63 Versículo de la Biblia sobre Visitar
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Y respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú sólo un forastero en Jerusalén, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?
E iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua.
Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.
El siguiente día, mucha gente que había venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén,
Partos y medos, y elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las partes de Libia que está más allá de Cirene, y romanos extranjeros, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Entonces él se levantó, y fue. Y he aquí un etíope, eunuco, hombre de gran autoridad bajo Candace reina de los etíopes, el cual estaba a cargo de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, regresaba, y sentado en su carro, leía el profeta Isaías.
porque un amigo mío ha venido a mí de camino, y no tengo qué ponerle delante;
Y en aquellos días aconteció que, crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y vio sus cargas: y vio a un egipcio que hería a uno de los hebreos, sus hermanos.
Y cuando cumplió la edad de cuarenta años, le vino a su corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
Y aconteció después de días, que en el tiempo de la siega del trigo, Sansón visitó a su esposa con un cabrito, diciendo: Entraré a mi esposa a la cámara. Mas el padre de ella no lo dejó entrar.
Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania; y posó allí.
Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, y como ya anochecía, se fue a Betania con los doce.
Y aconteció que yendo ellos, entró Él en una aldea; y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Y ésta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se distraía en muchos servicios; y vino a Él, diciendo: Señor, ¿no tienes cuidado que mi hermana me deja servir sola? Dile, pues, que me ayude.Leer más.
Y respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, estás afanada y turbada con muchas cosas: Pero una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó sentada en casa.
Y dos días después, salió de allí y se fue a Galilea. Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra. Y cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que Él hizo en Jerusalén en el día de la fiesta; pues también ellos habían ido a la fiesta.Leer más.
Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaúm un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
Y oyendo la reina de Seba la fama de Salomón, vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias aromáticas, y oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salomón con preguntas difíciles. Y luego que vino a Salomón, habló con él todo lo que en su corazón tenía.
Y cuando la reina de Seba oyó la fama de Salomón, debido al nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, ella le comunicó todo lo que había en su corazón.
Y después de algunos años descendió a Acab a Samaria; por lo que mató Acab muchas ovejas y bueyes para él, y para la gente que con él venía; y le persuadió que fuese con él a Ramot de Galaad.
En aquel tiempo Berodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, porque había oído que Ezequías había caído enfermo. Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la casa de sus tesoros, plata, oro, y especiería, y preciosos ungüentos; y la casa de sus armas, y todo lo que había en sus tesoros: ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrase, así en su casa como en todo su señorío.
En aquel tiempo Merodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y presentes a Ezequías; porque había oído que había estado enfermo, y que había convalecido. Y se regocijó con ellos Ezequías, y les enseñó la casa de su tesoro, plata y oro, y especias, y ungüentos preciosos, y toda su casa de armas, y todo lo que se pudo hallar en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todo su señorío, que Ezequías no les mostrase.
Y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón, por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sedequías, rey de Judá.
Y salió Dina la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver las hijas del país.
Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí para nosotros, para que vivamos y no muramos.
Y cuando Jacob oyó que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y el linaje de José fue dado a conocer a Faraón. Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco almas.Leer más.
Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él y nuestros padres;
Y fueron los ancianos de Moab, y los ancianos de Madián, con las dádivas de adivinación en su mano, y llegaron a Balaam, y le dijeron las palabras de Balac. Y él les dijo: Reposad aquí esta noche, y yo os traeré palabra, según Jehová me hablare. Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.
Y Saúl se disfrazó poniéndose otra ropa, y se fue con dos hombres, y vinieron de noche a aquella mujer; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de pitón, y me hagas subir a quien yo te dijere.
Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían concertado de venir juntos para condolerse de él y para consolarle.
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le dio una pieza de dinero, y un zarcillo de oro.
¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Y el rey Joram se volvió a Jezreel, para curarse de las heridas que los sirios le hicieron en Ramá, cuando peleó contra Hazael rey de Siria. Y descendió Ocozías hijo de Joram rey de Judá, a visitar a Joram hijo de Acab en Jezreel, porque estaba enfermo.
