22 Versículo de la Biblia sobre Parcialidad
Versículos Más Relevantes
Y entró también a Raquel; y la amó también más que a Lea; y sirvió con él aún otros siete años.
Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y procuró dónde llorar: y entró en su cámara, y lloró allí.
Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
Hermanos míos, no tengáis la fe de nuestro Señor Jesús, el Cristo glorioso, en acepción de personas. Porque si en vuestra reunión entra algún varón que trae anillo de oro, vestido de preciosa ropa, y también entra un pobre vestido de vestidura vil, y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí bien; y dijereis al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí debajo de mi estrado;Leer más.
¿vosotros no juzgáis en vosotros mismos, y sois hechos jueces de pensamientos malos?
Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no le podían hablar pacíficamente. Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos; y ellos vinieron a aborrecerle más todavía. Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:Leer más.
He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba, y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al mío. Le respondieron sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, o te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y de sus palabras. Y soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es éste que soñaste? ¿Hemos de venir yo y tu madre, y tus hermanos, a inclinarnos a ti a tierra? Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre miraba el asunto. Y fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem. Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem; ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí. Y él le dijo: Ve la paz de tus hermanos y la paz de las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem. Y lo halló un hombre, andando él perdido por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas? Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde pastan. Y aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán. Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, pensaron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador; ahora pues, venid, y matémoslo y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia le devoró; y veremos qué serán sus sueños. Cuando Rubén oyó esto , lo libró de sus manos y dijo: No lo matemos. Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre. Y sucedió que , cuando llegó José a sus hermanos, ellos hicieron desnudar a José su ropa, la ropa de colores que tenía sobre sí; y le tomaron, y le echaron en la cisterna; mas la cisterna estaba vacía, no había en ella agua. Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas y bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho el que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; que nuestro hermano es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron con él. Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto. Y Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos. Y tornó a sus hermanos y dijo: El joven no parece; y yo, ¿adónde iré yo? Entonces tomaron ellos la ropa de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñieron la ropa con la sangre; y enviaron la ropa de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esta hemos hallado, reconoce ahora si es o no la ropa de tu hijo. Y él la conoció, y dijo: La ropa de mi hijo es; alguna mala bestia le devoró; José ha sido despedazado. Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso saco sobre sus lomos, y se enlutó por su hijo muchos días. Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso tomar consolación, y dijo: Porque yo tengo de descender a mi hijo enlutado hasta la sepultura. Y lo lloró su padre.
No harás agravio en el juicio; ni complaciendo al pobre, ni favoreciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.
Te requiero delante de Dios y del Señor Jesús, el Cristo, y de sus Angeles escogidos, que guardes estas cosas, sin perjuicio de nadie, no haciendo nada con parcialidad.
Y les dijo: Vosotros sabéis que es abominable a un varón judío juntarse o llegarse a extranjero; mas me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, llamado, he venido sin dudar. Así que pregunto: ¿por qué causa me habéis hecho venir? Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días hasta esta hora yo estaba en ayuno; y a la hora novena mientras oraba en mi casa, he aquí un varón se puso delante de mí en vestido resplandeciente.Leer más.
Y dijo: Cornelio, tu oración es oída, y tus limosnas han venido en memoria en la presencia de Dios. Envía pues a Jope, y haz venir a un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; (el cual venido, te hablará). Así que, luego envié a ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado. Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: En verdad hallo que Dios no hace acepción de personas; sino que en cualquier nación el que le teme y obra justicia, es acepto a él.
Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en las cuales hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. Y Bernabé quería que tomasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; mas a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra.Leer más.
Y hubo tal contención entre ellos , que se apartaron el uno del otro; y Bernabé tomando a Marcos, navegó a Chipre. Y Pablo escogiendo a Silas, salió encomendado de los hermanos a la gracia del Señor.
Mas espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado. Porque a ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros. Porque todos buscan lo que es suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.Leer más.
Pero la experiencia de él habéis conocido, que como hijo a padre ha servido conmigo en el Evangelio.
No que la Palabra de Dios haya faltado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas; ni por ser simiente de Abraham son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada simiente. Quiere decir: No los que son hijos de la carne, son los hijos de Dios; sino los que son hijos de la promesa, éstos son contados en la generación.Leer más.
Porque la palabra de la promesa es ésta: Como en este tiempo vendré, y tendrá Sara un hijo. Y no sólo esto ; mas también Rebeca concibiendo de uno, de Isaac nuestro padre (porque no siendo aún nacidos, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección, no por las obras sino por el que llama, permaneciese), le fue dicho que el mayor serviría al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. ¿Pues qué diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Mas a Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia, y me compadeceré del que me compadezca. Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice de Faraón: Que para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi potencia, y que mi Nombre sea anunciado por toda la tierra. De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece. Me dirás pues: ¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá a su voluntad? Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? O dirá el vaso de barro al que lo labró: ¿Por qué me has hecho tal? ¿O no tiene potestad el alfarero para hacer de la misma masa un vaso para honra, y otro para vergüenza? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar la ira y hacer notoria su potencia, soportó con mucha mansedumbre los vasos de ira, preparados para muerte; y haciendo notorias las riquezas de su gloria para con los vasos de misericordia que él ha preparado para gloria? Los cuales también llamó, (a nosotros), ¡y no sólo de los judíos, sino también de los gentiles!
No tengáis respeto de personas en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré.
Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo: Tráeme caza, y hazme guisados, para que coma, y te bendiga delante del SEÑOR, antes que muera. Ahora pues, hijo mío, escucha mi voz en lo que te mando:Leer más.
Ve ahora al ganado, y tómame de allí dos cabritos buenas de las cabras, y yo haré de ellos guisados para tu padre, como él ama; y tú los llevarás a tu padre, y comerá, para que te bendiga antes de su muerte. Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo hombre sin pelos; por ventura me tentará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición. Y su madre respondió: Hijo mío, sobre mí sea tu maldición; solamente obedece mi voz, y ve, y tómalos. Entonces él fue, y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como su padre los amaba. Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor: Y le hizo vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía pelos, las pieles de los cabritos de las cabras; y dio los guisados y pan que había aderezado, en mano de Jacob su hijo.
Y puso las siervas y sus niños delante; luego a Lea y a sus niños; y a Raquel y a José los postreros.
Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque le había tenido en su vejez; y le hizo una ropa de diversos colores.
Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: Para que no le acontezca algún desastre.
No haré ahora acepción de personas, ni usaré con hombre de títulos lisonjeros. Porque no sé hablar lisonjas; de otra manera en breve mi Hacedor me consuma.
Justo eres tú, oh SEÑOR, aunque yo dispute contigo; hablaré empero juicios contigo. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos? Tienen paz todos los que se rebelan completamente contra ti .
Y dijisteis: No es recta la vía del Señor. Yo os juzgaré, oh Casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos.
Y aconteció que , como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una ciudad de los samaritanos, para hacerle preparativos. Mas no le recibieron, porque su rostro era como de alguien que iba a Jerusalén.Leer más.
Y viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, y los consuma, como hizo Elías? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Pero esto, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos, por amor de vosotros; para que en nosotros no aprendáis más allá de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros.