a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, a las constelaciones y a todo el ejército de los cielos.
A la entrada de la casa del SEÑOR, junto a la cámara de Natán Melec, el oficial que {estaba} en las dependencias, quitó los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol, y prendió fuego a los carros del sol.
Josías quitó también todas las casas de los lugares altos que {estaban} en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel provocando a ira al SEÑOR. Les hizo tal y como había hecho en Betel.
Josías también quitó a los adivinos y a los espiritistas, los ídolos domésticos y los {otros} ídolos, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, con el fin de confirmar las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa del SEÑOR.