18 Versículo de la Biblia sobre el odio a Dios
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detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres,
pero al que le odia, le da el pago en su misma cara, destruyéndolo; {y} no se tarda {en castigar} al que le odia, en su misma cara le dará el pago.
No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta {generación} de los que me aborrecen,
cuando afile mi espada flameante y mi mano empuñe la justicia, me vengaré de mis adversarios y daré el pago a los que me aborrecen.
``No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta {generación} de los que me aborrecen,
Y sucedía que cuando el arca se ponía en marcha, Moisés decía: ¿Levántate, oh SEÑOR! y sean dispersados tus enemigos, huyan de tu presencia los que te aborrecen.
Para el director del coro. Salmo de David. Cántico.Levántese Dios; sean esparcidos sus enemigos, y huyan delante de El los que le aborrecen.
Los que aborrecen al SEÑOR le fingirían obediencia, y el tiempo de su {castigo} sería para siempre.
¿No odio a los que te aborrecen, SEÑOR? ¿Y no me repugnan los que se levantan contra ti?
Porque todo el que hace lo malo odia la luz, y no viene a la luz para que sus acciones no sean expuestas.
El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas.
Pero sus ciudadanos lo odiaban, y enviaron una delegación tras él, diciendo: ``No queremos que éste reine sobre nosotros."
Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre.
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles {y} odiándonos unos a otros.
Pero el que peca contra mí, a sí mismo se daña; todos los que me odian, aman la muerte.