23 Versículo de la Biblia sobre Cumpleaños

el SEÑOR te bendiga, y te guarde; el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el SEÑOR alce a ti su rostro, y ponga en ti paz.

Porque por mí se aumentarán tus días, y años de vida se te añadirán.

Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Este es el día que hizo el SEÑOR, nos gozaremos y alegraremos en él.

Gracias a Dios por su don inefable.

Tú coronas el año de tus bienes; y tus nubes destilan grosura.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que seas sano, así como tu alma está en prosperidad.

El SEÑOR está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cantar.

Tus ojos vieron mi cuerpo aun imperfecto, y en tu libro todos mis miembros estaban escritos; que fueron luego formados, sin faltar uno de ellos.

Pon asimismo tu delicia en el SEÑOR, y él te dará las peticiones de tu corazón.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dijo el SEÑOR, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Chet : Es por las misericordias del SEÑOR que no somos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Chet : Nuevas son cada mañana; grande es tu fe.

Me harás saber la senda de la vida; plenitud de alegrías hay con tu rostro; deleites en tu diestra para siempre.

Te dé conforme a tu corazón, y cumpla todo tu consejo.

Para contar nuestros días haznos saber así, y traeremos al corazón sabiduría.

He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años.

Y fue al tercer día el día del nacimiento del Faraón, e hizo banquete a todos sus siervos; y alzó la cabeza del príncipe de los maestresalas, y la cabeza del príncipe de los panaderos, entre sus siervos.

Y venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su nacimiento, daba una cena a sus príncipes y tribunos, y a los principales de Galilea;

Hazme saber, SEÑOR, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuánto tengo de ser del mundo. He aquí como a palmos diste a mis días, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. (Selah.)

Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día.

Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito.