194 casos en 6 traducciones

'Pablo' en la Biblia

Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo (Pablo).

Y Saulo (Pablo) estaba de completo acuerdo con {ellos} en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles.

Saulo (Pablo), respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote,

Y zarpados de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; entonces Juan, apartándose de ellos, se volvió a Jerusalén.

Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dice: Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd:

Al salir Pablo y Bernabé, la gente les rogaba que el siguiente día de reposo les hablaran de estas cosas.

Y despedida la sinagoga, muchos de los judíos y de los religiosos prosélitos siguieron a Pablo y a Bernabé; los cuales hablándoles, les persuadían que permanecieran en la gracia de Dios.

Pero los judíos, vista la multitud, se llenaron de celo, y se oponían a lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.

Mas los judíos incitaron a mujeres pías y honestas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron de sus términos.

Cuando Pablo y Bernabé entraron juntos en la sinagoga de los Judíos en Iconio, hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de Judíos como de Griegos.

Este oyó hablar a Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vio que tenía fe para ser sanado,

Entonces la multitud, visto lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses semejantes a hombres han descendido a nosotros.

Entonces sobrevinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le sacaron fuera de la ciudad, pensando que ya estaba muerto.

Pero mientras los discípulos lo rodeaban, él se levantó y entró en la ciudad. Al día siguiente Pablo partió con Bernabé a Derbe.

Así que, suscitada una disensión y contienda no pequeña a Pablo y a Bernabé contra ellos, determinaron que subieran Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, sobre esta cuestión.

Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes maravillas y señales Dios había hecho por ellos entre los gentiles.

Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la Iglesia, enviar varones escogidos de entre ellos a Antioquía con Pablo y Bernabé; a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos;

nos ha parecido, congregados en uno, enviar varones escogidos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,

Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en las cuales hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están.

mas a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra.

Pablo llegó también a Derbe y a Listra. Y estaba allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía creyente, pero de padre Griego,

Pablo quiso que éste fuera con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que estaban en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego.

Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviera atenta a lo que Pablo decía.

Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante el magistrado;

Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han enviado a decir que seas suelto; así que ahora salid, e id en paz.

Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, Pablo y Silas llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los Judíos.

Entonces los hermanos, luego de noche, enviaron a Pablo y a Silas a Berea; los cuales habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.

Cuando entendieron los judíos de Tesalónica que también en Berea era anunciada la Palabra de Dios por Pablo, fueron allí, y también alborotaron al pueblo.

Pero luego los hermanos enviaron a Pablo que fuera hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí.

Y los que habían tomado a cargo a Pablo, le llevaron hasta Atenas; y tomando orden de él para Silas y Timoteo, que vinieran a él lo más presto que pudieran, partieron.

Entonces tomaron a Pablo y lo llevaron al Areópago, diciendo: `` ¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza que usted proclama?

Estando pues Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo os veo como más superticiosos;

Allí se encontró con un Judío que se llamaba Aquila, natural del Ponto, quien acababa de llegar de Italia con Priscila su mujer, pues {el emperador} Claudio había ordenado a todos los Judíos que salieran de Roma. Pablo fue a verlos,

Y siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal,

Y comenzando Pablo a abrir la boca, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría.

Mas Pablo habiéndose detenido aun allí muchos días, después se despidió de los hermanos, y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose trasquilado la cabeza en Cencrea, porque tenía voto.

Llegaron a Efeso y dejó allí a Priscila y Aquila. Y entrando Pablo a la sinagoga, discutía con los Judíos.

Después de pasar {allí} algún tiempo, Pablo fue recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, fortaleciendo a todos los discípulos.

Y aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, andadas las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando ciertos discípulos,

Entonces Pablo les preguntó: `` ¿En qué {bautismo,} pues, fueron bautizados?" ``En el bautismo de Juan," contestaron ellos.

Y dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir después de él, es a saber, en Cristo Jesús.

Mas endureciéndose algunos desobedientes, maldiciendo el Camino delante de la multitud, Pablo se apartó de ellos y separó a los discípulos, disputando cada día en la escuela de un cierto Tiranno.

Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuramos por Jesús, el que Pablo predica.

Y respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; mas vosotros, ¿quiénes sois?

Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo por el Espíritu ir a Jerusalén, después de andar en Macedonia y Acaya, diciendo: Después que hubiere estado allá me será necesario ver también a Roma.

y veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino a gran multitud de casi toda el Asia, ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos.

Y toda la ciudad se llenó de confusión; y unánimes se arrojaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.

Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron.

También algunos de los asiarcas, que eran amigos de Pablo, enviaron a él y repetidamente le rogaron que no se aventurara {a presentarse} en el teatro.

Y después que cesó el alboroto, llamando Pablo a los discípulos, habiéndoles exhortado y abrazado, se despidió, y salió para ir a Macedonia.

Y un joven llamado Eutico que estaba sentado en una ventana, tomado de un sueño profundo, como Pablo predicaba largamente, postrado del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue alzado muerto.

Entonces descendió Pablo, y se derribó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alborotéis, que aún su alma está en él.

Y nosotros subiendo en el navío, navegamos a Asón, para recibir de allí a Pablo; pues así había determinado que debía él ir por tierra.

Porque Pablo se había propuesto pasar adelante de Efeso, por no detenerse en Asia, porque se apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le fuera posible, en Jerusalén.

Y nos quedamos allí siete días, hallados los discípulos, los cuales decían a Pablo por el Espíritu, que no subiera a Jerusalén.

Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, vinimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, el cual era uno de los siete, posamos con él.

Y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y todos los ancianos se juntaron;

Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el Templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta ser ofrecida ofrenda por cada uno de ellos.

(Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, efesio, al cual pensaban que Pablo había metido en el Templo.)

Así que, toda la ciudad se alborotó, y se agolpó el pueblo; y tomando a Pablo, le arrastraron fuera del Templo; y luego las puertas fueron cerradas.

el cual tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y ellos como vieron al tribuno y a los soldados, cesaron de herir a Pablo.

Pero entre la muchedumbre unos gritaban una cosa {y} otros otra, y como él no pudo averiguar con certeza {los hechos,} debido al tumulto, ordenó que llevaran a Pablo al cuartel.

Cuando Pablo llegó a las gradas, los soldados tuvieron que cargarlo por causa de la violencia de la turba;

Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?

Entonces Pablo le dijo: Yo de cierto soy hombre judío, ciudadano de Tarso, ciudad conocida de Cilicia; pero te ruego que me permitas que hable al pueblo.

Y cuando él se lo permitió, Pablo, estando en pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Y hecho gran silencio, habló en lengua hebrea, diciendo:

``Hermanos y padres, escuchen mi defensa que ahora {presento} ante ustedes," decía Pablo.

el comandante ordenó que llevaran a Pablo al cuartel, diciendo que debía ser sometido a azotes para saber la razón por qué la gente gritaban contra él de aquella manera.

Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un hombre romano sin ser condenado?

Vino el comandante a {Pablo} y le dijo: Dime, ¿eres romano? Y él dijo: Sí.

Y respondió el tribuno: Yo con grande suma alcancé esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.

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