21 Versículo de la Biblia sobre Dios, la justicia de
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Porque yo, el SEÑOR, soy amador del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto, que confirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.
Por tanto, el SEÑOR os esperará para tener misericordia de vosotros, y por tanto será ensalzado teniendo de vosotros misericordia; porque el SEÑOR es Dios de juicio; bienaventurados todos los que a él esperan.
Sí, por cierto, Dios no hará injusticia, y el Omnipotente no pervertirá el derecho.
Del Fuerte, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él; es justo y recto.
Y la fortaleza del Rey, que ama el juicio; tú confirmas la rectitud; tú has hecho en Jacob juicio y justicia.
Mas el SEÑOR permanecerá para siempre; ha dispuesto su trono para juicio. Y él juzgará el mundo con justicia; juzgará los pueblos con rectitud.
Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el Hades dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus obras.
Y saldrán, y verán los cadáveres de los varones que se rebelaron contra mí, porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará; y serán abominables a toda carne.
Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; ya que no hay acepción de personas.
con llama de fuego, para dar el pago a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al Evangelio del Señor nuestro, Jesús el Cristo; los cuales serán castigados de eterna perdición por la presencia del Señor, y por la gloria de su potencia,
que hace derecho al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido.
Yo sé que hará el SEÑOR el juicio del pobre, el juicio de los menesterosos.
el que hace derecho a los agraviados; el que da pan a los hambrientos; el SEÑOR, el que suelta a los aprisionados; el SEÑOR es el que abre los ojos a los ciegos; el SEÑOR, el que endereza a los agobiados; el SEÑOR, el que ama a los justos. El SEÑOR, el que guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda levanta; y el camino de los impíos trastorna.
El SEÑOR, pues, será juez, y él juzgará entre mí y ti. El vea, y pleitee mi pleito, y me defienda de tu mano.
No defendiéndoos a vosotros mismos, amados; antes dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor.
¿Por ventura se ha de llamar al rey: De Belial; y a los príncipes: Impíos? Cuánto menos a aquel que no hace acepción de personas de príncipes, ni el rico es de él más respetado que el pobre; porque todos son obras de sus manos.
Sea, pues, con vosotros el temor del SEÑOR; guardad y haced; porque acerca del SEÑOR nuestro Dios no hay iniquidad, ni acepción de personas, ni recibir soborno.
Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: En verdad hallo que Dios no hace acepción de personas; sino que en cualquier nación el que le teme y obra justicia, es acepto a él.
Y vosotros, amos, haced a ellos lo mismo, dejando las amenazas; sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que no hay acepción de personas con él.
El peso falso abominación es al SEÑOR; mas la pesa cabal le agrada.
por la paciencia de Dios, manifestando su justicia en este tiempo, para que él solo sea el Justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús el Cristo.