40 Versículo de la Biblia sobre Pretensión
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Por aquel tiempo Abías, hijo de Jeroboam, se enfermó. Y Jeroboam dijo a su mujer: Levántate ahora y disfrázate para que no conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; he aquí, allí está el profeta Ahías, que dijo de mí {que yo sería} rey sobre este pueblo. Toma en tus manos diez panes, tortas y un jarro de miel, y ve a él. El te dirá lo que le ha de suceder al niño.Leer más.
Así lo hizo la mujer de Jeroboam; se levantó, fue a Silo y llegó a casa de Ahías. Y Ahías no podía ver porque sus ojos se habían nublado a causa de su vejez. Mas el SEÑOR había dicho a Ahías: He aquí, la mujer de Jeroboam viene a consultarte sobre su hijo, pues está enfermo. Esto y esto le dirás, pues será que cuando ella venga, fingirá ser otra mujer. Y sucedió que cuando Ahías oyó el ruido de los pasos de ella al entrar por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué finges ser otra mujer? Pues he sido enviado a ti {con} un duro {mensaje.}
Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú. Y cuando Esaú fue al campo a cazar una pieza para traer {a casa}, Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo: He aquí, oí a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú, diciéndo{le:} ``Tráeme caza y prepárame un buen guisado para que coma y te bendiga en presencia del SEÑOR antes de mi muerte."Leer más.
Ahora pues, hijo mío, obedéceme en lo que te mando. Ve ahora al rebaño y tráeme de allí dos de los mejores cabritos de las cabras, y yo prepararé con ellos un buen guisado para tu padre como a él le gusta. Entonces {se lo} llevarás a tu padre, que comerá, para que te bendiga antes de su muerte. Y Jacob dijo a su madre Rebeca: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velludo y yo soy lampiño. Quizá mi padre me palpe, y entonces seré para él un engañador y traeré sobre mí una maldición y no una bendición. Pero su madre le respondió: {Caiga} sobre mí tu maldición, hijo mío; solamente obedéceme, y ve y tráeme{los.} Y él fue, {los} tomó y {los} trajo a su madre; y su madre hizo un buen guisado, como a su padre le gustaba. Entonces Rebeca tomó las mejores vestiduras de Esaú, su hijo mayor, que tenía ella en la casa, y vistió a Jacob, su hijo menor; le puso las pieles de los cabritos sobre las manos y sobre la parte lampiña del cuello, y puso el guisado y el pan que había hecho en manos de su hijo Jacob. Entonces él fue a su padre, y dijo: Padre mío. Y {éste} respondió: Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo mío? Y Jacob dijo a su padre: Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas.
Labán tenía dos hijas; el nombre de la mayor {era} Lea, y el nombre de la menor, Raquel. Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de bella figura y de hermoso parecer. Y Jacob se había enamorado de Raquel, y dijo: Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor.Leer más.
Y Labán dijo: Mejor es dártela a ti que dársela a otro hombre; quédate conmigo. Jacob, pues, sirvió siete años por Raquel, y le parecieron unos pocos días, por el amor que le tenía. Entonces Jacob dijo a Labán: Da{me} mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido para unirme a ella. Y Labán reunió a todos los hombres del lugar, e hizo un banquete. Y sucedió que al anochecer tomó a su hija Lea y se la trajo, y {Jacob} se llegó a ella. Y Labán dio su sierva Zilpa a su hija Lea como sierva. Cuando fue de mañana, he aquí que era Lea. Y {Jacob} dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No fue por Raquel que te serví? ¿Por qué, pues, me has engañado?
Y se lo hicieron saber a Tamar, diciéndo{le:} He aquí, tu suegro sube a Timnat a trasquilar sus ovejas. Entonces ella se quitó sus ropas de viuda y {se} cubrió con un velo, se envolvió bien y se sentó a la entrada de Enaim que está en el camino de Timnat; porque veía que Sela había crecido, y ella {aún} no le había sido dada por mujer. Cuando la vio Judá, pensó que {era} una ramera, pues se había cubierto el rostro.Leer más.
