Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuernos de carneros, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las bocinas: y el arca del pacto de Jehová los seguía.

Y asentó Saúl el campo en el collado de Hachîla, que está delante del desierto junto al camino. Y estaba David en el desierto, y entendió que Saúl le seguía en el desierto.

De cuarenta años era Is-boseth hijo de Saúl, cuando comenzó á reinar sobre Israel; y reinó dos años. Sola la casa de Judá seguía á David.

Salió pues el rey con todo el pueblo que le seguía, y paráronse en un lugar distante.

Entonces el pueblo de Israel fué dividido en dos partes: la mitad del pueblo seguía á Thibni hijo de Gineth, para hacerlo rey: y la otra mitad seguía á Omri.

Mas el pueblo que seguía á Omri, pudo más que el que seguía á Thibni hijo de Gineth; y Thibni murió, y Omri fué rey.

Y ni yo, ni mis hermanos, ni mis mozos, ni la gente de guardia que me seguía, desnudamos nuestro vestido: cada uno se desnudaba solamente para lavarse.

Entonces saliendo ellos de Jericó, le seguía gran compañía.

Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del pontífice; y entrando dentro, estábase sentado con los criados, para ver el fin.

Y fué con él, y le seguía gran compañía, y le apretaban.

Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha salvado. Y luego cobró la vista, y seguía á Jesús en el camino.

Empero un mancebillo le seguía cubierto de una sábana sobre el cuerpo desnudo; y los mancebos le prendieron:

Y luego vió, y le seguía, glorificando á Dios: y todo el pueblo como lo vió, dió á Dios alabanza.

Y prendiéndole trajéronle, y metiéronle en casa del príncipe de los sacerdotes. Y Pedro le seguía de lejos.

Y le seguía una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban y lamentaban.

Y seguía á Jesús Simón Pedro, y otro discípulo. Y aquel discípulo era conocido del pontífice, y entró con Jesús al atrio del pontífice;

Volviéndose Pedro, ve á aquel discípulo al cual amaba Jesús, que seguía, el que también se había recostado á su pecho en la cena, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?

Y saliendo, le seguía; y no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, mas pensaba que veía visión.

Mas Israel que seguía la ley de justicia, no ha llegado á la ley de justicia.

Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la piedra espiritual que los seguía, y la piedra era Cristo.

Y miré, y he aquí un caballo amarillo: y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía: y le fué dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la