141 casos

'Oír' en la Biblia

Al oír Abram que su pariente había sido llevado cautivo, movilizó a sus hombres adiestrados nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y salió en {su} persecución hasta Dan.

Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: ¡Bendíceme, {bendíceme} también a mí, padre mío!

Al oír Josué el ruido del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: Hay gritos de guerra en el campamento.

Al oír Balac que Balaam se acercaba, salió a recibirlo en una ciudad de Moab, que está sobre la frontera del Arnón, al extremo de la frontera.

``Hoy comenzaré a infundir el espanto y temor tuyo entre los pueblos debajo del cielo, quienes, al oír tu fama, temblarán y se angustiarán a causa de ti."

{Recuerda} el día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: ``Reúneme el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre la tierra y {las} enseñen a sus hijos."

Desde los cielos te hizo oír su voz para disciplinarte; y sobre la tierra te hizo ver su gran fuego, y oíste sus palabras de en medio del fuego.

Esto es conforme a todo lo que pediste al SEÑOR tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: ``No vuelva yo a oír la voz del SEÑOR mi Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que muera."

No está en el cielo, para que digas: `` ¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos?"

Ni está más allá del mar, para que digas: `` ¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?"

Pero Josué dio órdenes al pueblo, diciendo: No gritaréis ni dejaréis oír vuestra voz, ni saldrá palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: `` ¿Gritad!" Entonces gritaréis.

Al oír {esto} los hijos de Israel, toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo para subir a pelear contra ellos.

Al oír {esto} todos los habitantes de la torre de Siquem, se metieron en la fortaleza del templo de El-berit.

Pero su mujer le dijo: Si el SEÑOR hubiera deseado matarnos, no habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereal de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas estas cosas, ni nos habría permitido ahora oír {cosas} como éstas.

Al oír los filisteos el ruido del clamor, dijeron: ¿Qué {significa} el ruido de este gran clamor en el campamento de los hebreos? Entonces comprendieron que el arca del SEÑOR había llegado al campamento.

Y su nuera, la mujer de Finees, estaba encinta y a punto de dar a luz, y al oír la noticia que el arca de Dios había sido tomada y que su suegro y su marido habían muerto, se arrodilló y dio a luz, porque le sobrevinieron los dolores.

No obstante, el pueblo rehusó oír la voz de Samuel, y dijeron: No, sino que habrá rey sobre nosotros,

La mujer se acercó a Saúl, y viendo que estaba aterrorizado, le dijo: He aquí, tu sierva te ha obedecido y he puesto mi vida en peligro al oír las palabras que tú me hablaste.

Al oír los filisteos que David había sido ungido rey sobre Israel, todos los filisteos subieron a buscar a David; y cuando David se enteró, bajó a la fortaleza;

Al oír la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido.

Tengo ahora ochenta años. ¿Puedo distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo saborear lo que come o bebe? ¿Puede oír aún la voz de los cantores o de las cantoras? ¿Por qué, pues, ha de ser tu siervo otra carga más para mi señor el rey?

Los extranjeros me fingen obediencia, al oír{me,} me obedecen.

Y {lo} oyó Adonías y todos los invitados que {estaban} con él cuando habían terminado de comer. Al oír Joab el sonido de la trompeta, dijo: ¿Por qué hace la ciudad tal alboroto?

Y venían de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría.

Y toda la tierra procuraba ver a Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

Y al oír Eliseo, el hombre de Dios, que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió {aviso} al rey diciendo: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que venga él a mí ahora, y sabrá que hay profeta en Israel.

Al oír Atalía el ruido de la guardia {y} del pueblo, se llegó al pueblo en la casa del SEÑOR,

Al oír los filisteos que David había sido ungido rey sobre todo Israel, todos los filisteos subieron en busca de David; y cuando David se enteró, salió contra ellos.

Cuando los trompeteros y los cantores, al unísono, se hacían oír a una voz alabando y glorificando al SEÑOR, cuando levantaban sus voces acompañados por trompetas y címbalos e instrumentos de música, cuando alababan al SEÑOR {diciendo:} Ciertamente {El es} bueno porque su misericordia es para siempre, entonces la casa, la casa del SEÑOR, se llenó de una nube,

Y todos los reyes de la tierra procuraban ver a Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.

Al oír Atalía el estruendo del pueblo que corría y alababa al rey, se llegó al pueblo en la casa del SEÑOR,

que estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote {y} escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Este día es santo para el SEÑOR vuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.

¿Y se debe oír de vosotros que habéis cometido todo este gran mal obrando infielmente contra nuestro Dios casándoos con mujeres extranjeras?