Y se desvió hacia ella junto al camino, y {le} dijo: Vamos, déjame estar contigo; pues no sabía que era su nuera. Y ella dijo: ¿Qué me darás por estar conmigo?
Joab, hijo de Sarvia, comprendió que el corazón del rey {se inclinaba} hacia Absalón. Y Joab envió a Tecoa a traer a una mujer sabia de allí, y le dijo: Te ruego que finjas estar de duelo, te pongas ahora ropas de luto y no te unjas con óleo, sino pórtate como una mujer que por muchos días ha estado de duelo por un muerto; después ve al rey y háblale de esta manera. Y Joab puso las palabras en su boca.
Cuando José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Y ellos dijeron: De la tierra de Canaán para comprar alimentos.
Pero los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, y {les} hablaron con engaño porque {Siquem} había deshonrado a su hermana Dina. Y les dijeron: No podemos hacer tal cosa, dar nuestra hermana a un hombre no circuncidado, pues para nosotros eso es una deshonra. Sólo con esta {condición} os complaceremos: si os hacéis como nosotros, circuncidándose cada uno de vuestros varones;
Después de esto aconteció que teniendo Absalón, hijo de David, una hermana {muy} hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón, hijo de David. Y Amnón estaba tan atormentado a causa de su hermana Tamar que se enfermó, porque ella era virgen, y le parecía difícil a Amnón hacerle cosa alguna. Pero Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era un hombre muy astuto.Leer más.
Y {éste} le dijo: Hijo del rey, ¿por qué estás tan deprimido día tras día? ¿No me {lo} contarás? Y Amnón le dijo: Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón. Entonces Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre venga a verte, dile: ``Te ruego que dejes que mi hermana Tamar venga y me dé {algún} alimento para comer, y que prepare la comida delante de mí para que yo {la} vea y la coma de su mano." Amnón se acostó y se fingió enfermo. Cuando el rey vino a verlo, Amnón dijo al rey: Te ruego que venga mi hermana Tamar y haga dos tortas delante de mí para que yo coma de su mano. Y David envió {mensaje} a Tamar, a {su} casa, diciendo: Ve ahora a la casa de tu hermano Amnón, y prepárale la comida. Fue, pues, Tamar a la casa de su hermano Amnón, y él estaba acostado. Y ella tomó masa, {la} amasó, hizo tortas delante de él y las coció. Y tomando la sartén, {las} sirvió delante de él, pero él rehusó comer. Y Amnón dijo: Que salgan todos de aquí. Y todos salieron de allí. Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba para que yo coma de tu mano. Y Tamar tomó las tortas que había hecho y {las} llevó a su hermano Amnón a la alcoba. Cuando ella se {las} llevó para que comiera, él le echó mano, y le dijo: Ven, acuéstate conmigo, hermana mía.
Entonces Jehú reunió a todo el pueblo, y les dijo: Acab sirvió a Baal un poco, Jehú lo servirá mucho. Llamad ahora a todos los profetas de Baal, a todos sus adoradores y a todos sus sacerdotes; que no falte ninguno, porque tengo un gran sacrificio para Baal; todo el que falte no vivirá. Pero Jehú lo hizo con astucia para poder destruir a los adoradores de Baal.
Hay quien pretende ser rico, y nada tiene; hay {quien} pretende ser pobre, y tiene una gran fortuna.
Tu morada está en medio del engaño; por causa del engaño rehúsan conocerme --declara el SEÑOR. Por tanto, así dice el SEÑOR de los ejércitos: He aquí, los refinaré y los probaré, porque ¿qué {más} puedo hacer con la hija de mi pueblo? Saeta mortífera es su lengua, engaño habla; con su boca habla {cada uno} de paz a su prójimo, pero dentro de sí le tiende emboscada.Leer más.
Por estas cosas ¿no los castigaré? --declara el SEÑOR. De una nación como ésta ¿no se vengará mi alma?
Entonces se fueron los fariseos y deliberaron entre sí cómo atraparle, {sorprendiéndole} en {alguna} palabra. Y le enviaron* sus discípulos junto con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, y no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial. Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no?Leer más.
Pero Jesús, conociendo su malicia, dijo: ¿Por qué me ponéis a prueba, hipócritas? Mostradme la moneda que se usa para {pagar ese} impuesto. Y le trajeron un denario. Y El les dijo*: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Ellos le dijeron*: Del César. Entonces El les dijo*: Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Al oír {esto,} se maravillaron; y dejándole, se fueron.
Y le enviaron* algunos de los fariseos y de los herodianos para sorprenderle en {alguna} palabra. Y cuando ellos llegaron*, le dijeron*: Maestro, sabemos que eres veraz y que no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial, y enseñas el camino de Dios con verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no? ¿Pagaremos o no pagaremos? Pero El, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: ¿Por qué me estáis poniendo a prueba? Traedme un denario para verlo.Leer más.
{Se lo} trajeron, y El les dijo*: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Y ellos le dijeron: Del César. Entonces Jesús les dijo: Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaban de El.
Y acechándole, enviaron espías que fingieran ser justos, para sorprenderle en alguna declaración a fin de entregarle al poder y autoridad del gobernador. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseñas rectamente, y no te guías por las apariencias, sino que enseñas con verdad el camino de Dios. ¿Nos es lícito pagar impuesto al César, o no?Leer más.
Pero El, percibiendo su astucia, les dijo: Mostradme un denario. ¿De quién es la imagen y la inscripción que lleva? Y ellos le dijeron: Del César. Entonces El les dijo: Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y no podían sorprenderle en palabra alguna delante del pueblo; y maravillados de su respuesta, callaron.
Cuando los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai, ellos también usaron de astucia y fueron como embajadores, y llevaron alforjas viejas sobre sus asnos, y odres de vino viejos, rotos y remendados, y sandalias gastadas y remendadas en sus pies, y vestidos viejos sobre sí; y todo el pan de su provisión estaba seco {y} desmenuzado.Leer más.
Vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: Hemos venido de un país lejano; haced, pues, pacto con nosotros. Y los hombres de Israel dijeron a los heveos: Quizá habitáis en nuestra tierra, ¿cómo, pues, haremos pacto con vosotros? Respondieron ellos a Josué: Somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois, y de dónde venís? Y le dijeron: Tus siervos han venido de un país muy lejano a causa de la fama del SEÑOR tu Dios; porque hemos oído hablar de El, de todo lo que hizo en Egipto, y de todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que {estaban} al otro lado del Jordán, a Sehón, rey de Hesbón, y a Og, rey de Basán, que {estaba} en Astarot. Y nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestro país nos hablaron, diciendo: ``Tomad provisiones en vuestra mano para el camino, id a su encuentro y decidles: `Somos vuestros siervos; haced, pues, pacto con nosotros.'" Este nuestro pan {estaba} caliente {cuando} lo sacamos de nuestras casas para provisión el día que salimos para venir a vosotros; pero he aquí, ahora está seco y desmenuzado. Estos odres de vino que llenamos eran nuevos, y he aquí, están rotos; y estos vestidos nuestros y nuestras sandalias están gastados a causa de lo muy largo del camino. Y los hombres {de Israel} tomaron de sus provisiones, y no pidieron el consejo del SEÑOR. Josué hizo paz con ellos y celebró pacto con ellos para conservarles la vida; también los jefes de la congregación se {lo} juraron. Y sucedió que al cabo de tres días después de haber hecho pacto con ellos, oyeron que eran vecinos y que habitaban en su tierra. Y partieron los hijos de Israel, y al tercer día llegaron a sus ciudades. Sus ciudades {eran} Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim. Los hijos de Israel no los mataron porque los jefes de la congregación les habían jurado por el SEÑOR, Dios de Israel. Y toda la congregación murmuraba contra los jefes. Pero todos los jefes dijeron a la congregación: Nosotros les hemos jurado por el SEÑOR, Dios de Israel, y ahora no podemos tocarlos. Esto es lo que haremos con ellos: los dejaremos vivir, para que no venga sobre nosotros la ira por el juramento que les hemos hecho. Y los jefes les dijeron: Dejadlos vivir. Y fueron leñadores y aguadores para toda la congregación, tal como los jefes les habían dicho. Entonces Josué los mandó llamar y les habló, diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: ``Habitamos muy lejos de vosotros", cuando habitáis en nuestra tierra?
Entonces Saúl dijo a sus siervos: Buscadme una mujer que sea médium para ir a consultarla. Y sus siervos le dijeron: He aquí, hay una mujer en Endor que es médium. Saúl se disfrazó poniéndose otras ropas y fue con dos hombres; llegaron a la mujer de noche, y él dijo: Te ruego que evoques por mí a un espíritu, y que hagas subir al que yo te diga. Pero la mujer le dijo: He aquí, tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha echado de la tierra a los que son médium y espiritistas. ¿Por qué, pues, pones trampa contra mi vida para hacerme morir?Leer más.
Y Saúl le juró por el SEÑOR diciendo: Vive el SEÑOR que ningún castigo vendrá sobre ti por esto. Entonces la mujer dijo: ¿A quién debo hacerte subir? Y él respondió: Tráeme a Samuel. Cuando la mujer vio a Samuel, clamó a gran voz; y la mujer habló a Saúl diciendo: ¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl!
Y el rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad. Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas {reales.} El rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla. Pero el rey de Aram había ordenado a los treinta y dos capitanes de sus carros, diciendo: No peleéis contra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel.Leer más.
Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel, y se desviaron para pelear contra él, pero Josafat gritó.
Y subió el rey de Israel con Josafat, rey de Judá, contra Ramot de Galaad. Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas {reales.} Y el rey de Israel se disfrazó y entraron en la batalla. Pero el rey de Aram había ordenado a los capitanes de sus carros, diciendo: No peleéis contra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel.Leer más.
Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel; y se desviaron para pelear contra él. Pero Josafat clamó, y el SEÑOR vino en su ayuda, y Dios los apartó de él, pues al ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo.
David se levantó y huyó aquel día de Saúl, y fue a {donde estaba} Aquis, rey de Gat. Pero los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es éste David, el rey de la tierra? ¿No cantaban de él en las danzas, diciendo: ``Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles"? David tomó en serio estas palabras y temió grandemente a Aquis, rey de Gat.Leer más.
Y se fingió demente ante sus ojos y actuaba como loco en medio de ellos; escribía garabatos en las puertas de la entrada y dejaba que su saliva le corriera por la barba.
Saúl envió mensajeros a la casa de David para vigilarle a fin de matarlo por la mañana; pero Mical, mujer de David, le avisó, diciendo: Si no pones a salvo tu vida esta noche, mañana te darán muerte. Mical descolgó a David por una ventana, y él salió, huyó y escapó. Y tomó Mical el ídolo doméstico y {lo} puso en la cama, puso a su cabecera una almohada de {pelo de} cabra y {lo} cubrió con ropa.Leer más.
Cuando Saúl envió mensajeros para llevarse a David, ella dijo: Está enfermo. Entonces Saúl envió mensajeros a ver a David, diciendo: Traédmelo en la cama, para que yo lo mate. Cuando los mensajeros entraron, he aquí, el ídolo doméstico {estaba} sobre la cama con la almohada de {pelo de} cabra a su cabecera. Y Saúl dijo a Mical: ¿Por qué me has engañado de esta manera y has dejado ir a mi enemigo, de modo que ha escapado? Y Mical dijo a Saúl: El me dijo: ``Déjame ir, porque {si no} te mato."
{Salmo} de David cuando se fingió loco delante de Abimelec, quien lo echó, y él se fue.Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca.
Y temiendo que en algún lugar fuéramos a dar contra los escollos, echaron cuatro anclas por la popa y ansiaban que amaneciera. Como los marineros trataban de escapar de la nave y habían bajado el esquife al mar, bajo pretexto de que se proponían echar las anclas desde la proa,
Más vale el poco estimado que tiene siervo, que el que se alaba y carece de pan.
Después de todo esto, cuando Josías había reparado el templo, Necao, rey de Egipto, subió para combatir en Carquemis junto al Eufrates, y Josías salió para enfrentarse a él. Pero él le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué tenemos que ver el uno con el otro, oh rey de Judá? No {vengo} hoy contra ti, sino contra la casa con la que estoy en guerra, y Dios me ha ordenado que me apresure. Por tu propio bien, deja de {oponerte a} Dios, que está conmigo, para que El no te destruya. Sin embargo, Josías no quiso retirarse de él, sino que se disfrazó para combatir contra él; tampoco escuchó las palabras de Necao {que venían} de boca de Dios, sino que vino a entablar batalla en la llanura de Meguido.
Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo {que ya} han recibido su recompensa.
¿Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: ``Yo soy el Cristo", y engañarán a muchos.
Y Jesús comenzó a decirles: Mirad que nadie os engañe. Muchos vendrán en mi nombre diciendo: ``Yo soy {el Cristo}", y engañarán a muchos.
Y El dijo: Mirad que no seáis engañados; porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: ``Yo soy {el Cristo}", y: ``El tiempo está cerca". No los sigáis.
A pesar de todo esto, su pérfida hermana Judá tampoco se volvió a mí de todo corazón, sino con engaño --declara el SEÑOR.
¿Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo: ``ESTE PUEBLO CON LOS LABIOS ME HONRA, PERO SU CORAZON ESTA MUY LEJOS DE MI.
Y El les dijo: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: ``ESTE PUEBLO CON LOS LABIOS ME HONRA, PERO SU CORAZON ESTA MUY LEJOS DE MI.
Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se {me} acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de mí su corazón, y su veneración hacia mí es {sólo} una tradición aprendida {de memoria},
Entonces halló a otro hombre y le dijo: Te ruego que me hieras. Y el hombre le dio un golpe, hiriéndolo. Y el profeta se fue y esperó al rey en el camino; se había disfrazado con una venda sobre los ojos. Cuando el rey pasaba, clamó al rey y dijo: Tu siervo fue al centro de la batalla; y he aquí, un hombre se apartó {de las filas} y me trajo a uno, y {me} dijo: ``Guarda a este hombre; si por alguna razón llega a faltar, entonces tu vida responderá por su vida o pagarás un talento de plata."Leer más.
Y mientras tu siervo estaba ocupado aquí y allá, él desapareció. Y el rey de Israel le dijo: Así será tu sentencia; tú mismo {lo} has decidido. Entonces él se apresuró a quitarse la venda de los ojos, y el rey de Israel lo reconoció como uno de los profetas. Y él le dijo: Así dice el SEÑOR: ``Porque has dejado salir de {tu} mano al hombre a quien yo había destinado a la destrucción, he aquí, tu vida responderá por su vida y tu pueblo por su pueblo." El rey de Israel se fue a su casa disgustado y molesto, y entró en Samaria.
Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación,
Quita de mí el camino de la mentira, y en {tu} bondad concédeme tu ley.
En estas circunstancias, cuando una multitud de miles y miles se había reunido, tanto que se atropellaban unos a otros, {Jesús} comenzó a decir primeramente a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas, EL CUAL NO COMETIO PECADO, NI ENGAÑO ALGUNO SE HALLO EN SU BOCA;
Se dispuso con los impíos su sepultura, pero con el rico fue en su muerte, aunque no había hecho violencia, ni había engaño en su boca.
destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo,