'En el espíritu' en la Biblia

Y la mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos.

Si alguno que anda en el espíritu de falsedad mintiere, diciendo: Yo te profetizaré de vino y de sidra; este tal será profeta a este pueblo.

Él les dijo: ¿Cómo entonces David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:

Porque él irá delante de Él en el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y los desobedientes a la sabiduría de los justos, para preparar un pueblo dispuesto para el Señor.

Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.

quienes, habiendo descendido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;

Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.

Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo.

Porque el reino de Dios no es comida ni bebida; sino justicia, y paz, y gozo en el Espíritu Santo.

en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor no fingido;

¿Tan necios sois, habiendo comenzado en el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne?

Digo, pues: Andad en el Espíritu; y no satisfagáis la concupiscencia de la carne.

Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu.

en quien también vosotros sois juntamente edificados, para morada de Dios en el Espíritu.

y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.

porque nuestro evangelio llegó a vosotros no sólo en palabra, sino también en poder, y en el Espíritu Santo, y en plena certidumbre; como bien sabéis qué clase de hombres fuimos entre vosotros por amor a vosotros.

Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne; justificado en el Espíritu; visto de los ángeles; predicado a los gentiles; creído en el mundo; recibido arriba en gloria.

Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos; para que sean juzgados en la carne según los hombres, pero vivan en el espíritu según Dios.

Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

Yo fui en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta,

Y al instante estaba yo en el Espíritu; y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y uno sentado sobre el trono.

Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos.

Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo de Dios,