Me escuchaban y esperaban, y guardaban silencio para {oír} mi consejo.

Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza.

para oír el gemido de los prisioneros, para poner en libertad a los condenados a muerte;

Todas las cosas son fatigosas, el hombre no puede expresar{las.} No se sacia el ojo de ver, ni se cansa el oído de oír.

Paloma mía, en las grietas de la peña, en lo secreto de la senda escarpada, déjame ver tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y precioso tu semblante.

Y el SEÑOR hará oír la majestad de su voz, y dejará ver el descenso de su brazo con furia de ira y llama de fuego consumidor, con turbión, aguacero y piedra de granizo.

El que anda en justicia y habla con sinceridad, el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan soborno; el que se tapa los oídos para no oír de derramamiento de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal;

Acercaos, naciones, para oír, y escuchad, pueblos; oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que de él brota.

``No tembléis ni temáis; ¿no os {lo} he hecho oír y {lo} he anunciado desde hace tiempo? Vosotros sois mis testigos. ¿Hay {otro} dios fuera de mí, o hay {otra} Roca? No conozco {ninguna.}"

{Lo} has oído; míra{lo} todo. Y vosotros, ¿no lo declararéis? Desde este momento te hago oír cosas nuevas y ocultas que no conocías.

¿Hasta cuándo he de ver la bandera y he de oír el sonido de la trompeta?

`Sin embargo, ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección.

Levántate y desciende a la casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.

Pero si ellos hubieran estado en mi consejo, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras.

Y el SEÑOR os envió repetidas veces a todos sus siervos los profetas (pero no escuchasteis ni inclinasteis vuestro oído para oír),

Al oír Micaías, hijo de Gemarías, hijo de Safán, todas las palabras del SEÑOR {que estaban} en el libro,

Al oír Ebed-melec el etíope, eunuco del palacio del rey, que habían echado a Jeremías en la cisterna, estando el rey sentado a la puerta de Benjamín,

Anunciad en Egipto y hacedlo oír en Migdol, hacedlo oír también en Menfis y en Tafnes; decid: ``Ponte en pie y prepárate, porque la espada ha devorado a los que te rodean."

Moab está quebrantada, sus pequeños dejan oír gritos {de angustia.}

Anunciadlo entre las naciones y hacedlo oír; levantad estandarte, hacedlo oír. No {lo} ocultéis, {sino} decid: ``Ha sido tomada Babilonia, está avergonzado Bel, destrozado Merodac; han sido avergonzadas sus imágenes, destrozados sus ídolos."

Pero cuando yo te hable, te abriré la boca, y les dirás: ``Así dice el Señor DIOS." El que oye, que oiga; el que rehúse oír, que rehúse; porque son una casa rebelde.

harán oír su voz por ti y gritarán amargamente. Echarán polvo sobre sus cabezas, se revolcarán en ceniza;

`Y nunca más te haré oír el ultraje de las naciones, ni soportarás más los insultos de los pueblos, ni harás que tu nación tropiece más' --declara el Señor DIOS."

Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho y se propuso librar a Daniel; y hasta la puesta del sol estuvo buscando la manera de librarlo.

Pero oí el sonido de sus palabras, y al oír el sonido de sus palabras, caí en un sueño profundo sobre mi rostro, con mi rostro en tierra.

Al oír{lo} Jesús, se maravilló y dijo a los que {le} seguían: En verdad os digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande.

La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más {grande} que Salomón está aquí.

Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: ``AL OIR OIREIS, Y NO ENTENDEREIS; Y VIENDO VEREIS, Y NO PERCIBIREIS;

Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no {lo} vieron; y oír lo que vosotros oís, y no {lo} oyeron.

Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes {lo} supieron, le siguieron a pie desde las ciudades.

Al oír {esto,} los discípulos estaban llenos de asombro, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse?

Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

Al oír sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, comprendieron que hablaba de ellos.

Pero al oír los fariseos que {Jesús} había dejado callados a los saduceos, se agruparon;

Al oír {esto,} Jesús les dijo*: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y Sidón; una gran multitud, {que} al oír todo lo que {Jesús} hacía, vino a El.

Y El decía: El que tiene oídos para oír, que oiga.

Y de igual manera, estos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra enseguida la reciben con gozo;

Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.

Con muchas parábolas como éstas les hablaba la palabra, según podían oír{la;}

Y al oír {esto} Herodes, decía: Juan, a quien yo decapité, ha resucitado.

Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.

sino que enseguida, al oír {hablar} de El, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a sus pies.

Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.

Al oír {esto,} los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan.

Resultados de Búsqueda por Versiones

Resultados de Búsqueda por Libro

Todos los Libros

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso