Versículos Más Populares de la Biblia en Hechos 9
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Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote,
Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido {al griego} es Dorcas); esta mujer era rica en obras buenas y de caridad que hacía continuamente.
Pero el Señor le dijo:
Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.
Y sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielo;
Había en Damasco cierto discípulo llamado Ananías; y el Señor le dijo en una visión:
Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
y al caer a tierra, oyó una voz que le decía:
Pero Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a tus santos en Jerusalén,
y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
Tomó alimentos y cobró fuerzas. Y por varios días estuvo con los discípulos que estaban en Damasco.
Y todos los que {lo} escuchaban estaban asombrados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre, y {el que} había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes?
pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo sacaron por {una abertura en} la muralla, bajándolo en una canasta.
pero su conjura llegó al conocimiento de Saulo. Y aun vigilaban las puertas día y noche con el propósito de matarlo;
Pero Bernabé lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo {Saulo} había visto al Señor en el camino, y que El le había hablado, y cómo en Damasco había hablado con valor en el nombre de Jesús.
Y estaba con ellos moviéndose libremente en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señor.
Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada; y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco.
Pero cuando los hermanos {lo} supieron, lo llevaron a Cesarea, y {de allí} lo enviaron a Tarso.
Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; y todos le temían, no creyendo que era discípulo.
También hablaba y discutía con los {judíos} helenistas; mas éstos intentaban matarlo.
y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.
Y mientras Pedro viajaba por todas {aquellas regiones,} vino también a los santos que vivían en Lida.
Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y El {respondió:}
Y enseguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas, diciendo: El es el Hijo de Dios.
Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este {Jesús} es el Cristo.
Mas Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.
Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado.
Y el Señor le {dijo:}
Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos, oyendo la voz, pero sin ver a nadie.
Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y al instante se levantó.
Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas.
Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico.
Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado {su cuerpo,} lo pusieron en un aposento alto.
Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.
Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándo{le:} No tardes en venir a nosotros.
Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.