'Ruego' en la Biblia
¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres á la mano izquierda, yo iré á la derecha: y si tú á la derecha, yo iré á la izquierda.
Y dijo: Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis á casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza nos quedaremos esta noche.
Y dijo: Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham.
Sea, pues, que la moza á quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba; y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber á tus camellos: que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho miseric
He aquí yo estoy junto á la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, á la cual dijere: Dame á beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro;
Y dijo Jacob: No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia en tus ojos, toma mi presente de mi mano, pues que así he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios; y hazme placer.
Toma, te ruego, mi dádiva que te es traída; porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. Y porfió con él, y tomóla.
Y pasados los días de su luto, habló José á los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón, diciendo:
Mi padre me conjuró diciendo: He aquí yo muero; en mi sepulcro que yo cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego pues que vaya yo ahora, y sepultaré á mi padre, y volveré.
Mas ruego ahora que perdones mi pecado solamente esta vez, y que oréis á Jehová vuestro Dios que quite de mí solamente esta muerte.
Y si así lo haces tú conmigo, yo te ruego que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificada la fortaleza del Señor, como lo hablaste, diciendo:
Ven pues ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo: quizá podré yo herirlo, y echarlo de la tierra: que yo sé que el que tú bendijeres, será bendito, y el que tú maldijeres, será maldito.
Y él respondió: Yo te ruego, que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.
Y dijo á los de Succoth: Yo os ruego que deis á la gente que me sigue algunos bocados de pan; porque están cansados, y yo persigo á Zeba y á Zalmunna, reyes de Madián.
Yo os ruego que habléis á oídos de todos los de Sichêm: ¿Qué tenéis por mejor, que os señoreen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal; ó que os señoree un varón? Acordaos que yo soy hueso vuestro, y carne vuestra.
Entonces Israel envió embajadores al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra. Mas el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab; el cual tampoco quiso: quedóse por tanto Israel en Cades.
Entonces oró Manoa á Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, torne ahora á venir á nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer.
Y Dalila dijo á Samsón: Yo te ruego que me declares en qué consiste tu grande fuerza, y cómo podrás ser atado para ser atormentado.
Entonces Dalila dijo á Samsón: He aquí tú me has engañado, y me has dicho mentiras: descúbreme pues ahora, yo te ruego, cómo podrás ser atado.
Entonces clamó Samsón á Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y esfuérzame, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los Filisteos, por mis dos ojos.
Y sentáronse ellos dos juntos, y comieron y bebieron. Y el padre de la moza dijo al varón: Yo te ruego que te quieras quedar aquí esta noche, y alegraráse tu corazón.
Y dijo el tío de Saúl: Yo te ruego me declares qué os dijo Samuel.
Y Saúl envió á decir á Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo; porque ha hallado gracia en mis ojos.
Y fuése David de allí á Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Yo te ruego que mi padre y mi madre estén con vosotros, hasta que sepa lo que Dios hará de mí.
Y yo te ruego que perdones á tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa firme á mi señor, por cuanto mi señor hace las guerras de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.
Ruego pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si Jehová te incita contra mí, acepte un sacrificio: mas si fueren hijos de hombres, malditos ellos en presencia de Jehová, que me han echado hoy para que no me junte en la heredad de J
Y disfrazóse Saúl, y púsose otros vestidos, y fuése con dos hombres, y vinieron á aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de pythón, y me hagas subir á quien yo te dijere.
Y dijo David al sacerdote Abiathar hijo de Ahimelech: Yo te ruego que me acerques el ephod. Y Abiathar acercó el ephod á David.
Y él me volvió á decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí, y me mates, porque me toman angustias, y toda mi alma está aún en mí.
Acostóse pues Amnón, y fingió que estaba enfermo, y vino el rey: á visitarle: y dijo Amnón al rey: Yo te ruego que venga mi hermana Thamar, y haga delante de mí dos hojuelas, que coma yo de su mano.
Y vino Absalom al rey, y díjole: He aquí, tu siervo tiene ahora esquiladores: yo ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo.
Envió Joab á Tecoa, y tomó de allá una mujer astuta, y díjole: Yo te ruego que te enlutes, y te vistas de ropas de luto, y no te unjas con óleo, antes sé como mujer que ha mucho tiempo que trae luto por algún muerto;
Entonces él respondió, y dijo á la mujer: Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te preguntare. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey.
Y al cabo de cuarenta años aconteció que Absalom dijo al rey: Yo te ruego me permitas que vaya á Hebrón, á pagar mi voto que he prometido á Jehová:
Entonces Abisai hijo de Sarvia, dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto á mi señor el rey? Yo te ruego que me dejes pasar, y quitaréle la cabeza.
Yo te ruego que dejes volver á tu siervo, y que muera en mi ciudad, junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. He aquí tu siervo Chimham; que pase él con mi señor el rey, y hazle lo que bien te pareciere.
Entonces David dijo á Gad: En grande angustia estoy: ruego que caiga en la mano de Jehová, porque sus miseraciones son muchas, y que no caiga yo en manos de hombres.
El entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón, (porque él no te hará volver tu rostro,) para que me dé á Abisag Sunamita por mujer.
Y díjole Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego, que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.
Y dijo luego Josaphat al rey de Israel: Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová.
Yo te ruego que hagas una pequeña cámara de paredes, y pongamos en ella cama, y mesa, y silla, y candelero, para que cuando viniere á nosotros, se recoja en ella.
Por tanto, ahora yo te ruego que des rehenes á mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú pudieres dar jinetes para ellos.
Entonces David dijo á Gad: Estoy en grande angustia: ruego que yo caiga en la mano de Jehová; porque sus misericordias son muchas en extremo, y que no caiga yo en manos de hombres.
Mas tú mirarás á la oración de tu siervo, y á su ruego, oh Jehová Dios mío, para oir el clamor y la oración con que tu siervo ora delante de ti.
Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada: que oigas y perdones.
Toda oración y todo ruego que hiciere cualquier hombre, ó todo tu pueblo Israel, cualquiera que conociere su llaga y su dolor en su corazón, si extendiere sus manos á esta casa,
Tú oirás desde los cielos su oración y su ruego, y ampararás su derecho.
Tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y ampararás su causa, y perdonarás á tu pueblo que pecó contra ti.
Y el mensajero que había ido á llamar á Michêas, le habló, diciendo: He aquí las palabras de los profetas á una boca anuncian al rey bienes; yo pues te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, que hables bien.
Oye te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás.
Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración.
Habrá mirado á la oración de los solitarios, Y no habrá desechado el ruego de ellos.
Oh Jehová, salva ahora, te ruego: Oh Jehová, ruégote hagas prosperar ahora.
Ahora pues yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos.
Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor: caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver á casa de Jonathán escriba, porque no me muera allí.
Y dijeron á Jeremías profeta: Caiga ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros á Jehová tu Dios, por todo este resto, (pues hemos quedado unos pocos de muchos, como nos ven tus ojos,)
Prueba, te ruego, tus siervos diez días, y dennos legumbres á comer, y agua á beber.
Y volví mi rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, y cilicio, y ceniza.
Aun estaba hablando, y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;
Y comenzaron todos á una á excusarse. El primero le dijo: He comprado una hacienda, y necesito salir y verla; te ruego que me des por excusado.
Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son:
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.
Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Mayormente sabiendo tú todas las costumbres y cuestiones que hay entre los Judíos: por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud: que ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.
ASI que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional culto.
Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos.
Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
Por tanto, os ruego que me imitéis.
Y os ruego, hermanos, (ya sabéis que la casa de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que se han dedicado al ministerio de los santos,)
Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él.
EMPERO yo Pablo, os ruego por la mansedumbre y modestia de Cristo, yo que presente ciertamente soy bajo entre vosotros, mas ausente soy confiado entre vosotros:
Ruego pues, que cuando estuviere presente, no tenga que ser atrevido con la confianza con que estoy en ánimo de ser resuelto para con algunos, que nos tienen como si anduviésemos según la carne.
Hermanos, os ruego, sed como yo, porque yo soy como vosotros: ningún agravio me habéis hecho.
YO pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que sois llamados;
Y esto ruego, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,
A Euodias ruego, y á Syntychê exhorto, que sientan lo mismo en el Señor.
Asimismo te ruego también á ti, hermano compañero, ayuda á las que trabajaron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también, y los demás mis colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias.
Ruégo te más bien por amor, siendo tal cual soy, Pablo viejo, y aun ahora prisionero de Jesucristo:
Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea más presto restituído.
Empero os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación; porque os he escrito en breve.
Amados, yo os ruego como á extranjeros y peregrinos, os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
RUEGO á los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de las afliciciones de Cristo, que soy también participante de la gloria que ha de ser revelada:
Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino aquel que nosotros hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos á otros.
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (181)
- LBDA (188)
- NBLH (193)
- RV (186)
- SEV (181)
- RV1909 (89)