Para el director del coro; sobre ajelet-hasahar. Salmo de David.Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿{Por qué estás tan} lejos de mi salvación {y} de las palabras de mi clamor?

Los que teméis al SEÑOR, alabadle; descendencia toda de Jacob, glorificadle, temedle, descendencia toda de Israel.

Porque El no ha despreciado ni aborrecido la aflicción del angustiado, ni le ha escondido su rostro; sino que cuando clamó al SEÑOR, {lo} escuchó.

Vendrán y anunciarán su justicia; a un pueblo por nacer, {anunciarán} que El ha hecho {esto.}

Los pobres comerán y se saciarán; los que buscan al SEÑOR, le alabarán. ¿Viva vuestro corazón para siempre!

La posteridad le servirá; {esto} se dirá del Señor hasta la generación {venidera.}

De ti {viene} mi alabanza en la gran congregación; mis votos cumpliré delante de los que le temen.

Todos los términos de la tierra se acordarán y se volverán al SEÑOR, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.

Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malhechores; me horadaron las manos y los pies.

Porque del SEÑOR es el reino, y El gobierna las naciones.

reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.

Hablaré de tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.

Pero yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

Todos los que me ven, de mí se burlan; hacen muecas con los labios, menean la cabeza, {diciendo:}

Sin embargo, tú eres santo, que habitas entre las alabanzas de Israel.

Dios mío, de día clamo y no respondes; y de noche, pero no hay para mí reposo.

Soy derramado como agua, y todos mis huesos están descoyuntados; mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis entrañas.

Porque tú me sacaste del seno {materno;} me hiciste confiar desde los pechos de mi madre.

Todos los grandes de la tierra comerán y adorarán; se postrarán ante El todos los que descienden al polvo, aun aquel que no puede conservar viva su alma.

Puedo contar todos mis huesos. Ellos me miran, me observan;

A ti fui entregado desde mi nacimiento; desde el vientre de mi madre tú eres mi Dios.

Muchos toros me han rodeado; {toros} fuertes de Basán me han cercado.

Pero tú, oh SEÑOR, no estés lejos; fuerza mía, apresúrate a socorrerme.

Como un tiesto se ha secado mi vigor, y la lengua se me pega al paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte.

Sálvame de la boca del león y de los cuernos de los búfalos; respóndeme.

En ti confiaron nuestros padres; confiaron, y tú los libraste.

Que se encomiende al SEÑOR; que El lo libre, que El lo rescate, puesto que en El se deleita.

No estés lejos de mí, porque la angustia está cerca, pues no hay quien ayude.

A ti clamaron, y fueron librados; en ti confiaron, y no fueron decepcionados.

Avidos abren su boca contra mí, como león rapaz y rugiente.

Libra mi alma de la espada, mi única {vida} de las garras del perro.