Eclesiastés 5:11

Cuando los bienes se aumentan, también se aumentan sus comedores. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino ver los con sus ojos?

Génesis 12:16

E hizo bien á Abram por causa de ella; y tuvo ovejas, y vacas, y asnos, y siervos, y criadas, y asnas y camellos.

Génesis 13:2

Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y oro.

Génesis 13:5-7

Y asimismo Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, y vacas, y tiendas.

Josué 7:21-25

Que vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un changote de oro de peso de cincuenta siclos; lo cual codicié, y tomé: y he aquí que está escondido debajo de tierra en el medio de mi tienda, y el dinero debajo de

1 Reyes 4:22-23

Y la despensa de Salomón era cada día treinta coros de flor de harina, y sesenta coros de harina.

1 Reyes 5:13-16

Y el rey Salomón impuso tributo á todo Israel, y el tributo fué de treinta mil hombres:

Nehemías 5:17-18

Además ciento y cincuenta hombres de los Judíos y magistrados, y los que venían á nosotros de las gentes que están en nuestros contornos, estaban á mi mesa.

Salmos 119:36-37

Inclina mi corazón á tus testimonios, Y no á la avaricia.

Proverbios 23:5

¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque hacerse han alas, Como alas de águila, y volarán al cielo.

Eclesiastés 6:9

Más vale vista de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 11:9

Alégrate, mancebo, en tu mocedad, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos: mas sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios á juicio.

Jeremías 17:11

Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el que allega riquezas, y no con justicia; en medio de sus días las dejará, y en su postrimería será insipiente.

Habacuc 2:13

¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos pues trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano.

1 Juan 2:16

Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

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