'Él' en la Biblia
Ahora, pues, seamos sabios para con él, no sea que se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una con nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
Y sucedió que por haber las parteras temido a Dios, Él les hizo casas.
Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.
Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esta cosa es descubierta.
Y volviendo ellas a Reuel su padre, les dijo él: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto?
Y Moisés acordó en morar con aquel varón; y él dio a Moisés a su hija Séfora.
Y ella le dio a luz un hijo, y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Peregrino soy en tierra ajena.
Y le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza: y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Y viendo Jehová que iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
Y Él le respondió: Ve, porque yo seré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: luego que hubieres sacado este pueblo de Egipto, serviréis a Dios sobre este monte.
Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara.
Y Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se convirtió en una serpiente; y Moisés huía de ella.
Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se convirtió en una vara en su mano.
Y le dijo más Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve.
Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno; y él volvió a meter su mano en su seno; y volviéndola a sacar del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne.
Y él dijo: ¡Ay Señor! envía por mano del que has de enviar.
Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No es Aarón, el levita, tu hermano? Yo sé que él habla bien. Y además, he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte, se alegrará en su corazón.
Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo seré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que habéis de hacer.
Y él hablará por ti al pueblo; y él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
Y Jehová dijo a Aarón: Ve a recibir a Moisés al desierto. Y él fue, y lo encontró en el monte de Dios, y le besó.
Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Faraón, y se quejaron a él, diciendo: ¿Por qué lo haces así con tus siervos?
Y él respondió: Estáis ociosos, sí, ociosos, y por eso decís: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehová.
Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale a las aguas; y tú ponte a la orilla del río delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió serpiente,
Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, y los egipcios no podían beber de él: y hubo sangre por toda la tierra de Egipto.
Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios:
Y Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale a las aguas; y dile: Así dice Jehová: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como Él nos dirá.
Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre o animal que se hallare en el campo, y no fuere recogido a casa, el granizo descenderá sobre él, y morirá.
Y viendo Faraón que la lluvia había cesado y el granizo y los truenos, perseveró en pecar, y endureció su corazón, él y sus siervos.
Y él les dijo: Así sea Jehová con vosotros; ¿cómo yo os dejaré ir a vosotros y a vuestros niños? mirad cómo la maldad está delante de vuestro rostro.
Y Jehová dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón, y sobre Egipto; después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo.
Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus intestinos.
Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que habrá quedado hasta la mañana, habéis de quemarlo en el fuego.
Y sucederá que cuando hubiereis entrado en la tierra que Jehová os dará, como Él prometió, guardaréis este rito.
Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y había un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese muerto.
Él nunca quitó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.
Habla a los hijos de Israel que den la vuelta, y acampen delante de Pihahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él acamparéis, junto al mar.
Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; quedaos quietos, y ved la salvación de Jehová, que Él hará hoy con vosotros; porque a los egipcios que hoy habéis visto, ya nunca más los veréis.
Y Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en su fuerza, y los egipcios dieron contra él; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar.
Jehová es mi fortaleza y mi canción, y Él ha sido mi salvación: Éste es mi Dios, y le prepararé morada; Dios de mi padre, le exaltaré.
Y Miriam les respondía: Cantad a Jehová; porque en extremo se ha engrandecido, echando en el mar al caballo, y al que en él subía.
Y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque Él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros?
Y dijo Moisés: Jehová os dará a la tarde carne para comer, y a la mañana pan en abundancia; por cuanto Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra Él: y, ¿qué somos nosotros? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.
Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová; que Él ha oído vuestras murmuraciones.
Esto es lo que Jehová ha mandado: Recogeréis de él cada uno según pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.
Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo sábado, el reposo de Jehová: lo que hubiereis de cocer, cocedlo hoy, y lo que hubiereis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.
Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según Moisés había mandado, y no se pudrió, ni hubo en él gusano.
Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Llenarás un gomer de él para que se guarde para vuestros descendientes, a fin de que vean el pan que yo os di a comer en el desierto, cuando yo os saqué de la tierra de Egipto.
Y dijo Moisés a Aarón: Toma un vaso y pon en él un gomer lleno de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para vuestros descendientes.
Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, uno de un lado y el otro del otro lado; así hubo firmeza en sus manos hasta que se puso el sol.
Y tomó Jetro, suegro de Moisés a Séfora la esposa de Moisés, después que él la envió,
Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; pues aun en lo que se ensoberbecieron, Él fue sobre ellos.
Y viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego: y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.
pero el séptimo día es el sábado de Jehová tu Dios: no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.
Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti, y te bendeciré.
Y si me haces un altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzas tu herramienta sobre él, lo profanarás.
Y no subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta sobre él.
Si entró solo, solo saldrá; si estaba casado, saldrá él y su esposa con él.
Si su amo le hubiere dado esposa, y ella le hubiere dado a luz hijos o hijas, la esposa y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.
El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá.
Haya acorneado hijo, o haya acorneado hija, conforme a este juicio se hará con él.
Y si el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo, y éste muriere, entonces venderán el buey vivo, y partirán el dinero de él, y también partirán el muerto.
Y si el sol ya había salido sobre él; el matador será reo de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será vendido por su hurto.
Si el dueño estaba presente, no la pagará. Si era alquilada, él vendrá por su alquiler.
Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme a la dote de las vírgenes.
Si prestares dinero a algún pobre de los de mi pueblo que está contigo, no serás usurero para con él; no le impondrás usura.
Porque sólo aquella es su cubierta, es la vestidura para cubrir su piel. ¿En qué dormirá? Y será que cuando él a mí clamare, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso.
La fiesta de los panes sin levadura guardarás: Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib; porque en él saliste de Egipto: y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías:
Guárdate delante de Él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque Él no perdonará vuestra rebelión: porque mi nombre está en Él.
Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y Él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti.
Mas Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba con él el pueblo.
Y el artificio de su cinto que está sobre él, será de su misma obra, de lo mismo; de oro, azul, y púrpura, y carmesí, y lino torcido.
y en medio de él por arriba habrá una abertura, la cual tendrá un borde alrededor de obra de tejedor, como el cuello de un coselete, para que no se rompa.
Y estará sobre Aarón cuando ministrare; y se oirá su sonido cuando él entrare en el santuario delante de Jehová y cuando saliere, para que no muera.
Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él: y los ungirás, y los consagrarás, y santificarás, para que sean mis sacerdotes.
Y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando entraren en el tabernáculo de la congregación, o cuando se acercaren al altar para servir en el santuario, para que no lleven pecado y mueran. Estatuto perpetuo para él, y para su simiente después de él.
Y tomarás de la sangre que hay sobre el altar, y del aceite de la unción, y esparcirás sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, y sobre sus hijos, y sobre las vestimentas de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos, y las vestimentas de sus hijos con él.
Y las vestimentas santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos con ellas, y para ser con ellas consagrados.
Y sacrificarás el becerro de la expiación en cada día para las expiaciones; y limpiarás el altar cuando hayas hecho expiación por él, y lo ungirás para santificarlo.
Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aderezare las lámparas lo quemará.
Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso sobre él; incienso perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones.
No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni presente; ni tampoco derramaréis sobre él libación.
Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre de la ofrenda por el pecado para expiación: una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová.
se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su simiente por sus generaciones.
Con él ungirás el tabernáculo de la congregación, y el arca del testimonio,
Cualquiera que preparare ungüento semejante, y que pusiere de él sobre un extraño, será cortado de su pueblo.
Y molerás parte de él muy fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de la congregación, donde yo me encontraré contigo. Os será cosa santísima.
Cualquiera que hiciere otro como él para olerlo, será cortado de entre su pueblo.
Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que yo te he mandado;
Así que guardaréis el sábado, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella alma será cortada de en medio de su pueblo.
Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
Pronto se han apartado del camino que yo les mandé, y se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y han sacrificado a él, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.
Y él respondió: No es voz de grito de vencedores, ni voz de alarido de vencidos. Voz de cantar oigo yo.
Y aconteció, que cuando llegó él al campamento, y vio el becerro y las danzas, Moisés se enardeció de ira, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.
Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?
se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién es de Jehová? júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.
Y él les dijo: Así dice Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo: pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.