'Ni' en la Biblia
- 1.Gé 2:5-Levítico 18:23
- 2.Levítico 18:26-Deuteronomio 9:27
- 3.Deuteronomio 10:9-Jueces 13:4
- 4.Jueces 13:6-1 Reyes 17:1
- 5.1 Reyes 17:14-Job 3:10
- 6.Job 3:26-Salmos 115:17
- 7.Salmos 121:3-Isaías 17:8
- 8.Isaías 22:2-Jeremías 7:16
- 9.Jeremías 7:22-Jeremías 50:40
- 10.Jeremías 51:26-Daniel 2:10
- 11.Daniel 2:11-Mateo 7:6
- 12.Mateo 7:18-Juan 5:38
- 13.Juan 6:24-Colosenses 3:11
- 14.1 Tesalonicenses 2:3-Apocalipsis 22:5
Porque nuestra exhortación no fue de error, ni de inmundicia, ni por engaño;
Porque nunca fuimos lisonjeros en la palabra, como sabéis, ni tocados de avaricia; Dios es testigo;
ni buscamos de los hombres gloria, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
que ninguno oprima, ni calumnie en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y protestado.
porque todos vosotros sois hijos de la luz, e hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas.
con llama de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al Evangelio del Señor nuestro, Jesús, el Cristo;
que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como si el día del Señor estuviera cerca.
ni comimos el pan de balde de ninguno; sino obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;
ni presten atención a fábulas y genealogías sin término, que antes engendran cuestiones diferentes a que la edificación de Dios es por fe.
queriendo ser maestros de la ley, sin entender ni lo que hablan, ni de donde lo afirman.
Quiero, pues, que los varones oren en todo lugar, levantando manos limpias, sin ira ni contienda.
Porque no permito a una mujer enseñar, ni tomar autoridad sobre el varón, sino estar reposada.
No fácilmente impongas las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos; consérvate en limpieza.
que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta que aparezca nuestro Señor Jesús, el Cristo,
el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver; al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas inciertas, sino en el Dios viviente, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos;
Por tanto no te avergüences de dar testimonio del Señor nuestro, ni de mí, que estoy preso por él; antes sé participante de los trabajos del Evangelio por el poder de Dios,
el que fuere irreprensible, marido de una mujer, que tenga hijos fieles que no pueden ser acusados de disolución, ni contumaces.
Ni nadie toma para sí la honra, sino el que es llamado de Dios, como Aarón.
sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, mas hecho semejante al Hijo de Dios, se queda Sacerdote eternalmente.
Así que si estuviese sobre la tierra, ni aun sería sacerdote, estando aún los otros sacerdotes que ofrecen los presentes según la Ley.
Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor.
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre entró una sola vez en el Santuario diseñado para eterna redención.
De donde vino que ni aun el primero fue consagrado sin sangre.
Diciendo arriba: Sacrificio y presente, y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron, las cuales cosas se ofrecen según la Ley,
y estáis ya olvidados de la consolación que como con hijos habla con vosotros, (diciendo): Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, ni desmayes cuando eres de él redargüido;
Sean las costumbres vuestras sin avaricia, contentos de lo presente (porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.)
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado de los males, ni él tienta a alguno;
Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
Pero si tenéis envidia amarga, y contención en vuestros corazones, no os gloriéis, ni seáis mentirosos contra la verdad.
También hermanos míos, ante todas las cosas no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro cualquier juramento; mas vuestro sí sea sí; y vuestro no, no; para que no caigáis en condenación.
Para la herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, conservada en los cielos,
el cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca;
El adorno de las cuales no sea exterior con peinado ostentoso, y atavío de oro, ni en compostura de ropas;
no volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo, sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.
Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados;
Porque es tiempo de que el juicio comience desde la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que ni creen ni obedecen al Evangelio de Dios?
Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesús, el Cristo.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo; si alguno ama al mundo, la caridad del Padre no está en él.
Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.
Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en vuestra casa, ni le digáis: ¡bienvenido!
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente sin temor ni reverencia de Dios; los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando a Dios que solo es el que tiene dominio, y a nuestro Señor Jesús, el Cristo.
Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni hirviente. ¡Bien que fueses frío, o hirviente!
Mas porque eres tibio, y no frío ni hirviente, yo te vomitaré de mi boca.
Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir.
Y ninguno podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni mirarlo.
Y yo lloraba mucho, porque no había sido hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.
Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Un cheniz de trigo por un denario, y tres chenizes de cebada por un denario; y no hagas daño al vino, ni al aceite.
Y después de estas cosas vi cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que señalemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.
No tendrán más hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún otro calor;
Y les fue mandado que no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes.
Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, no se enmendaron de las obras de sus manos, para que no adorasen a los demonios, y a las imágenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar.
Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.
Y no prevalecieron, ni su lugar fue más hallado en el cielo.
y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran a la bestia y a su imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera que tomare la marca de su nombre.
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, que no adoraron la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron su marca en sus frentes, ni en sus manos, y vivirán y reinarán con el Cristo los mil años.
Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas son pasadas.
Y la Ciudad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan en ella; porque la claridad de Dios la ha alumbrado, y el Cordero es su lámpara.
Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de lámpara, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará; y reinarán para siempre jamás.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 2:5-Levítico 18:23
- 2.Levítico 18:26-Deuteronomio 9:27
- 3.Deuteronomio 10:9-Jueces 13:4
- 4.Jueces 13:6-1 Reyes 17:1
- 5.1 Reyes 17:14-Job 3:10
- 6.Job 3:26-Salmos 115:17
- 7.Salmos 121:3-Isaías 17:8
- 8.Isaías 22:2-Jeremías 7:16
- 9.Jeremías 7:22-Jeremías 50:40
- 10.Jeremías 51:26-Daniel 2:10
- 11.Daniel 2:11-Mateo 7:6
- 12.Mateo 7:18-Juan 5:38
- 13.Juan 6:24-Colosenses 3:11
- 14.1 Tesalonicenses 2:3-Apocalipsis 22:5