237 casos

'José' en la Biblia

y llamó su nombre José, diciendo: Añádame el SEÑOR otro hijo.

Y aconteció, cuando Raquel dio a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra.

Y puso las siervas y sus niños delante; luego a Lea y a sus niños; y a Raquel y a José los postreros.

Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.

Los hijos de Raquel: José, y Benjamín.

Estas fueron las generaciones de Jacob. José, siendo de edad de diecisiete años apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha, y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos; y ellos vinieron a aborrecerle más todavía.

Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem; ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.

Y aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán.

Y sucedió que, cuando llegó José a sus hermanos, ellos hicieron desnudar a José su ropa, la ropa de colores que tenía sobre sí;

Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.

Y Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos.

Entonces tomaron ellos la ropa de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la ropa con la sangre;

Y él la conoció, y dijo: La ropa de mi hijo es; alguna mala bestia le devoró; José ha sido despedazado.

Y descendido José a Egipto, lo compró Potifar, oficial del Faraón, capitán de los de la guardia, varón egipcio, de mano de los ismaelitas que lo habían llevado allá.

Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía.

Y aconteció que, desde cuando le dio el encargo de su casa, y de todo lo que tenía, el SEÑOR bendijo la casa del egipcio a causa de José; y la bendición del SEÑOR fue sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.

Y dejó todo lo que tenía en la mano de José; ni con él sabía de nada más que del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.

Y aconteció después de esto, que la mujer de su señor alzó sus ojos sobre José, y dijo: Duerme conmigo.

Y fue que hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella.

Y tomó su señor a José, y le puso en la casa de la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la casa de la cárcel.

Mas el SEÑOR estaba con José, y extendió a él su misericordia, y le dio gracia en ojos del príncipe de la casa de la cárcel.

Y el príncipe de la casa de la cárcel entregó en mano de José todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que hacían allí, él lo hacía.

y los puso en la cárcel de la casa del capitán de los de la guardia, en la casa de la cárcel donde José estaba preso.

Y el capitán de los de la guardia dio cargo de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la cárcel.

Y vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes.

Y ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quién lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.

Entonces el principal de los maestresalas contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí,

Y le dijo José: Esta es su declaración: Los tres sarmientos son tres días;

Y viendo el principal de los panaderos que había declarado para bien, dijo a José: También yo soñaba que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza;

Entonces respondió José, y dijo: Esta es su declaración: Los tres canastillos tres días son.

Mas hizo colgar al príncipe de los panaderos, como le había declarado José.

Y dijo el Faraón a José: Yo he soñado un sueño, y no hay quién lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.

Y respondió José al Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz al Faraón.

Entonces el Faraón dijo a José: En mi sueño, he aquí, que estaba a la orilla del río;

Entonces respondió José al Faraón: El sueño del Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado al Faraón lo que él hace.

Dijo más el Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

Entonces el Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;

Y dijo el Faraón a José: Yo soy el Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.

Y llamó el Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

Y era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante del Faraón, rey de Egipto: y salió José de delante del Faraón, y pasó por toda la tierra de Egipto.

Y acopió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.

Y nacieron a José dos hijos antes que viniera el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.

Y llamó José el nombre del primogénito Manasés; porque Dios (dijo) me hizo olvidar de todo mi trabajo, y de toda la casa de mi padre.

Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todas las tierras, mas en toda la tierra de Egipto había pan.

Y hubo hambre en toda la tierra de Egipto, y el pueblo clamó al Faraón por pan. Y dijo el Faraón a todo los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.

Y había hambre por toda la faz de la tierra. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque el hambre había crecido en la tierra de Egipto.

Y toda la tierra venía a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.

Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo a Egipto.

Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: Para que no le acontezca algún desastre.

Y José era el señor de la tierra, que vendía el trigo a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro en tierra.

Y cuando José vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán a comprar alimentos.

Entonces se acordó José de los sueños que había soñado de ellos, y les dijo: Espías sois; para ver lo descubierto de la tierra habéis venido.

Y José les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois espías.

Y ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.

Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y le aprisionó a vista de ellos.

Y mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolvieran el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les dieran comida para el camino; y fue hecho con ellos así.

Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no aparece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; sobre mí son todas estas cosas.

Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano el doble del dinero, y a Benjamín; y se levantaron, y descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José.

Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Mete a aquellos varones en casa, y degüella víctima, y aderézala; porque estos varones comerán conmigo al mediodía.

Y el varón hizo como José dijo; y metió aquel varón a los hombres en casa de José.

Y aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron metidos en casa de José, y decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han metido aquí, para revolver sobre nosotros, y dar sobre nosotros, y tomarnos por siervos a nosotros, y a nuestros asnos.

Y acercaron a aquel varón que presidía en la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa.

Y metió aquel varón a aquellos hombres en casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies; y dio de comer a sus asnos.

Y ellos prepararon el presente entretanto que venía José al mediodía, porque habían oído que allí habían de comer pan.

Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron a él hasta tierra.

Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar: y entró en su cámara, y lloró allí.

Y mandó José al mayordomo de su casa, diciendo: Llene los costales de estos varones de alimentos, cuanto pudieren llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal;

y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.

Saliendo ellos de la ciudad, que aún no se habían alejado, dijo José a su mayordomo: Levántate, y sigue a esos hombres; y cuando los alcanzares, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien?

Y llegó Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante de él en tierra.

Y les dijo José: ¿Qué obra es ésta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo sabe adivinar?

Entonces José no pudo contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, para darse a conocer José a sus hermanos.

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José: ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.

Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis a Egipto.

Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.

Y se oyó la noticia en la casa del Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y agradó a los ojos del Faraón y de sus siervos.

Y dijo el Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id, volved a la tierra de Canaán;

Y lo hicieron así los hijos de Israel; y les dio José carros conforme a la orden del Faraón, y les suministró mantenimiento para el camino.

Y le dieron las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y su corazón desmayó; pues no les creía.

Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo él los carros que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió.

Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.

Y los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín.

Y nacieron a José en la tierra de Egipto Manasés y Efraín, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.

Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, dos personas. Todas las almas de la casa de Jacob, que entraron en Egipto, fueron setenta.

Y envió a Judá delante de sí a José, para que le viniera a ver a Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén.

Y José unció su carro y vino a recibir a Israel su padre a Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello bastante.

Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, pues aún vives.

Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y haré saber al Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí;

Y José vino, e hizo saber al Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí, están en la tierra de Gosén.

Entonces el Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti;

Y José introdujo a su padre, y lo presentó delante del Faraón; y Jacob bendijo al Faraón.

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