34 Versículo de la Biblia sobre Las controversias
Versículos Más Relevantes
Entonces riñeron los pastores de Gerar con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso él llamó al pozo Esek, porque habían reñido con él. Cavaron otro pozo, y también riñeron por él; por eso lo llamó Sitna. Y se trasladó de allí y cavó otro pozo, y no riñeron por él; por eso lo llamó Rehobot, porque dijo: Al fin el SEÑOR ha hecho lugar para nosotros, y prosperaremos en la tierra.
Entonces se enojó Jacob y riñó con Labán; y respondiendo Jacob, dijo a Labán: ¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que tan enardecidamente me hayas perseguido?
Entonces el pueblo contendió con Moisés, y dijeron: Danos agua para beber. Y Moisés les dijo: ¿Por qué contendéis conmigo? ¿Por qué tentáis al SEÑOR?
Si {dos} hombres riñen y uno hiere al otro con una piedra o con el puño, y no muere, pero guarda cama,
El pueblo contendió con Moisés y {le} habló, diciendo: ¡Ojalá hubiéramos perecido cuando nuestros hermanos murieron delante del SEÑOR!
Entonces los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que nos has hecho, al no llamarnos cuando fuiste a pelear contra Madián? Y lo criticaron duramente.
Por ese tiempo dos mujeres {que eran} rameras, vinieron al rey y se presentaron delante de él. Y una de las mujeres dijo: Oh, mi señor, yo y esta mujer vivimos en la misma casa; y yo di a luz {estando} con ella en la casa. Y sucedió que al tercer día después de dar yo a luz, esta mujer también dio a luz; estábamos juntas, nadie de fuera estaba con nosotras en la casa, solamente nosotras dos.Leer más.
Y el hijo de esta mujer murió durante la noche, porque ella se durmió sobre él. Entonces ella se levantó a medianoche, tomó a mi hijo de mi lado mientras tu sierva estaba dormida y lo puso en su regazo, y a su hijo muerto lo puso en mi regazo. Cuando me levanté al amanecer para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero cuando lo observé con cuidado por la mañana, vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. Entonces la otra mujer dijo: No, pues mi hijo es el que vive y tu hijo es el muerto. Pero la primera mujer dijo: No, tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive. Así hablaban ellas delante del rey. Entonces el rey dijo: Esta dice: ``Este es mi hijo que está vivo y tu hijo es el muerto"; y la otra dice: ``No, porque tu hijo es el muerto y mi hijo es el que vive." Y el rey dijo: Traedme una espada. Y trajeron una espada al rey. Entonces el rey dijo: Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a una y la otra mitad a la otra. Entonces la mujer de quien {era} el niño vivo habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, y dijo: Oh, mi señor, dale a ella el niño vivo, y de ninguna manera lo mates. Pero la otra decía: No será ni mío ni tuyo; partid{lo.} Entonces el rey respondió y dijo: Dad el niño vivo a la primera mujer, y de ninguna manera lo matéis. Ella es la madre. Cuando todo Israel oyó del juicio que el rey había pronunciado, temieron al rey, porque vieron que la sabiduría de Dios estaba en él para administrar justicia.
Por tanto, reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Entonces reuní a los levitas y los restablecí en sus puestos.
Entonces reprendí a los nobles de Judá, y les dije: ¿Qué acción tan mala es esta que cometéis profanando el día de reposo?
Y contendí con ellos y los maldije, herí a algunos de ellos y les arranqué el cabello, y les hice jurar por Dios, {diciendo:} No daréis vuestras hijas a sus hijos; tampoco tomaréis de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros mismos.
Le diré a Dios: ``No me condenes, hazme saber por qué contiendes conmigo.
¿Podrá el que censura contender con el Todopoderoso? El que reprende a Dios, responda a esto.
No contiendas con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño.
No te apresures a litigar; pues ¿qué harás al final, cuando tu prójimo te avergüence? Discute tu caso con tu prójimo y no descubras el secreto de otro,
Al ver los escribas de los fariseos que El comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a sus discípulos: ¿Por qué El come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores? Al oír {esto,} Jesús les dijo*: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Entonces los fariseos le decían: Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el día de reposo? Y El les dijo*: ¿Nunca habéis leído lo que David hizo cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y sus compañeros,
Y llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, les preguntaba: ¿Qué discutíais por el camino? Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quién {de ellos era} el mayor. Sentándose, llamó a los doce y les dijo*: Si alguno desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos.
Y le enviaron* algunos de los fariseos y de los herodianos para sorprenderle en {alguna} palabra.
Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrir, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Y los fariseos y sus escribas se quejaban a los discípulos de Jesús, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los recaudadores de impuestos y con los pecadores?
Pero algunos de los fariseos dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito en el día de reposo?
Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
Pero se levantaron algunos de la sinagoga llamada de los Libertos, {incluyendo} tanto cireneos como alejandrinos, y algunos de Cilicia y de Asia, y discutían con Esteban.
También hablaba y discutía con los {judíos} helenistas; mas éstos intentaban matarlo.
Y cuando Pedro subió a Jerusalén, los que eran de la circuncisión le reprocharon,
Como Pablo y Bernabé tuvieran gran disensión y debate con ellos, {los hermanos} determinaron que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén a los apóstoles y a los ancianos para tratar esta cuestión.
Y después de mucho debate, Pedro se levantó y les dijo: Hermanos, vosotros sabéis que en los primeros días Dios escogió de entre vosotros que por mi boca los gentiles oyeran la palabra del evangelio y creyeran.
Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los {gentiles} temerosos de Dios, y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes.
Entró {Pablo} en la sinagoga, y por tres meses continuó hablando denodadamente, discutiendo y persuadiéndo{les} acerca del reino de Dios. Pero cuando algunos se endurecieron y se volvieron desobedientes hablando mal del Camino ante la multitud, {Pablo} se apartó de ellos llevándose a los discípulos, y discutía diariamente en la escuela de Tirano.
Cuando dijo esto, se produjo un altercado entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, mas los fariseos creen todo esto. Se produjo entonces un gran alboroto; y levantándose algunos de los escribas del grupo de los fariseos, discutían acaloradamente, diciendo: No encontramos nada malo en este hombre; pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado?
Y ni en el templo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad {misma} me encontraron discutiendo con nadie o provocando un tumulto.
¿Se atreve alguno de vosotros, cuando tiene algo contra su prójimo, a ir a juicio ante los incrédulos y no ante los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo es juzgado por vosotros, ¿no sois competentes para {juzgar} los casos más triviales? ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¡Cuánto más asuntos de esta vida!Leer más.
Entonces, si tenéis tribunales que juzgan los casos de esta vida, ¿{por qué} ponéis por jueces a los que nada son en la iglesia? Para vergüenza vuestra {lo} digo. ¿{Acaso} no hay entre vosotros algún hombre sabio que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que hermano contra hermano litiga, y esto ante incrédulos? Así que, en efecto, es ya un fallo entre vosotros el hecho de que tengáis litigios entre vosotros. ¿Por qué no sufrís mejor la injusticia? ¿Por qué no ser mejor defraudados?
Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.