52 Versículos de la Biblia sobre Unreliability
Versículos Más Relevantes
Sino que se volvieron, y se rebelaron como sus padres: Volviéronse como arco engañoso.
¿Olvidaráse la mujer de lo que parió, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.
¿Qué haré á ti, Ephraim? ¿Qué hare á ti, oh Judá? La piedad vuestra es como la nube de la mañana, y como el rocío que de madrugada viene.
Mas nosotros tuvimos en nosotros mismos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios que levanta los muertos:
Y el principal de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.
Entonces Samuel dijo á Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios, que él te había intimado; porque ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será durable: Jehová se ha buscado varón según su corazón, al cual Jehová ha mandado que sea capitán sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
Y verá Ephraim su enfermedad, y Judá su llaga: irá entonces Ephraim al Assur, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.
Y vino á sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo á Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora?
Y vino y los halló durmiendo; y dice á Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora?
Y como se levantó de la oración, y vino á sus discípulos, hallólos durmiendo de tristeza;
Mas todo esto se hace, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos huyeron, dejándole.
Diente quebrado y pie resbalador, Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia.
No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud. Saldrá su espíritu, tornaráse en su tierra: En aquel día perecerán sus pensamientos.
Reuníos, y venid; allegaos, todos los escapados de las gentes: no saben aquellos que erigen el madero de su escultura, y los que ruegan al dios que no salva.
Y serviréis allí á dioses hechos de manos de hombres, á madera y á piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.
Sus ídolos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablarán; Tienen ojos, mas no verán; Orejas tienen, mas no oirán; Tienen narices, mas no olerán;Leer más.
Manos tienen, mas no palparán; Tienen pies, mas no andarán; No hablarán con su garganta. Como ellos son los que los hacen; Cualquiera que en ellos confía.
El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se corrompa; búscase un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.
Como palma lo igualan, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos; porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.
Todo hombre se ha infatuado y es sin ciencia: avergüénzase todo artífice de la escultura, porque mentira es su vaciadizo, que no tiene espíritu. Vanidad son, obra de irrisiones; en el tiempo de su visitación perecerán.
Antes contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, é hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus príncipes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos: demás de esto, á dioses de plata y de oro, de metal, de hierro, de mader
¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición, que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?
El entonces dijo: Mirad, no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy; y, el tiempo está cerca: por tanto, no vayáis en pos de ellos.
Porque la sabiduría de esta mundo es necedad para con Dios; pues escrito está: El que prende á los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
Y vieron los hijos de Benjamín que eran muertos; pues los hijos de Israel habían dado lugar á Benjamín, porque estaban confiados en las emboscadas que habían puesto detrás de Gabaa.
Que prende á los sabios en la astucia de ellos, Y el consejo de los perversos es entontecido;
Por tanto el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; Por tanto os será este pecado como pared abierta que se va á caer, y como corcova en alto muro, cuya caída viene súbita y repentinamente.
No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad: confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben trabajo, y paren iniquidad.
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios, Por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extraños, los fuertes de las gentes, que desenvainarán su espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y ensuciarán tu esplendor.
Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé la inteligencia de los entendidos. ¿Qué es del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo? ¿no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduría de Dios á Dios por sabiduría, agradó á Dios salvar á los creyentes por la locura de la predicación.
Tales cosas tienen á la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, y humildad, y en duro trato del cuerpo; no en alguna honra para el saciar de la carne.
Entonces dijo David al Filisteo: Tú vienes á mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo á ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado.
El rey no es salvo con la multitud del ejército: No escapa el valiente por la mucha fuerza. Vanidad es el caballo para salvarse: Por la grandeza de su fuerza no librará.
AY de los que descienden á Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en caballeros, porque son valientes; y no miraron al Santo de Israel, ni buscaron á Jehová!
A los cuales dijo Rabsaces: Ahora pues, diréis á Ezechîas: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es ésta en que confías? Digo, alegas tú, (empero palabras vanas) que tengo consejo y fortaleza para la guerra. Ahora bien, ¿en quién confías que te rebelas contra mí? He aquí que confías en este bordón de caña frágil, en Egipto, sobre el cual si alguien se apoyare, entrarásele por la mano, y se la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían.
Estuvisteis sobre vuestras espadas, hicisteis abominación, y contaminasteis cada cual la mujer de su prójimo: ¿y habréis de poseer la tierra?
Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y salvarélos en Jehová su Dios: y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni caballeros.
Y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la fuerza del reino de las gentes; y trastornaré el carro, y los que en él suben; y vendrán abajo los caballos, y los que en ellos montan, cada cual por la espada de su hermano.
Entonces Jesús le dice: Vuelve tu espada á su lugar; porque todos los que tomaren espada, á espada perecerán.
El que confía en sus riquezas, caerá: Mas los justos reverdecerán como ramos.
No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis: Si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.
¿Por qué te glorías de los valles? Tu valle se deshizo, oh hija contumaz, la que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?
Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y soplo en ello. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre á su propia casa.
Antes que fuesen estas cosas, venían al montón de veinte hanegas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había veinte. Os herí con viento solano, y con tizoncillo, y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis á mí, dice Jehová.
Bien que Tiro se edificó fortaleza, y amontonó plata como polvo, y oro como lodo de las calles, He aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en la mar su fortaleza, y ella será consumida de fuego.
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladronas minan y hurtan;
Y el que fué sembrado en espinas, éste es el que oye la palabra; pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas, ahogan la palabra, y hácese infructuosa.