'Suertes' en la Biblia
Y respondió Moisés: He aquí, saliendo yo de tu presencia, rogaré al SEÑOR que las diversas suertes de moscas se vayan del Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que el Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a sacrificar al SEÑOR.
Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por el SEÑOR, y la otra suerte por Azazel.
Y heredaréis la tierra por suertes por vuestras familias; al mucho daréis mucho por su heredad, y al poco daréis poco por su heredad; donde le saliere la suerte, allí la tendrá; por las tribus de vuestros padres heredaréis.
Y cayeron a Manasés diez suertes a más de la tierra de Galaad y de Basán, que está al otro lado del Jordán;
Vosotros, pues, dibujaréis la tierra en siete partes, y me traeréis la descripción aquí, y yo os echaré las suertes aquí delante del SEÑOR nuestro Dios.
Levantándose pues aquellos varones, fueron; y mandó Josué a los que iban para dibujar la tierra, diciéndoles: Id, recorred la tierra, y dibujadla, y tornad a mí, para que yo os eche las suertes aquí delante del SEÑOR en Silo.
Y Josué les echó las suertes delante del SEÑOR en Silo; y allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel por sus porciones.
Todas las villas de los hijos de Merari por sus familias, que restaban de las familias de los levitas, fueron por sus suertes doce villas.
hasta que hagamos esto sobre Gabaa: que echemos suertes contra ella;
Estos también echaron suertes, contra sus hermanos los hijos de Aarón, delante del rey David, y de Sadoc y de Ahimelec, y de los príncipes de las familias de los sacerdotes y levitas; el principal de los padres contra su hermano menor.
Asimismo echaron suertes guarda contra guarda , el chico con el grande, el sabio con el discípulo.
Y echaron suertes, el pequeño con el grande, por las casas de sus padres, para cada puerta.
Y cayó la suerte del oriente a Selemías. Y a Zacarías su hijo, consejero entendido, metieron en las suertes; y salió la suerte suya al norte.
Echamos también las suertes, los sacerdotes, los levitas, y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la Casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada año, para quemar sobre el altar de nuestro Dios, como está escrito en la ley.
Y habitaron los príncipes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de diez que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las nueve partes en las otras ciudades.
Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Me allegué también plata y oro, y tesoro preciado de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, y todos los deleites de los hijos de los hombres, instrumentos músicos y de todas suertes.
Y él les echó las suertes, y su mano les repartió con cordel; por tanto para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí.
Y cuando partiereis por suertes la tierra en heredad, apartaréis una suerte para el SEÑOR que le consagraréis de la tierra, de longitud de veinticinco mil cañas de medir y diez mil de ancho; esto será santificado en todo su término alrededor.
Y será que echaréis sobre ella suertes por herencia para vosotros, y para los extranjeros que peregrinan entre vosotros, que entre vosotros han engendrado hijos; y los tendréis como naturales entre los hijos de Israel; echarán suertes con vosotros para heredarse entre las tribus de Israel.
Esta es la tierra que partiréis por suertes en heredad a las tribus de Israel, y éstas son sus partes, dijo el Señor DIOS.
y echaron suertes sobre mi pueblo, y a los niños dieron por rameras, y vendieron las niñas por vino para beber.
Por tanto, así dijo el SEÑOR: Tu mujer fornicará en la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a cuchillo, y tu tierra será partida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será traspasado de su tierra.
El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército, y los extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos.
Y dijeron cada uno a su compañero: Venid, y echemos suertes, para saber por quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
También ella fue llevada en cautiverio; también sus chiquitos fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles; y sobre sus honrados echaron suertes, y todos sus nobles fueron aprisionados con grillos.
Y después que le hubieron colgado del madero, repartieron sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Y cuando le hubieron colgado del madero, repartieron sus vestidos echando suertes sobre ellos, qué llevaría cada uno.
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.
Y dijeron entre ellos: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, de quién será; para que se cumpliese la Escritura, que dice: Partieron para sí mis vestidos, Y sobre mi vestidura echaron suertes. Y los soldados ciertamente hicieron esto.
Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.