48 Versículo de la Biblia sobre Astronomía
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Él manda al sol, y no sale; y pone sello a las estrellas: Él solo extiende los cielos, y anda sobre las olas del mar: Él hizo la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades; y los lugares secretos del sur.
Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; Él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y su poder y virtud.
Y fueron acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
He aquí, de Jehová tu Dios es el cielo, y el cielo de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.
Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Jehová hizo los cielos.
Tú, sólo tú, oh Jehová; tú hiciste el cielo, y el cielo de los cielos, y todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú has preservado todas estas cosas, y el ejército del cielo te adora.
¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
«Al Músico principal: Salmo de David» Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay habla, ni lenguaje, donde su voz no sea oída.Leer más.
Por toda la tierra salió su hilo, y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol. Y éste, como un novio que sale de su tálamo, se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, y su giro hasta el término de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
Tuyo es el día, tuya también es la noche; tú estableciste la luna y el sol.
Los cielos celebrarán tus maravillas, oh Jehová; tu fidelidad también en la congregación de los santos.
Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Jehová hizo los cielos.
El que se cubre de luz como de vestidura, que extiende los cielos como una cortina;
Al que hizo los cielos con sabiduría, porque para siempre es su misericordia.
Alabadle, sol y luna; alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
Jehová con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia.
He aquí que yo haré retroceder la sombra de los grados, que ha descendido por el sol en el reloj de Acaz, diez grados. Y el sol retrocedió diez grados atrás, por los cuales había ya descendido.
Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército ordené.
Así dice Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche; que parte el mar y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo; porque Él hace que su sol salga sobre malos y buenos; y envía lluvia sobre justos e injustos.
Y: Tú, Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos:
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste: Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana el primer día.
Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.
¿Podrás tú atar las delicias de las Pléyades, o desatarás las ligaduras del Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas de los cielos? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra?
El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas.
Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de naciones en confusión; bramando el mar y las olas;
Por lo cual las estrellas de los cielos y sus constelaciones no darán su luz; y el sol se oscurecerá al salir, y la luna no dará su resplandor.
La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine gloriosamente en el monte de Sión, y en Jerusalén, y delante de sus ancianos.
Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la quebradura de su pueblo, y curare la llaga de su herida.
Y todo el ejército del cielo se disolverá, y se enrollarán los cielos como un pergamino; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae el higo de la higuera.
Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.
Ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado. Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, mas en mi buena voluntad te tuve misericordia. Tus puertas estarán de continuo abiertas, no se cerrarán de día ni de noche, para que sean traídas a ti las riquezas de los gentiles, y conducidos a ti sus reyes.Leer más.
Porque la nación o el reino que no te sirviere, perecerá; y esas naciones del todo serán asoladas. La gloria del Líbano vendrá a ti, abetos, pinos y cedros juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies. Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sión del Santo de Israel. Aunque fuiste abandonada y aborrecida, tanto que nadie por ti pasaba, yo haré de ti gloria perpetua, gozo de generación y generación. Y mamarás la leche de los gentiles, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy tu Salvador, y tu Redentor, el Fuerte de Jacob. En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus exactores. Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tus términos; sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza. El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque te será Jehová por luz perpetua, y los días de tu luto se acabarán.
Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz. Haré entenebrecer todas las lumbreras del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor.
Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.
El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.
Y acontecerá en aquel día, dice el Señor Jehová, que haré que se ponga el sol al mediodía, y la tierra cubriré de tinieblas en el día claro.
El sol se tornará en tinieblas; y la luna en sangre; antes que venga el día del Señor; grande y memorable;
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Y el cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas; de tal manera que se oscureció la tercera parte de ellos, y no alumbraba la tercera parte del día, y lo mismo de la noche.
Y le llevó fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente.
Una es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas; porque una estrella es diferente de otra estrella en gloria.
fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas erráticas, a las cuales está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre.
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