Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el SEÑOR nuestro Hacedor.

Venid, cantemos con gozo al SEÑOR, aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.

Porque El es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su prado y las ovejas de su mano. Si oís hoy su voz,

Porque Dios grande es el SEÑOR, y Rey grande sobre todos los dioses,

Vengamos ante su presencia con acción de gracias; aclamémosle con salmos.

Por tanto, juré en mi ira: Ciertamente no entrarán en mi reposo.

no endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, como en el día de Masah en el desierto,

Suyo es el mar, pues El lo hizo, y sus manos formaron la tierra firme.

Por cuarenta años me repugnó {aquella} generación, y dije: Es un pueblo que se desvía en su corazón y no conocen mis caminos.

en cuya mano están las profundidades de la tierra; suyas son también las cumbres de los montes.

cuando vuestros padres me tentaron, me probaron, aunque habían visto mi obra.