46 Versículos de la Biblia sobre Dientes

Diente quebrado y pie resbalador, Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.

Yo también os dí limpieza de dientes en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros pueblos: mas no os tornasteis á mí, dice Jehová.

Aun estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese mascada, cuando el furor de Jehová se encendió en el pueblo, é hirío Jehová al pueblo con una muy grande plaga.

Y he aquí otra segunda bestia, semejante á un oso, la cual se puso al un lado, y tenía en su boca tres costillas entre sus dientes; y fuéle dicho así: Levántate, traga carne mucha.

Y quitaré sus sangres de su boca, y sus abominaciones de sus dientes, y quedarán ellos también para nuestro Dios, y serán como capitanes en Judá, y Ecrón como el Jebuseo.

Y tenían cabellos como cabellos de mujeres: y sus dientes eran como dientes de leones.

Sus ojos bermejos del vino, Y los dientes blancos de la leche.

¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Los órdenes de sus dientes espantan.

Consumidos serán de hambre, y comidos de fiebre ardiente Y de amarga pestilencia; Diente de bestias enviaré también sobre ellos, Con veneno de serpiente de la tierra.

Veneno de áspides chupará; Matarálo lengua de víbora.

Porque gente subió á mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león.

Mi vida está entre leones; Estoy echado entre hijos de hombres encendidos: Sus dientes son lanzas y saetas, Y su lengua cuchillo agudo.

Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar á los pobres de la tierra, y de entre los hombres á los menesterosos.

He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes: trillarás montes y los molerás, y collados tornarás en tamo.

Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque trillaron á Galaad con trillos de hierro.

Con ira hollaste la tierra, Con furor trillaste las gentes.

Bendito Jehová, Que no nos dió por presa á sus dientes.

El bramido del león, y la voz del león, Y los dientes de los leoncillos son quebrantados.

Y llegándose cerca del foso llamó á voces á Daniel con voz triste: y hablando el rey dijo á Daniel: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, á quien tú continuamente sirves ¿te ha podido librar de los leones? Entonces habló Daniel con el rey: oh rey, para siempre vive.

Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío: Porque tú heriste á todos mis enemigos en la quijada; Los dientes de los malos quebrantaste.

Y quebraba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa.

Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas: Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.

Y oyendo estas cosas, regañaban de sus corazones, y crujían los dientes contra él.

Su furor me destrizó, y me ha sido contrario: Crujió sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.

Con los lisonjeros escarnecedores truhanes, Crujiendo sobre mí sus dientes.

Maquina el impío contra el justo, Y cruje sobre él sus dientes.

Verálo el impío, y se despechará; Crujirá los dientes, y se repudrirá: Perecerá el deseo de los impíos.

Mas los hijos del reino serán echados á las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Y los echarán en el horno de fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Entonces el rey dijo á los que servían: Atado de pies y de manos tomadle, y echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes.

Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando viereis á Abraham, y á Isaac, y á Jacob, y á todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros excluídos.

Todos tus enemigos abrieron sobre ti su boca, Silbaron, y rechinaron los dientes; dijeron: Devoremos: Cierto éste es el día que esperábamos; lo hemos hallado, vímoslo.

El cual, donde quiera que le toma, le despedaza; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando: y dije á tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.

Mi cuero y mi carne se pegaron á mis huesos; Y he escapado con la piel de mis dientes.

Como el vinagre á los dientes, y como el humo á los ojos, Así es el perezoso á los que lo envían.

En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agraces, y los dientes de los hijos tienen la dentera. Sino que cada cual morirá por su maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agraces, tendrán la dentera.

¿Qué pensáis vosotros, vosotros que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, diciendo: Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos tienen la dentera?

Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, Que suben del lavadero, Todas con crías mellizas, Y ninguna entre ellas estéril.

Tus dientes, como manada de ovejas Que suben del lavadero, Todas con crías mellizas, Y estéril no hay entre ellas.

Cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuído, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible, y en grande manera fuerte; la cual tenía unos dientes grandes de hierro: devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies: y era muy diferent

Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que tan diferente era de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro, y sus uñas de metal, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies: