Versículos Más Populares de la Biblia en Hechos 20
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Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre.
Y el primer {día} de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba, pensando partir al día siguiente, y prolongó su discurso hasta la medianoche.
En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo:
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
Y desde Mileto mandó {mensaje} a Efeso y llamó a los ancianos de la iglesia.
testificando solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.
Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que es poderosa para edificar{os} y dar{os} la herencia entre todos los santificados.
Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre vosotros que no perdonarán el rebaño,
cómo no rehuí declarar a vosotros nada que fuera útil, y de enseñaros públicamente y de casa en casa,
salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones.
Y comenzaron a llorar desconsoladamente, y abrazando a Pablo, lo besaban,
Y lo acompañaban Sópater de Berea, {hijo} de Pirro; Aristarco y Segundo de los tesalonicenses; Gayo de Derbe, y Timoteo; Tíquico y Trófimo de Asia.
Y después de recorrer aquellas regiones y de haberlos exhortado mucho, llegó a Grecia.
Después que cesó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos, y habiéndo{los} exhortado, despidiéndose, partió para ir a Macedonia.
Vosotros sabéis que estas manos me sirvieron para mis {propias} necesidades y las de los que estaban conmigo.
Entonces nosotros, adelantándonos a {tomar} la nave, zarpamos para Asón, con el propósito de recoger allí a Pablo, pues así lo había decidido, deseando ir por tierra {hasta Asón.}
Pasó {allí} tres meses, y habiéndose tramado una conjura en su contra de parte de los judíos cuando estaba por embarcarse para Siria, tomó la decisión de regresar por Macedonia.
Porque Pablo había decidido dejar a un lado a Efeso para no detenerse en Asia, pues se apresuraba para estar, si le era posible, el día de Pentecostés en Jerusalén.
sirviendo al Señor con toda humildad, y con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos;
y estaba sentado en la ventana un joven llamado Eutico; y como Pablo continuaba hablando, {Eutico} fue cayendo en un profundo sueño hasta que, vencido por el sueño, cayó desde el tercer piso y lo levantaron muerto.
Y ahora, he aquí que yo, atado en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me sucederá,
Por tanto, estad alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.
y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos.
Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros bien sabéis cómo he sido con vosotros todo el tiempo, desde el primer día que estuve en Asia,
Por tanto, os doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos,
Nos embarcamos en Filipos después de los días de los panes sin levadura, y en cinco días llegamos adonde ellos {estaban} en Troas; y allí nos quedamos siete días.
Y zarpando de allí, al día siguiente llegamos frente a Quío; y al otro {día} atracamos en Samos; habiendo hecho escala en Trogilio, al {día} siguiente llegamos a Mileto.
Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de vosotros, entre quienes anduve predicando el reino, volverá a ver mi rostro.
afligidos especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro. Y lo acompañaron hasta el barco.
Pero Pablo bajó y se tendió sobre él, y después de abrazarlo, dijo: No os alarméis, porque está vivo.
Y volviendo arriba, después de partir el pan y de comer, conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó.
Cuando nos encontró en Asón, lo recibimos a bordo y nos dirigimos a Mitilene.
Y se llevaron vivo al muchacho, y quedaron grandemente consolados.