42 Versículo de la Biblia sobre estar contento
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No lo digo en razón de indigencia, pues he aprendido á contentarme con lo que tengo.
Sé estar humillado, y sé tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
No porque busque dádivas; mas busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.
El que ama el dinero, no se hartará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Porque nada hemos traído á este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
Mas en gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin ha reflorecido vuestro cuidado de mí; de lo cual aun estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
Cada uno en la vocación en que fué llamado, en ella se quede.
Sean las costumbres vuestras sin avaricia; contentos de lo presente; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.
Empero en aquello á que hemos llegado, vamos por la misma regla, sintamos una misma cosa.
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo:
Unánimes entre vosotros: no altivos, mas acomodándoos á los humildes. No seáis sabios en vuestra opinión.
El temor de Jehová es para vida; Y con él vivirá el hombre, lleno de reposo; No será visitado de mal.
Yo en justicia veré tu rostro: Seré saciado cuando despertare á tu semejanza.
El justo come hasta saciar su alma: Mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.
Con él estaba yo ordenándolo todo; Y fuí su delicia todos los días, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros.
Yo he conocido que no hay mejor para ellos, que alegrarse, y hacer bien en su vida:
Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que el gran tesoro donde hay turbación.
Ahora pues, si queréis, mirad en mí, Y ved si miento delante de vosotros.
Por esta causa, si yo viniere, recordaré las obras que hace parlando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe á los hermanos, y prohibe á los que los quieren recibir, y los echa de la iglesia.
Tú comerás, y no te hartarás; y tu abatimiento será en medio de ti: tú cogerás, mas no salvarás; y lo que salvares, lo entregaré yo á la espada.
No sea que me harte, y te niegue, y diga, ¿Quién es Jehová? O no sea que siendo pobre, hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios.
¿Eres llamado siendo siervo? no se te dé cuidado; mas también si puedes hacerte libre, procúralo más.
Y le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dice: No hagáis extorsión á nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestras pagas.
Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Dijiste, oh alma mía, á Jehová: Tú eres el Señor: Mi bien á ti no aprovecha;
Acordaos de los presos, como presos juntamente con ellos; y de los afligidos, como que también vosotros mismos sois del cuerpo.
Mejor es el enojo que la risa: porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón.
Y la mujer que tiene marido infiel, y él consiente en habitar con ella, no lo deje.
Porque el que en el Señor es llamado siendo siervo, liberto es del Señor: asimismo también el que es llamado siendo libre, siervo es de Cristo.
Y en cualquiera ciudad donde entrareis, y os recibieren, comed lo que os pusieren delante;
Como de meollo y de grosura será saciada mi alma; Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.
Y comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros: y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo.
Mas nuestra vivienda es en los cielos; de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;