25 Versículo de la Biblia sobre orar por los pecadores
Versículos Más Relevantes
Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Si alguno ve a su hermano cometer pecado no de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; digo a los que pecan no de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.
Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? Tal vez haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal cosa, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?Leer más.
Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor de ellos. Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza: Quizá faltarán de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor de los cuarenta. Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare; quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte. Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez.
Ahora, pues, devuélvele su esposa a este hombre; porque él es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si tú no la devolvieres, sabe que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.
Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su esposa, y a sus siervas, y tuvieron hijos.
Entonces salieron Moisés y Aarón de delante del Faraón. Y Moisés clamó a Jehová sobre el asunto de las ranas que había mandado a Faraón.
Y le respondió Moisés: Al salir yo de la ciudad extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra.
Y Moisés salió de la ciudad, de delante de Faraón, y extendió sus manos a Jehová, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová que quite las ranas de mí y de mi pueblo; y dejaré ir al pueblo, para que ofrezcan sacrificios a Jehová.
Y dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos: orad por mí.
Orad a Jehová (porque ya basta) para que cesen los grandes truenos y el granizo; y yo os dejaré ir, y no os detendréis más.
Mas ruego ahora que perdones mi pecado solamente esta vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite de mí solamente esta mortandad.
Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna de estas cosas que habéis dicho, venga sobre mí.
Entonces Moisés oró a la faz de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran fortaleza, y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del furor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac, y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra simiente como las estrellas del cielo; y daré a vuestra simiente toda esta tierra que he dicho, y la tomarán por heredad para siempre.
Entonces el pueblo dio voces a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió.
Y me postré delante de Jehová, como antes, cuarenta días y cuarenta noches: no comí pan ni bebí agua, a causa de todo vuestro pecado que habíais cometido haciendo mal en ojos de Jehová para enojarlo. Porque temí a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Jehová me escuchó también esta vez.
Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.
Entonces el pueblo vino a Moisés, y dijeron: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti: ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.
Contra Aarón también se enojó Jehová en gran manera para destruirlo: y también oré por Aarón entonces.
Entonces respondiendo el rey, dijo al varón de Dios: Te pido que ruegues a la faz de Jehová tu Dios, y ores por mí, que mi mano me sea restaurada. Y el varón de Dios oró a la faz de Jehová, y la mano del rey se le restauró, y volvió a ser como antes.
Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros con afrenta, por cuanto no habéis hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job. Fueron, pues, Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová les dijo: y Jehová atendió a Job.