Y se volvió para curarse en Jezreel de las heridas que le habían hecho en Ramá, peleando con Hazael rey de Siria. Y descendió Azarías hijo de Joram, rey de Judá, a visitar a Joram hijo de Acab, en Jezreel, porque éste estaba enfermo.
Y Eliseo estaba enfermo de aquella su enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, y puso cilicio sobre sus lomos, y se enlutó por su hijo muchos días. Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; pero él no quiso recibir consuelo, y dijo: Porque yo descenderé enlutado a mi hijo hasta la sepultura. Y lo lloró su padre.
Y Efraín su padre hizo duelo por muchos días, y vinieron sus hermanos a consolarlo.
Y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
Así que, cuando Pablo y Bernabé tuvieron una disensión y contienda no pequeña con ellos, determinaron que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos, subiesen a Jerusalén a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.
Lo cual también hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.
Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir varones de ellos, y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé; a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos,
Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Y subí por revelación, y les comuniqué el evangelio que predico entre los gentiles, pero en particular a los que tenían cierta reputación, para no correr, o haber corrido en vano.
Y aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.
Y en aquellos días descendieron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.
Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros sin temor; porque como yo, también él hace la obra del Señor.
Y enviamos con ellos a nuestro hermano, la diligencia del cual hemos comprobado muchas veces en muchas cosas, y ahora mucho más diligente por la mucha confianza que tengo en vosotros. Si alguno preguntare acerca de Tito, él es mi compañero y colaborador para con vosotros; o acerca de nuestros hermanos; ellos son mensajeros de las iglesias, y la gloria de Cristo. Mostrad, pues, para con ellos y ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro gloriarnos acerca de vosotros.
Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí en su cara, porque era de condenar.
Mas espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, al saber vuestro estado;
Y después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades en que hemos predicado la palabra del Señor, para ver cómo están. Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra.Leer más.
Y hubo tal contención entre ellos, que se apartaron el uno del otro; y Bernabé tomando a Marcos, navegó a Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, partió encomendado por los hermanos a la gracia de Dios, y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.
Y pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma.
Mas ahora, no teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir a vosotros por ya muchos años, cuando partiere para España, iré a vosotros, porque espero veros en mi jornada, y que seré encaminado por vosotros hacia allá, si en parte primero hubiere disfrutado de vuestra compañía. Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.Leer más.
Porque los de Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una contribución para los santos pobres que están en Jerusalén. Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos partícipes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. Y estoy seguro que cuando venga a vosotros, vendré en plenitud de bendición del evangelio de Cristo.
Y vendré a vosotros, cuando hubiere pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede y pase el invierno con vosotros, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir.
Y con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia; y de vosotros pasar a Macedonia, y de Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado de vosotros a Judea.
Esto, pues, determiné para conmigo, no venir otra vez a vosotros con tristeza.
He aquí estoy preparado para ir a vosotros la tercera vez, y no os seré gravoso; porque no busco lo vuestro, sino a vosotros: porque no han de atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.
Porque, hermanos, vosotros mismos sabéis que nuestra entrada a vosotros no fue en vano;
Cuando enviare a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí a Nicópolis; porque allí he determinado pasar el invierno.
de donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron a recibir hasta el foro de Appio y Las Tres Tabernas; y al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento.
Mas consideré necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, mas vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades,
Dé el Señor misericordia a la casa de Onesíforo; que muchas veces me recreó, y no se avergonzó de mis cadenas; antes, estando él en Roma, me buscó diligentemente, y me halló.
Procura venir pronto a mí; porque Demas me ha desamparado, amando este mundo presente, y se ha ido a Tesalónica; Crescente a Galacia, Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo; porque me es útil para el ministerio.Leer más.
A Tíquico envié a Éfeso. Trae, cuando vinieres, el capote que dejé en Troas con Carpo; y los libros, mayormente los pergaminos.
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.
No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.